Capítulo 33

144 11 14
                                    

-No me dejes Brenda, por favor, quédate- salieron solas las palabras de mi boca, y cuando me quise dar cuenta estaba llorando.- Por favor...

-Thomas...- dijo viendo las lágrimas que caían de mis ojos.

Entonces se acercó a mí y puso su cara en mi hombro y me agarró la espalda con fuerza. Yo le respondí al abrazo entre sollozos y sujetándola con fuerza. Después de unos segundos que se me hicieron eternos, Brenda se separó de mí y acarició mi cara con suavidad y dulzura. Pude observar que ella también estaba llorando. Le limpie las lágrimas con delicadeza y ella apoyó su cara en mi mano y me miró intensamente y con ternura. Entones lo supe.

-Brenda, yo te...

-Ssshhh... cállate pingajo- dijo con una sonrisa.

Y entonces se acercó a mi boca y me besó. Respondí a aquel beso con mucha pasión y la agarré de la cintura. Sus labios eran mejor de lo que recordaba, eran tan cálidos y llenos de ternura que consiguieron hacer que me olvidara del mundo. Entré en un frenesí de besos tan fuerte que perdí la noción del tiempo.

Al final, cuando ella se despegó de mí, respiró profundamente y se mordió el labio. Fue entonces cuando me di cuenta de que a la que había besado no era Brenda, sino Brooke. Pero por alguna razón, no me importaba. Todo lo contrario, cuando nos volvimos a besar, esta vez fue con más pasión, con más necesidad, con más deseo.

-Thomas...- susurró en mi oído.

Cuando paramos para respirar, nos miramos y no pudimos aguantar la risa. Una risa que duró minutos hasta que al fin paramos.

-Bueno, dónde lo habíamos dejado...- le dije con una sonrisa pícara.

Ella se lanzó a mis brazos. Me besó con más delicadeza para después hacerlo con más fuerza. Nos empezamos a acariciar y en seguida le pille el gusto y no pude dejar de hacerlo.

En cuanto la agarré y rodeó con sus piernas mi cintura lo supe. Era ella la chica de la que estaba enamorado. De Brooke.

Me desperté de golpe, y aunque hacía frío, estaba sudando por el calor. Ya era de día, y se empezaba a notar que nos alejábamos los cada vez más de la primavera, aunque a esta hora tan temprana no era normal este calor. Y luego estaba ese sueño... Clonc, ahora sí que me encontraba confuso. ¿Por qué tendría que soñar con estas cosas?

Me digné a ponerme en pie y despejarme de una vez para ponerme en marcha. Si quería encontrar a Brenda necesitaba mucho tiempo y paciencia, pero sobretodo seguridad.

Mi estomago se quejó por el hambre, pero no podía hacer nada para remediarlo. No tenía comida conmigo, así que tenía que soportarlo un rato más. Ya comería cuando estuviera junto a Brooke... quiero decir Brenda, eso Brenda.

¿Pero que foño me está pasando? Thomas, céntrate de una vez, no hay tiempo para estas distracciones.

Y diciendo esto a mí mismo, me puse en camino. Seguí el mismo rastro por el cual llegué hasta aquí, sólo que ahora iba en sentido contrario para encontrar el campamento del Brazo Derecho. Tenía que ir con sigilo, no podía permitir que me descubrieran.

Después de media hora, en la cual creo que me perdí un poco, llegué al campamento. Parecía que todo estaba tranquilo, no había nadie despierto todavía. No me quise acercar mucho por precaución, así que rodeé el campamento para verlo entero.

No era tan grande como yo me pensaba. Es más, creo que ya sabía donde se encontraba Brenda. Todas las cabañas donde dormía la gente estaban agrupadas todas juntas, de manera que eran fáciles de localizar. Y luego, más apartada, había una tienda pequeña, donde no se apreciaba movimiento, pero estaba claro que ahí dentro había alguien durmiendo.

LOS MUNESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora