Después de que Sonia me diera su teléfono para llamarla, el hermano de Alex nos recogió en la salida para llevarnos a casa. Al parecer, según me había contado Alex, yo le había caído muy bien a su hermano.
Me monté en el sillón de adelante como hice esta mañana, y nos pusimos en marcha. El hermano de fue soltando a casa individuo como si fuera un paquete en cada casa
Cuando llegó a la mía, Marcos, Dylan y yo nos bajamos, cogimos nuestras mochilas y despedimos a nuestro chofer y amigo mientras se alejaban en el coche.
-¿Por qué el hermano de Alex es así? Quiero decir, no es nada cariñoso con las chicas ni nada de eso, es como si las evitara. - dije metiéndome en casa acompañada de Marcos y Dylan. Como Carmen y mi abuela no estaban, decidimos comer los tres juntos <<sin armar jaleo>> en la cocina.
- Por lo que a contado Alex, hace dos o tres meses, su novia de tres años le había estado engañando con su mejor amigo. No se lo ha perdonado ni se lo va a perdonar por lo que parece. - dijo Dylan sentándose en el sofá y poniendo los pies sobre la mesa.
- ¡Dylan! ¡Quita los pies de encima de la mesa! - dije apartando sus pies de la pobre mesa. - Bueno señores, ¿que desean comer los marqueses?
- Yo, lo que me pongan por delante. Me muero de hambre. - dijo Marcos sentándose al lado de mi novio.
- ¿Está usted seguro de lo que ha dicho? - dije riéndome ya que, mi mente es un 80% de groserías y un 20% normalidad.
- Si claro....... Espera, ¿por que siempre piensas mal? - cuando dijo eso, Dylan y yo nos empezamos a reír ante la cara de mi hermano. - Sois los dos unos perros.
- Que te quiero yo hermanito. - dije abrazándolo y dándole un beso.
- Sisi, claro claro. - dijo mi hermano cruzando los brazos. - La abuela ayer creo, sacó unas hamburguesas, ¿y si comemos eso?
- A pues no lo había pensado, pero creo que solo sacó dos. - dije dirigiéndome a la cocina. - Bueno os la hago a vosotros dos y yo, me aré una ensalada como las que a ti te gustan Dylan.
- Ah, si solo quedan dos hamburguesas, espera que voy al congelador de mi abuela y veo que es lo que tiene. - dijo saliendo por la puerta.
- ¡Dylan! ¡Dylan! - dije corriendo detrás de el pero, ya se había metido en su casa. Yo mientras fui a preparar las hamburguesas que mi abuela había dejado y a cortar cebolla fresca para añadirle a mi deliciosa ensalada.
Puse la salten a calentar cuando, mi teléfono empezó a sonar. Lo cogí creyendo que era mi abuela pero no, no lo era.
- Miriam, ¿eres tu? - nada más que escuché su voz, le colgué. No podía creer que me hubiese llamado. Algunas lágrimas brotaron de mis ojos. Intenté limpiármelas antes de que viniera Marcos o Dylan y me puse o intenté pensar en otra cosa. Puse musica para relajarme, para intentar no pensar en la persona que me había llamado por teléfono.
Cuando el aceite ya estaba caliente, puse las hamburguesas a calentar y mi hermano, se levantó de el sillón y empezó a ayudarme a preparar la ensalada ya que, hace dos días casi me abro en canal (exagerando)
Dylan venía con las manos vacías y con la cabeza mirando al suelo.
- No he encontrado ninguna. He buscado por todas partes y no he encontrado nada de nada. - dijo mirándome a los ojos. Le cogí su linda y preciosa carita y me la acerqué para darle un beso de, los que ha el tanto le gustan.
- No seas tonto. Te dije que ya me apañaba yo con la ensalada y........... gracias por hacer eso por mi. Te quiero. - dije volviéndolo a besar.
- ¿Has estado llorando? - dijo soltándose de mi agarre para que ahora el que me agarrase, fuese el.
- Habrá sido cuando he cortado la cebolla. - dije señalando la cebolla que tenía cortada por la mitad.
- Pues te ayudo. - dijo cogiendo el cuchillo que utilizaba yo para cortarla. Como mi hermano se puso a preparar la ensalada y Dylan a cortar la cebolla, yo me quedé pendiente de las hamburguesas.
Mientras le daba la vuelta a las hamburguesas me acordé de la llamada que tanto mal me va a hacer a partir de ahora.
- Las hamburguesas ya están listas. - dije para sacarme de mis pensamientos. - Solo falta ponerlas en el pan, ponerle el quesito, kepchup, mostaza y...... lista.
- Lo mismo decimos con la ensalada. - dijo Dylan echando la cebolla y Marcos aliñándola. Todos nos sentamos en la mesa y nos pusimos a comer. Encendimos la tele y, viendo las noticias, escuché que en un pueblo de Cádiz había salido ardiendo un autobús de estudiantes ardiendo. Al parecer no había resultado nadie herido o eso es lo que se había demostrado hasta ahora. Al parecer, dos estudiantes no se encuentran entre los demás y la policía forense cree que están dentro.
Marcos como no soporta ver las desgracias de otras personas, puso el canal en el que estaba Sobrenatural, una de mis series favoritas. Cuando lo dejó para ver de que trataba el capitulo, salio un de las escenas que más detestaba ver. No había cosa que me diera más pena que ser a unos de los dos protagonistas llorar y, en este caso era Dean. Se veía tan mal que, tuve que apartar la mirada para no llorar. Se que suena muy tonto llorar por esa tontería pero, cuando llevas años amando a un protagonista y lo ves llorar, duele, por lo menos a mi.
Cuando terminamos de comer, Marcos se puso a fregar, Dylan llamó a Alex para hacer el trabajo, cosa que me hizo recordar que yo tenía que llamar a Sonia. La llamé durante un rato pero, no me lo cogió. A lo mejor lo tendría sin batería o sin internet.
A si que le pedí a Dylan que me mandara por Whatsapp el numero de Lucía. Cuando lo hizo la llamé y me lo cogió en seguida.
- ¿Quien es?
- Lucía, soy Miriam. Te llamaba porque Sonia no me coge el teléfono y decidí llamarte a ti. - dije sentándome en el sofá.
- Creo que hoy no vamos a poder quedar Miriam. - dijo con suspense. - Su novio acaba de decirle que en los ocho meses que llevaban juntos, le había estado engañando con otra durante dos meses. - cuando dijo eso, el teléfono se me cayó de las manos. Cuando volví a cogerlo, no estaba roto pero se podía escuchar, a Lucía gritar. - ¡Miriam! ¡Miriam! ¿estas bien? - dijo algo alterada.
- Sisi, solo que no me esperaba escuchar eso. Creo que me he puesto un poco nerviosa, eso es todo. Lucía ella ahora necesita compañía, lo peor que se le puede hacer es dejarla sola. Se agobiará y se deprimirá mas de lo que ya está.
- Lo se pero, no me contesta y no me abre la puerta. - dijo algo deprimida.
- ¿Vive en una casa? - dije pensando en si se podría entrar o no en su casa.
- Si ¿por qué?
- Porque tengo una idea. - dije intentando sonar interesante.Pero mi amiga solo se riód
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¿POR QUÉ EL? #2
Teen FictionContinuación de ¿Por que el? Miriam entrará en su nuevo instituto, rodeada de gente nueva, mala y extraña. Allí conocerá a sus mejores amigas Sonia y Lucía. Ellas pasarán momento inolvidables juntas y..... ¡Dylan! El sueño de Miriam. Desde aquella ú...