Capítulo 50

279 17 3
                                    

Amaneció. Justo cuando el sol ya empezaba a entrar por la ventana, me levanté. Comencé a desayunar para coger fuerzas para el día que me esperaba. Para mi sorpresa, Sophie estaba en la cabaña, y se disponía a desayunar a mi lado. Se colocó en frente mía y como con mucho esfuerzo, agarró su vaso y lo llevó hasta su boca.

-¿Has dormido bien?- dije para romper el hielo.

Ella me miró de reojo mientras bebía su té caliente de siempre. Cuando acabó de beber, dejó el vaso en la mesa y se secó la boca con la manga de su camisa. Nunca había visto a Sophie tan despreocupada y desarreglada, normalmente era más refinada.

-Pues, descubrir que tu mejor amiga es una impostora, que habrá una gran batalla de la cual muchos morirán y que, por si fuera poco, hay una bomba, pues... me siento genial.

Me quedé congelado con su respuesta. Volvía a estar arisca conmigo, como no. Pero esta vez la entendía, no era especialmente su día favorito. Y siendo sincero, el mío tampoco. De pensar en todo lo que se nos venía encima hoy... me temblaban los dedos.

Acabé mi desayuno y me levanté de la mesa, dando la conversación por terminada. Pero justo cuando abrí la puerta para salir de la cabaña, Sophie me llamó.

-Espera Thomas- me dijo mientras se acercó a mí.

-Dime.

-Siento haber sido tan distante contigo estos últimos días, me enfado con mucha facilidad.

-Todo lo contrario, yo me comporté como un gilipullo contigo nada más llegar. Tenías todo el derecho a ignorarme.

-Puede, pero ahora las cosas han cambiado. Hoy habrá una batalla, y quién sabe si ganaremos o perderemos. Tal vez no volvamos a vernos...- dijo más decaída y con la cabeza agachada.

-Eso no lo digas, ni hablar- intenté sonar convincente-. Ganaremos, ya lo verás.

-Sé que lo dices para animarme. Pero no sabemos cuantos de nosotros estaremos mañana. Por eso...- dijo con un hilo de voz.

-¿Qué pasa?- pregunté con interés.

Ella levantó la cabeza y me miró con sus ojos azules. Tan trasparentes y profundos que me sentí intimidado. Parecía preocupada, angustiada por alguna cosa, algo que la preocupaba.

-No querría morir sin que supieras esto- dijo con voz triste.

Antes de que quisiera darme cuenta, ella se lanzó a mis labios y me besó. Aún estaba en estado de shock cuando se separó de mí. No había movido ni un sólo músculo. Todo había sucedido tan rápido... Cuando pude volver a mirarla a la cara, ella estaba llorando. Dos lágrimas caían delicadamente por sus mejillas.

-Estoy enamorada de ti- soltó de golpe, dejándome aún más boquiabierto.

Cuando pronunció esas palabras un mecanismo empezó a funcionar en mi cerebro, intentando justificar y buscarle sentido a todo esto. Pensé en todos los momentos que pasamos juntos, no muchos, pero muy divertidos. Recordé cada mirada que me echaba, cada abrazo que me daba, todos los ánimos que me daba cuando lo pasé mal... aquello era una señal de sus sentimientos. Y cuando le ayudaba a construir su cabaña... su sonrisa, siempre estaba sonriendo de una manera especial.

Ahora me daba cuenta de la cosas, de lo iluso que había sido durante todo este tiempo. Una vez más, no sabía interpretar las intenciones femeninas. Por eso, cuando pasaba tanto tiempo con Brooke, quiero decir...Jade, estaba tan celosa y rara conmigo. Ella pensaba que me gustaba su amiga, quiero decir... la farsante que se hacía pasar por su amiga... Que complicado es todo.

-Creo que tenías que saberlo, por si no tenía otra oportunidad de confesarlo.

-Sophie, yo...- quise buscar una respuesta.

LOS MUNESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora