Capítulo 16

249 18 10
                                    

Con suerte, llegué a la cabaña antes de que la lluvia empezara a ser más fuerte. Me sacudí un poco el pelo para no entrar y mojarlo todo, me escurrí la camisa y entré.

Me asomé por la ventana para ver la lluvia, ahora si que estaba apretando, estaba comenzando una tormenta. Justo cuando iba a alejerme vi la cabaña de Brenda. Vi movimiento dentro, me calmé un poco al saber que no estaba fuera bajo la tormenta. Quería ir a verla, tocarla, abrazarla, besarla... pero me dijo que solo la viera para contestarle.

Esa maldita pregunta... ¿de verdad era tan importante? Aparté la vista de la ventana y me senté en una silla. Apoyé los codos en mis rodillas y coloqué mis manos en mi nuca. Me quedé pensando en una respuesta.

Si...Teresa siguiera viva... yo ahora mismo... no tengo ni idea. Estaba frustrado, agobiado. Ahogué un grito de desesperación mientras me levantaba bruscamente de la silla. En estos momentos eché de menos no tener a Minho en la cabaña para hablar con él. Seguro que él sabría aclarar mis dudas.

Me di cuenta de que seguía chorreando y empezaba a tener frio. Cogí una prenda para secarme y con otra me sequé el pelo. Cuando acabé me quite la camisa y la escurrí de manera que se creo un charco en el suelo.
Genial- pensé.

Me disponía a cogerme otra camiseta que abrigara más cuando oí risas acercarse a la puerta. Me acerqué para abrirla, pero justo se abrió desde fuera y la persona cayó encima mía. Me quejé en el suelo, por suerte el golpe no había sido tan fuerte. Abrí los ojos para ver quien me había tirado.

-Ups, lo siento Thomas- dijo la voz de Sophie aun riéndose.

Me separé de ella y me fijé que en la entrada de la puerta habían tres chicas más mirándonos y riéndose. Las tres parecían de mi edad y estaban empapadas de arriba a bajo.

-Ay, perdón por no presentarte, estas son mis amigas Thomas, Brooke, Evelyn y Helen, chicas este es Thomas, mi nuevo compañero de cabaña.

-Hola- dije amistosamente.- Podeis pasar, no pasa nada, ya esta el suelo mojado.

-Gracias- dijeron las tres mientras entraban.

-Yo soy Helen, encantada- dijo una de ellas. Tenía el pelo por los hombros de color castaño y piel suavemente bronceada. Con unos ojos oscuros muy profundos y era bastante más baja que yo. Parecía simpática.

-Yo Evelyn, un gusto conocerte- dijo otra mostrando una amplia sonrisa. Era rubia con el pelo largo y unos ojos azules como el mar. Era bastante más bajita y su piel era rosada.

-Y yo Brooke, un placer, ¿estás bien? Parece que la caída ha sido un poco fuerte- dijo la otra poniendo cara de preocupación y de risa a la vez.

Era pelirroja con unos ojos verdes que llamaban mucho la atención, eran preciosos. Tenía una piel blanca pero con las mejillas algo rosadas. Era la más alta de todas aunque tampoco llegaba a alcanzarme.

-Sí tranquila, no ha sido para tanto.

-Me alegro porque la había empujado yo sin saber que ibas a estar ahí, y de haberlo sabido no lo habría hecho, lo siento.

Definitivamente me caía bien esa chica.

-No pasa nada, en serio, estoy bien. ¿Quereis algo para entrar en calor?

Las chicas se miraron y asintieron a la vez.

-Os traeré algo, en seguida vuelvo.

-Te ayudo- dijo Sophie acompañándome.

Sus amigas se sentaron en unas sillas alrededor de la chimenea. Estaban tiritando con unas mantas encima de ellas.

-Gracias- dijo de repente Sophie.

LOS MUNESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora