Después de estar toda la noche hablando de lo que quería que mi hermano hiciera con Sonia, Dylan se metió en nuestra habitación y pedí a mi hermano que nos dejara a solas. Sabía que tenía que hablar con el por lo de hoy en el instituto. No le había gustado nada lo que había hecho, aunque fuera por el bien común.
- ¿Quieres hablar lo de hoy en el instituto no? - dije palpando mi colchón para que se sentara.
- No en verdad no. Ya se con que intención lo hiciste. - dijo sentándose a mi lado pero esta vez, mas alejado que de costumbre.
- ¿Crees que te dejaría por una persona como el? - dije indignada por lo que estaba pensando. Me levanté de su lado y me apoyé en el ropero.
- No es eso. - dijo sentándose bien en la cama.
- ¿Entonces que es? ¡Explicame por que no lo entiendo Dylan!
- ¡Solo me molestó que te tocara de esa manera! Estoy enamorado de ti y no quiero que te toquen excepto yo, ¿Lo entiendes ahora? - cuando dijo eso, se volvió a sentar en la cama porque de la impotencia, se había levantado. En ese momento, mi abuela entró en la habitación y Dylan se fue escaleras a bajo.
- ¡Dylan! ¡Dylan! - dije yendo detrás de el. Pero antes de poder llegar hasta el, me cerró la puerta de su casa en mis narices. - ¡Dylan! ¡Abreme la puerta! ¡Dylan! - dije aporreando la puerta, pero no me hacía caso. - Perdón vale, no quería que te sintieses así vale. Perdoname, por favor. Lo ultimo que quiero es pelearme contigo. - dije gritando pero el no contestaba. Me fui a casa y me encerré en mi habitación.
- No estés mal hermanita, se le pasará. - dijo Marcos tumbándose a mi lado.
- Lo se pero, me da coraje que se enfade o que se moleste por lo que hice hoy en el instituto. - dije mirándolo a lo ojos.
- A mi tambien me dio coraje la verdad. Fíjate, yo soy tu hermano y me dio ganas de pegarle, imagínate a Dylan. Dylan se controló demasiado. - dijo Marcos levantándose de mi cama pero, le agarré la mano y lo volví a tumbar.
- Quedate esta noche conmigo. - dije poniéndole un puchero.
- Valeeeeeeee. - dijo metiéndose conmigo en la cama.
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- Hoy vamos ha hacer un ejercicio en parejas. - dijo una mujer que durante un mes vendría para aconsejarnos sobre las relaciones de pareja. ¡PERFECTO! ¿PODRÍA PASAR ALGO PEOR TODAVÍA?- Miriam, yo quería pedirte perdón por lo de anoche. - dijo Dylan agarrando mi mano mientras, esa mujer que parecía una cotorra, explicaba la actividad.
- Ya no pasa nada. Anoche hablé yo con Marcos y me dijo lo mismo que tu. No pasa nada, no te preocupes. - dije intentando escuchar algo.
- ¿Quieres hacer conmigo lo que vayamos ha hacer? - dijo llamando mi atención, como más me gustaba. Que se peinara los pelos y que a la vez, se lamiera los labios. Reí ante eso y la mujer paró de hablar y nos miró a los dos.
- Vosotros dos, ¡venid aquí! - dijo la mujer señalado las baldosas de su izquierda. Los dos nos levantamos aun riéndonos y cuando estuvimos cerca de la mujer, empezó a hablar de nuevo. - Muy bien, vuestros compañeros van a leer unas conversaciones de pareja y tienen que dar su punto de vista. - dijo la mujer yéndose a la pantalla del ordenador y con el ratón, bajando hacia la siguiente diapositiva donde estaban unas fotografiad (capturas de pantalla) de una conversación.
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¿POR QUÉ EL? #2
Novela JuvenilContinuación de ¿Por que el? Miriam entrará en su nuevo instituto, rodeada de gente nueva, mala y extraña. Allí conocerá a sus mejores amigas Sonia y Lucía. Ellas pasarán momento inolvidables juntas y..... ¡Dylan! El sueño de Miriam. Desde aquella ú...