Mientras hacía el trabajo que nos mandó el cuponero, pensé en todas las maneras posibles de decirle a Dylan que lo que había pasado con Kevin solo fue un gesto que tuve con el en enseñarle ha hacer logaritmos.
Cuando ya me decidí en hablarle, el dejó lo que estaba haciendo para girarse y mirarme fijamente.
- Llevas, desde que llegaste desde el instituto, pensativa y deprimida. ¿Qué te pasa? - dijo Dylan cogiéndome de la mano.
- Yo quiero explicarte lo que pasó con Kevin esta mañana. - cuando dije eso, el empezó a resoplar y cuando Dylan resopla es que no quiere hablar del tema.
- No hace falta que me expliques nada. - dije el volviendo a hacer el trabajo de Ética.
- Claro que si te tengo que explicar y no es por hacerte el favor. Ayudé a Kevin a resolver los ejercicios de matemáticas y me lo agradeció así. ¿Que si me gustó? Claro que no. No me hizo ni puta gracia que me dijera preciosa en el pasillo con todo el mundo pasando y encima delante tuya. - cuando dije eso, no me había dado cuenta de que el me estaba abrazando. Lo necesitaba. Necesitaba tenerlo conmigo, estar en esos abrazos que sin ninguna palabra te lo digan todo. - Gracias. - dije abrazándolo más fuerte.
- De nada preciosa. - dijo dándome un beso en la frente. - Ahora volvamos a hacer el trabajo que, llevamos dos horas y a todos lo que encuentro me dices que no.
- La lista del profesor dijo que, no detalláramos mucho. - dije cogiendo mi ordenador para buscar una pagina donde mi prima, que le acababa de hablar hace tan solo unos minutos, hizo un trabajo sobre la violencia de Género que, gracias a el ahora esta en la universidad. - Mi prima hizo un trabajo sobre esto, le he dicho que me envié el trabajo por Whatsaap y así leeremos cosas y las copiaremos. - dije esperando las fotos.
- Menos mal que tienes recursos, porque yo ya me estaba volviendo loco. - dijo tirándose en la cama.
- No seas flojo y levantate. - dije tirándome encima de el.
De repente, Dylan empezó a golpearme con los cojines haciendo que soltara algo de plumas.
Cuando mi abuela abrió la puerta de mi habitación, se quedó parada sin decir nada viendo semejante escena.
- ¿Pero que esta pasando aquí? - dijo mi abuela riéndose. Dylan estaba encima mía en una postura un poco fuera de lugar y, al ver a mi abuela, se levantó corriendo rojo como un tomate y con el cojín medio roto en la mano.
- Nosotros estábamos haciendo el trabajo de Ética. - dijo sin mirarla a la cara mientras yo por detrás, le hacía señas a mi abuela para que lo hiciera sufrir un poquito.
- ¿Con la camiseta desabrochada, sin el cinturón puesto y en la postura en la que estabas encima de mi nieta?
- He..... yo. Yo puedo explicarlo...... - Dylan cada vez se estaba poniendo más rojo y más nervioso. Llevábamos saliendo desde hace mucho y todavía se avergonzaba de muchas cosas (sobre todo de las preguntas interrogatorios de mi abuela)
- Dylan, era una broma. Miriam te quería gastar una broma. Me hacía señas desde atrás para que te gastara una broma. - Dylan se giró mientras yo intentaba torpemente salir de mi cama porque sabía que, Dylan me iba a matar. - Bueno, me voy. Os dejo solos. - dijo mi abuela riéndose y saliendo de mi habitación.
Dylan se giró para mirarme, mientras yo intentaba poner ara de no saber nada. De repente, se tiró encima de mi haciendo que los dos cayéramos en el suelo. Empezó a hacerme cosquillas mientras yo gritaba que parase.
- ¡Dylan! ¡el trabajo! - dije mientras me soltaba.
Nos pusimos ha hacer el trabajo y, fijándonos en el que nos mandó mi prima, lo terminamos en menos de media hora. Cuando terminamos el trabajo, yo hice la portada ya que mi novio y el arte, no eran una pareja feliz. Dylan salió de mi cuarto y se fue al de mi hermano Marcos.
Busqué en mi ordenador un dibujo de un niño pegándole a una niña y viceversa. Empecé a colorear después de haberlo dibujado y mientras coloreaba, escuché a Dylan reír como loco al igual que mi hermano. Cuando terminé, me fui a ver que pasaba en el cuarto de mi hermano y cuando entré, los tres, Marcos, Dylan y Alex, estaban tirados en el suelo viendo una película de risa.
Os dejo el tráiler por si os gusta.
- Marcos, ¿Has hecho el trabajo de Ética? - dije poniendo las manos sobre las caderas.
- Si si, ya lo hemos terminado. ¿A qué si Alex? - dijo Marcos parándola la película y golpeando a Alex en el hombro.
- Si..... - dijo Alex sin mirarme.
- Alex, mirame y dime que de verdad lo habéis terminado. - dije apoyándome en la puerta esperando a que la respuesta fuese un "no".
- No lo hemos terminado. Hemos buscado en un montón de páginas y ninguna ponía lo que el profesor quería.
-¿ Y por qué no me pedís ayuda?
- No se. - dijo mi hermano.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
- Quiero todos los trabajo que mandé encima de mi mesa. - dijo nuestro profesor de Ética muy ruiseñor (sarcasmo)
- Voy a llevar el mio, ¿queréis que os lleve el vuestro? - todos me lo dieron y cuando se los entregué el profesor, me paró para que no me fuese de su lado.
- ¿Ha pensado en lo que le dije?
- Si, y mi respuesta es un si. Usted me tiene que decir a quien tengo que ayudar y cuando. - dije cruzándome de brazos.
- Después de clase, hablamos. - dijo el profesor preparándose para dar la clase.
Cuando me fui a mi sitio, todos se me quedaron mirando. Yo no sabía el porqué hasta que pensé en la situación anterior
- El profesor me dijo que, si ayudaba a alguien que tuvieses notas por debajo del seis, me ayudará a tener acceso a cualquier bachillerato y a cualquier universidad. - todos empezaron a sonreír y a reírse por la noticia.
- ¿Y sabes a que alumno vas a ayudar? - dijo Dylan serio.
- No, no lo se. Pero espero que no me toque uno tonto.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
- ¿Qué? No puede ser cierto. - dije gritando por la sorpresa.
- Pues si Miriam. A el alumno que tendrá que ayudar es a Kevin.
Esto no puede estar pasando
ESTÁS LEYENDO
¿POR QUÉ EL? #2
Fiksi RemajaContinuación de ¿Por que el? Miriam entrará en su nuevo instituto, rodeada de gente nueva, mala y extraña. Allí conocerá a sus mejores amigas Sonia y Lucía. Ellas pasarán momento inolvidables juntas y..... ¡Dylan! El sueño de Miriam. Desde aquella ú...