Save me

Capítulo 39

Al llegar a la escuela nos encontramos con mis alumnos que se presentarán en el festival acompañados de sus padres. El camión llegó justo después de nosotros.
—Adele—dijo Jessie acercándose a nosotros—. Estoy muy emocionada, ¿es normal? No sé porqué pero estoy muy emocionada.
—Jajajaja Jessie yo también estoy muy muy emocionada.
—Hola Simon, hola peanut. Todos están listos para irse, ¿les digo que suban al autobús?
—Si creo que es buena hora para subir e irnos. ¿Quién tiene las listas?
—Sufian y Richard—(el otro maestro de instrumentos)—. Son los que tienen las listas.
—Perfecto. Diles que antes de subir tomen lista.
—Muy bien.
Volteé con Simon y Angelo. Peanut estaba viendo asombrado el autobús.
—Es enorme papi—dijo Angelo. Estaba en los brazos de Simon.
—Jajajaja si bastante. Más que los autobuses rojos de la calle.
—¡Si! Mami, ¿iremos ahí?—señaló el camión.
—Si mi vida.
—Woooow.
—Ven conmigo para que papi vaya a subir las maletas—se lo quité a Simon de las manos.
—Claro en seguida voy—Simon cargó las maletas y se dirigió al autobús.
Todos mis pequeños alumnos se despidieron de sus padres, confirmaron su asistencia con Sufian y subieron al autobús. Richard y Simon ayudaban a meter las maletas en la parte baja del autobús. Cuando todos subieron al autobús Angelo y yo subimos. Nos tocó hasta adelante. Lo senté en el asiento al lado de la ventana y me puse en medio del pasillo.
—Okay escúchenme por favor—dije en voz alta. Todos dejaron de hablar y enfocaron su atención en mi—. Espero que hayan traído todo lo que necesiten para estos días fuera. Espero que estén listos y entusiasmados, dispuestos a divertirse ¿Okay? Nada de nervios. ¿Todos listos para Manchester?
—¡Manchester!—gritó peanut parándose en el asiento.
—¡Si!—gritaron mis alumnos.
—¿Falta alguien?—Todos negaron—. Entonces vámonos.

Simon se sentó en el asiento al lado del pasillo. Le indiqué al chofer que estábamos listos y arrancamos hacia Manchester.
Angelo iba a mi lado viendo la ciudad por la gran ventana del autobús, todos iban platicando entre ellos y algunos tomando varías fotos. Yo iba viendo hacia el frente, estoy emocionada y nerviosa a la vez. Quiero que a mis alumnos es vaya muy bien, el festival es muy importante, en serio quiero que todo salga bien.
—Oye...—Simon estiró su mano para alcanzar las mías. Hasta que hizo eso me di cuenta de que yo estaba temblando—. Tranquila—volteé a verlo y estaba sonriendo.
—Estoy nerviosa y emocionada a la vez—dije viéndolo a los ojos.
—Todo saldrá estupendo, ya verás—levantó mi mano y la besó. Fue muy lindo porque ambos traemos el brazalete de peanut. 
—Esa es una gran foto—dijo Jessie frente a nosotros. Ni siquiera me había dado cuenta que estaba ahí—. Se las mandare por mensaje luego jaja.
Lo único que hice fue sonreír. Simon y yo nos soltamos para dejar a Jessie pasar. Le mandé un beso y volteé hacia el frente.

•Narra Simon•

El viaje es bastante largo. Haremos dos paradas una en Bedford y la otra en Nottingham.
Adele se ve bastante nerviosa y emocionada a la vez, los niños están eufóricos. Me alegra ver tan feliz a Adele, en serio no puedo pedir nada mas.
Otro que también está extremadamente feliz es Angelo. No despega la mirada de la ventana. Pero como todo niño pequeño en viaje largo, tenía que llegar el momento en el que...
—Mami—dijo sentándose bien.
—Si—dijo Adele volteándolo a ver.
—¿Ya llegamos?
—No peanut. El viaje es muy muy largo.
—¿Cuánto tiempo falta?
—Bastante cariño.

Y también llegaron las idas al baño y los quejidos de cansancio y aburrimiento, pero Adele supo llevarlo muy bien, yo le ayudé con las idas al baño.
—Estamos persiguiendo al sol—dijo Adele señalando el sol escondiéndose al final del camino frente a nosotros.
—¿Si?—dijo Angelo interesado y adormilado al mismo tiempo. Se veía que luchaba por mantenerse despierto. Volteé a ver a los niños y la mayoría iban dormidos o con sus audífonos a punto de dormirse.
—Pero él es más veloz que nosotros—dijo Adele en voz baja—. Es más grande y siempre estará muy lejos de nosotros.
—¿Cómo nubes?—dijo Angelo a punto de dormirse. Cerró sus ojos y empezó a cabecear.
—Si peanut, tan lejos como las nubes—Adele le dio un beso en la frente y lo puso en su regazo. Angelo se había quedado profundamente dormido.
Me senté al lado de ella.
—Por fin se durmió—le dije en un susurro.
—No tardo en hacerle segunda—dijo Adele antes de un bostezo.
—Duérmete, aún falta bastante.
Sin decir nada más abrazo más a Angelo, recargó su cabeza en mi hombro y fue quedándose dormida poco a poco.
La abracé y pronto el sueño empezó a invadirme también.