- ¿Qué tienes que ayudar a quien? - todos se quedaron con la boca abierta al yo decirles que, el chico que yo tenía que ayudar era Kevin.
- Si, ese mismo. - dije comiéndome el bocadillo en el recreo.
- ¿Te han dicho que días son? - dijo Dylan enfadado y de brazos cruzados.
- No lo se. Espero que solo sean dos días y si son más, me van a tener que pagar. - dije tirándole la bolita de papel de plata a mi hermano. - No me hace mucha gracia darle clases y menos a ti Dylan pero, te aseguro que voy a hacer todo lo posible para que quiera separarse de mi.
- Miriam, confío en ti pero en quien no confío, es en Kevin. - dijo abrazándome y dándome un beso en la frente.
- Lo sé. - dije mientras tocaba la musica que indicaba que nos teníamos que meter dentro de clases.
Todos hablaban mientras yo pensaba en lo que el profesor me había dicho. Tendría que ayudar a una persona que no me caía nada bien, que le hizo daño a una amiga y a mi novio y encima, tiene fama de playboy. Me fui al aula de plástica y allí, vimos que la maestra estaba cambiando de sitios a los alumnos. Yo me senté en mi sitio, al lado de Dylan y para hacer la gracia del día, la maestra me puso al lado a Kevin. Yo me tranquilicé pero vi, que el pecho de Dylan, subía y bajaba rápidamente.
Le cogí la mano por debajo de la mesa y pareció haberse quedado mas calmado. Estuvimos en la clase juntos, sin hacerle caso ninguno a Kevin y el hizo lo mismo. Ningún "hola" de los suyos, nada. El problema de que no habláramos es que, tarde o temprano tenía que preguntarle cuando y donde teníamos que quedar para ayudarlo.
A la hora de irnos a casa, lo busqué para ver, cuando empezaríamos las clases pero, no me hizo buscar mucho, ya que, lo tenía delante.
- Hola preciosa. - dijo el muy ruiseñor.
- No me llames así. - dije cruzándome de brazos. - Mira te voy a ser sincera, quiero pasar el mayor tiempo posible lejos de ti así que, quedaremos dos días, los que quieras y estudiaremos en la biblioteca de Bormujos. ¿alguna pega?
- Si, no quiero dos días quiero tres y, me gustaría que vinieras algunos de esos días a mi casa. Mis padres quieren ver que tipo de persona me está ayudando. - al decir eso, sabía que no podía discutir mucho con el, ya que, si discutíamos, iría al profesor y me quitaría la posibilidad de ir a donde quiero. - Vale, entonces es, tres días y un día de ellos en tu casa para que tus padres vean tu evolución. ¿Y la hora?
- Pues mira la hora, los dos días que vayamos a la biblioteca quedaremos sobre las cinco de la tarde hasta las ocho y, el día que vengas a mi casa, nos vamos en mi coche o andando a mi casa, te quedas a comer y estudiamos hasta que tu digas.
- Vale, trato hecho. Ahora, ni se te ocurra inventar algo sobre nosotros dos. Si no, me vas a conocer bien. - dije agarrándolo de la camisa. Cuando terminé de decírselo, me fui al coche de Oscar y nos fuimos. Llegamos a casa y cada uno se fue despidiendo. Llegué a mi casa y mi abuela, ya tenía la comida preparada. Comimos y cada uno para su cuarto. Me eché en la cama y me quedé mirando al techo. No sabía como iba a aguantar a Kevin. No iba a poder soportarlo. Pensando en todo el rollo de Kevin, me quedé dormida en segundos.
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Me desperté de un salto, al escuchar mi teléfono sonar. Mientras todavía estaba medio dormida, intentaba buscar mi móvil que, inexplicablemente estaba en el lavabo y yo señores y señoras no lo había pisado ¿o si? Descolgué el teléfono y hable.
- ¿Si? ¿Quien es? - dije desperezándome y tumbándome otra vez en la cama.
- Buenas tardes, preciosa. Creo que te acabo de despertar. - dijo Kevin en tono de satisfacción.
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¿POR QUÉ EL? #2
JugendliteraturContinuación de ¿Por que el? Miriam entrará en su nuevo instituto, rodeada de gente nueva, mala y extraña. Allí conocerá a sus mejores amigas Sonia y Lucía. Ellas pasarán momento inolvidables juntas y..... ¡Dylan! El sueño de Miriam. Desde aquella ú...