1.-Recuerdos.

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ATENCIÓN: Esta novela fue escrita cuando tenía quince años, por lo tanto, puede contener faltas ortográficas que aun no han sido corregidas, algunas contradicciones y poco desarrollo de los personajes. La revisión continúa en espera.

Observaba a mi tía discutir con esos tipos. No entendía porqué discutían. ¿Por qué gritaban tanto? ¿Raúl no escuchaba? ¿o si lo hacía y trataba de ignorar la situación?

Estaba al pie de la escalera y decidí subirla de dos en dos.

Abrí la puerta del cuarto de mi hermano, y observé que se encontraba profundamente dormido. Dude en despertarlo pero lo tenía que hacer, era el único hombre en casa.

-Raúl.- susurré. No movió un musculo.-Raúl.- susurré nuevamente pero esta vez moviendo uno de sus pies. Me observó con un ojo entre abierto y el otro cerrado.

-¿Qué sucede?- restregó sus manos en su rostro.

-Jane está discutiendo con unos tipos ahí abajo.- abracé mi cuerpo. Frunció el ceño.

-¿Qué dices?-  rápidamente salió de la cama.

Nos dirigíamos al marco de la puerta cuando escuchamos uno de los jarrones caer. Raúl tomó de la perilla jalando bruscamente de ella. Corrió escaleras abajo pero se percató que iba detrás de él.

-¡No!-Susurró fuerte.-Regresa a la habitación.

No me moví.

-¡Que regreses a la maldita habitación!- gritó.

Justo en ese momento se escucharon pasos.

-¿Con qué estabas sola?- preguntó un tipo robusto observándonos.

-Ellos no tienen que ver Adán. ¡No metas a ellos en esto!- nos observó Jane.

-No le haremos daño.- habló el otro tipo que sostenía a Jane por detrás.

-¿Qué buscan?- preguntó con voz aguda mi hermano. Se acercó solo unos pasos a ellos. Yo me encontraba a cuatro escalones de bajar.

-No Raúl, por favor.- pidió jane.

-Con que el nenete de la casa puede intimidar.- se burló el tipo robusto.

-Déjalo ir a su habitación.- rogó Jane a punto de llorar.

-Pide perdón de rodillas, traicionera.- escupió seco el tal Adán.

-No lo hagas Jane.- advirtió mi hermano.

El tipo delgaducho que sostenía a Jane la aventó contra el piso y esta cayó directamente en los pies de aquel tipo.

Mi hermano corrió y se abalanzó contra el tipo delgado. La gravedad se llevó a ambos y empezaron a forcejear. El otro tipo tomó a Jane del brazo y la aventó hacia un lado. En ese momento mi hermano se encontraba encima del delgaducho, el robusto lo tomó por la nuca y lo levantó unos pocos centímetros del suelo.

-Niño, ¿pero que crees que haces?- le habló a mi hermano.

El delgaducho se levantó con una de sus manos en la boca, estaba sangrando.

-Ahora si te pasaste hijo de puta.- golpeó a mi hermano en el abdomen una y otra vez, lo golpeaba como si entrenaba con un saco para su pelea estelar de boxeo. Sin percatarme que el tipo robusto ahora tenía ambas manos en el cuello de Raúl.

Bajé las escalera, tomé un jarrón que se encontraba al pie de la escalera, aceleré mi paso y sin percatarse le di por detrás con tanta fuerza al grandote. Este de inmediato dejo caer a mi hermano y tomó de su cabeza cayendo lentamente al suelo. El flacucho me observó.

BLACK EYESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora