Capítulo 52

184 15 6
                                    

Íbamos marchando a paso rápido, queríamos ayudar cuanto antes. Además, necesitaba saber como iba la lucha y si había muertos.

Aún seguía afectado por lo de Sonya, y no sabía como se lo tomaría Harriet, ellas dos eran mejores amigas desde que se conocieron en el laberinto. No sé si seré capaz de contárselo.

Cada vez estábamos más cerca, y ya podía escuchar el sonido de la lucha: balas que salían disparadas, puñetazos, golpes, lanzagranadas... en menos de 5 minutos estaríamos en medio de todo aquello.

-¿Os quedan balas?- preguntó Jorge.

-Yo sí, aunque no muchas.

-A mí también - respondí-. Pero no tengo para recargar.

-De acuerdo, esto es lo que vamos hacer.

Páramos de caminar y nos colocamos en un pequeño círculo, para poder escuchar el plan de Jorge.

-En mi cabaña tengo más munición, si conseguimos llegar hasta allí tendremos balas suficientes.

-¿Pero cómo llegaremos hasta tu cabaña sin que nos vean?

-No hay otra forma que pasar por en medio del valle. Si alguno nos ve, habrá que luchar.

-Está bien- respondí conforme.

-Espera- lo paró Brenda-. ¿Y si no conseguimos llegar hasta la cabaña?

Dirigí mi mirada hacia Jorge, esperando también su respuesta. Durante un minuto, hubo silencio, hasta que al fin habló.

-Si veis que no vais a conseguir llegar, id a las tiendas de los curanderos, están más cerca. Allí seguramente tengan algo para daros. Si por otra parte no llegáis porque salís heridos... quiero que sepáis que ha sido un placer conoceros.

-No digas eso Jorge...- dijo Brenda a la vez que se fundían en un cálido abrazo.

-Por si acaso, espero volver a veros. Con suerte, nos encontraremos en mi cabaña.

Asentí. No le di más vueltas al tema y me sumergí en el barullo de personas que había en el valle. Por desgracia, me encontré algunos cuerpos muertos en el suelo. Reconocí a algunos del valle, y eso me dolió profundamente. También observé algunos cuerpos calcinados y con flechas, y supuse que serían los raros. Me daba pena no haber estado antes aquí, para combatir con el resto, pero no voy a negar que otra parte de mí se alegraba de no haber tenido que pasar por eso. Seguí caminando deprisa, intentado localizar la cabaña de Jorge, pero me encontré de frente con Will.

-¿Qué estás haciendo? ¡Vete ahora mismo de aquí, corres peligro!- le grité eufórico.

-Ni hablar, estoy esperando a Vince, quiero matarlo, pagará lo que le hizo a Aris.

Me sorprendió tanto su contestación y la decisión que ponía en sus palabras, que no fui capaz de detenerlo cuando salió corriendo para seguir luchando. Reanudé mi camino y seguí corriendo buscando la cabaña de Jorge con desesperación. Los ruidos me nublaban los sentidos, ya ni sabía hacia donde iba. De repente, noté como una mano tiraba de mi brazo y me obligó a seguirlo.

-¡Ten cuidado!- me gritó Jeremy.

No entendí a qué se refería hasta que agarró su lanzagranadas y disparó a un raro que se encontraba justo detrás mío. Le disparó justo en la cabeza, pero durante unos segundos pude mirarle a los ojos. Estaba en el estado del Ido, y pude notar el vacío que había en sus ojos. Eso consiguió que no sintiese pena por el cadáver.

-Gracias- le agradecí.

-Tienes que estar atento, tener ojos en la espalda. Pensaba que eras un luchador y estas cosas ya las sabías.

LOS MUNESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora