Los preparativos cap 22

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~Unos días después~

Marissa, de nuevo, me despertó entre gritos.

— ¿Mizu cómo puedes dormir aún? —me preguntó desde no sé que parte de la casa pero su voz retumbaba con gran intensidad.
— Marissa acabaré loca con tus gritos.

Me tapé la cara con la almohada pero no tarde mucho en escuchar unos pasos de píes descalzos y muy apresurados acercarse a mi cama.

— Mi zu ra —deltreó Marissa pletórica saltando subida sobre mi.

Era imposible dormir con esta chica cerca.

— ¿Qué? —le pregunté exhausta abandonando la idea de dormir un poco más.
— ¿Porqué estás tan tranquila y aburrida? Hoy es el baile —exclamó.
— ¿El baile?
— ¡El baile!
— No me lo puedo creer ¿Cómo se me ha pasado el tiempo tan rápido? No tengo nada, literalmente nada, ni vestido, ni mascara,ni siquiera un maquillaje digno —comencé a relatar alterada, me levanté de un salto de mi cama quitándome a Marissa de encima y recorrí mi habitación de un lado a otro pensando qué podía hacer, miré el reloj asustada, las 9:00 de la mañana, en media hora tendríamos que bajar a desayunar.

— Marissa dime que tienes algo que prestarme que sea aceptable, o al menos dime que tengo tiempo hasta la hora del baile para poder encontrar algo —le supliqué acecandome a ella, quién seguía sentada en la cama mirandome divertida.
Le cogí las manos y puse mi mejor cara de cachorro abandonado.

— Tengo algo mejor, hoy es día libre, no hay ninguna actividad tenemos todo el día para pasar el tiempo que nos queda con nuestros amigos y poder prepararnos para el baile con calma. Asi que.

Marissa se levanto de mi cama, se acercó a mi maleta y sacó un pantalón vaquero corto y un top negro en el cuál ponía "Damn Sunday" en letras blancas, lo tiró todo sobre mi cama junto a un monedero, ni siquiera yo sabía que en mi maleta había un monedero.

— Ponte eso rápido y coge la tarjeta de crédito que estoy segura que tus padres te han dado, en 15 minutos sale un autobús desde el campamento que nos llevará a un pueblo cercano, allí desayunaremos y compraremos nuestra ropa y maquillaje —finalizó con una gran sonrisa.

Yo tan solo pude aplaudir su organización.
— Gracias, muchas gracias —dijo haciendo reverencias.
Me reí ante sus ocurrencias pero después una duda vino a mi cabeza:
— Pero, ¿Estás segura de que en un pueblo habrá ropa al nivel de el baile de este campamento?
— Querida con los años que este campamento lleva aquí, ese pueblo el cuál es el más cercano de la zona, tiene marcas más caras que las de muchas capitales.
— ¿De verdad?
— Te lo prometo, venga date prisa.

Siguiendo las ordenes de la organizadora Marissa me cambié con rapidez y guarde la tarjeta a buen recaudo, después de todo Marissa tenía razón y había una tarjeta de crédito, también cogí dinero suelto para pagar más comoda el desayuno.
Baje y me encontré a Marissa hablando con los gemelos, Mein hacía cualquier tontería mientras su hermano y Marissa se reían.

— ¿Nos vamos? —pregunté al llegar a su lado.
— Claro, los gemelos y yo llevamos demasiado esperándote.
— Sigo sin entenderlo no somos gemelos ¿porqué nos llamáis así? —preguntó James hablando rápido como de costumbre, también señaló a su hermano y añadió— le saco casi dos años.

Es verdad que James era algo distinto a Mein, pero Marissa se encaprichó con llamarlos así por lo que ya nadie pudo hacer nada por ellos. Fijando mi atención James era más atractivo, tenía el pelo negro al igual que su hermano pero con un estilo de flequillo caído, sus ojos eran de un profundo color azul pero no claro, del color de océano me atrevería a decir, sin embargo aunque hablaba rápido y era muy bromista era más cerrado en comparación a Mein.
Mein era el de aspecto juvenil, tenía mi edad pero su flequillo hacía arriba y su sonrisa permanente en su rostro hacían ver que tenía la misma energía que Marissa, sus ojos si eran azul claro y hablaba muchísimo, además no tenía reparos en hablar sobre sí mismo.
Digamos que la diferencia entre el hermano mayor y el pequeño era notable.

Y digo hermano pequeño pero media mucho más que yo, eramos Marissa y yo las más pequeñas del grupo en cuanto a estatura, eso incluyendo a Jon que no era demasiado alto.

— ¿Qué más te da? —preguntó Mein a su hermano entre risas.
Marissa comenzó una discusión con James.
Y la discusión continuó, y continuó, y llegamos al autobús y me tuve que sentar con Mein por que la discusión continuó y continuó.

— Nunca había visto a tu hermano hablar tanto —le dije a Mein entre susurros para que James, que estaba sentado delante nuestra con Marissa, no me escuchase.
— Yo tampoco, y llevo muchos años soportandolo eh.
Ambos nos reímos y hablamos de cosas triviales durante el trayecto. Finalmente llegué al pueblo y tenía que admitor que era realmente bonito, parecía una pequeña ciudad llena de comercios pero rodeada de un frondoso bosque.
Ni siquiera pude levantarme por mi propio pié ya que Marissa calló a James poniéndole la mano en la boca y en seguida me agarró a mi arrastrándome fuera del autobús al grito de "Me muero de hambre".

— No tenías que ser tan exagerada —recrimine a Marissa mientras mordía una magdalena rosa, no preguntéis ni siquiera yo lo entiendo.
— Es que no podía continuar hablando con James es como un torbellino —aclaró exhausta.
— Es decir como tú.
— Es posible pero no estamos aquí para hablar de eso.
— Muy cierto.

Al terminar el desayuno fuimos directas a las tiendas con vestidos.
— Marissa mira ese —le señalé un vestido turquesa en un escaparate, era sencillo con un solo hombro y sin mangas, el corte en la falda era inclinado por lo que hacía una especie de cola a un lado.
— ¿Cuál?
— Ese turquesa —le indiqué acercándome a la tienda y pegando mi dedo al cristal.
— ¿Ese tan sencillo y aburrido? —preguntó Marissa mirado como si estuviese diciéndole locuras.
— Pero ¿qué clase de vestidos lleváis a ese baile?
— Los chicos traje y corbata y las chicas lo más parecido posible a una princesa —Marissa dio una vuelta simulando llevar puesto un vestido con vuelo— además ¿cuántas veces podrás usar vestidos así? Y encima con máscaras ¡Aprovecha!

Tras recorrer muchas tiendas ambas encontramos un vestido adecuado y una máscara que combinase, en realidad todo el mundo llevaría antifaces y cosas por el estilo, por lo que Marissa había continuado contandome del baile la gente no solía llevar máscaras que tapasen la cara entera, lo usual solo tapaba los ojos y a veces también la frente.

— Marissa te queda precioso —le dije apreciando su vestido en combinación a la mascara.
— Eso espero, el vestido sólo me queda bien, pero con la máscara no lo veo he tenido que quitarme las gafas.
— Esta genial.
— Bueno pruebate ahora ese al que le has echado el ojo rápido —me exigió Marissa empujandome al probador.

Tras en fundarme en el vestido salí con la máscara que había cogido antes en la mano para ahora ver el conjunto entero.

— Estas impresionante Mizura —Marissa ya de nuevo en vaqueros y camisa blanca se acercó a mi para verme bien— como escojas otro acabo contigo.
— ¿De verdad? No se a ti el tuyo te da un aire muy sexy, este sin embargo a mi...
— Te hace ver delicala —aseguró mirando mi reflejo en el espejo d la tienda con una mirada soñadora— pero se de sobra que no lo eres siempre, lo bueno es que esa máscara y el maquillaje que usarás te hará ver intimidante si te pones seria.

Volví a mirar el vestido y pensé que tal vez Marissa tenía razón.
Después de unos minutos y de pagar ambas salíamos de la tienda con unas enormes y bolsas, las máscaras guardadas en delicadas cajas y el maquillaje nuevo que nos faltaba separado de la ropa.

— Me encanta tu vestido, sobre todo el color, me habría gustado uno así —bromeé con Marissa pensando que me amenazaría por querer llevar el mismo color que ella.
— Ni se te ocurra ese color te queda mejor, creeme, y la verdad es que me encanta que mi vestido sea del color de los ojos de James...
Tarde unos segundos en asimilarlo.

— Marissa entonces eso significa...

Con un intercambio de miradas las dos estallamos en carcajadas y continuamos el camino al autobús.
Sería una gran noche estaba segura.


Pero no sabía que se teñiría de rojo...

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