•Narra Adele•
El dolor de mi espalda al voltearme en el sillón fue tanto que me desperté. Vi la habitación oscura, la fotografía y el brazalete en mi mano.
Toda la noche estuve ondulando entre el sueño y la realidad por el dolor de las heridas en mi espalda, además tengo miedo de que Alex entre a la habitación tirando la puerta o algo así, lo creo capaz de todo.
Cerré los ojos intentando dormir de nuevo. Sentí como empezaba a caer en el sueño profundo cuando escuché que abrían la puerta, pero no abrí los ojos por el cansancio.
—¡Mami!—dijo Angelo y entonces ahora sí abrí los ojos.
—¿Angelo?—dijo sorprendida al verlo frente a mi—. Angelo ¿qué haces? ¿Cómo llegaste aquí? Vete peanut—dije volteando hacia la puerta aterrada.
—La tía Laura me trajo, ven vámonos—dijo dándome la mano.
—Angelo es muy peligroso—dije levantándome.
—Corre mami.
Lo seguí. Salimos de su antigua habitación y bajamos las escaleras, a la mitad vi como Alex se incorporaba del sofá y me detuve en seco.
—Angelo... Angelo hay que correr—dije acercándolo a mi.
—Si mami, corre—corrió escaleras abajo pero llegó al último escalón justo cuando Alex se levantó. Lo vio y sonrió.
—No...—dije deteniéndome—. No no, Angelo... ¡Angelo corre!
Angelo me vio con cara de confusión. Se dio media vuelta y vio a Alex parado frente a él.
—Mami—dijo asustado volteando hacia mí de nuevo.
Corrí hasta él escaleras abajo pero Alex lo tomó por los hombros.
—¡No mami!—gritó Angelo mientras Alex lo alejaba de mi.
—¡Angelo!—grité siguiéndolos pero Alex lo sacó de la casa—. ¡Angelo! ¡Alex por el amor de dios déjalo!—grité histérica.
Corrí hasta ellos pero cuando estuve a punto de salir la puerta se cerró frente a mi. Intenté abrirla pero estaba cerrada.
—¡Angelo!... ¡Angelooo!
—¡Mami!—un golpe y un silencio me hicieron volverme loca.
—¡Noooo!—grité golpeando la puerta.Desperté por el dolor de la herida de nuevo. Esa última pesadilla me dejó tan alterada que empecé a moverme para relajarme y olvidé las heridas en mi espalda. Me senté con el ceño fruncido. No puedo quitarme la pesadilla de la mente... Necesito mi atrapa sueños, necesito irme de aquí.
¿Qué hora es?
Por las cortinas se filtra la luz del sol, supongo que es temprano.
La peste de toda la casa está impregnada en mi ropa y mi cabello, supongo que también en mi piel. Necesito un plan para salir de aquí, lo necesito ahora.
Me puse de pie y el dolor de mi espalda se mezcló con un dolor abdominal muy fuerte que me hizo tener ganas de gritar pero me cubrí la boca, no debo de hacer ruido. Esperé de pie a que se pasara el dolor y caminé hasta la entrada. De seguro estoy a punto de menstruar, lo que me faltaba.Salí con sigilo al pasillo, caminé hasta las escaleras y bajé aferrándome al barandal. Entonces escuché el sonido del escusado del baño. Corrí hasta la cocina y me escondí. Vi como Alex salía y justamente, venía hacia la cocina, excelente.
—Hola buenos días—dijo con ese temblor en las manos que me causa nauseas—. ¿Dónde está el desayuno?
—No lo he hecho—dije dándole por su lado, no quiero que vuelva a golpearme.
—¿Y qué esperas?
—¿Qué quieres?—todo lo que yo decía lo hacía con tono seco. Pienso darle por su lado pero no pienso sonreírle después de haberme destrozado la espalda.
—Un omelette. Muévete que muero de hambre—salió de la cocina—. Ah...—dijo volviendo—. Lindo rostro—sonrió y volvió a salir.
Me vi en el reflejo del refrigerador y vi él hinchazón en mi mejilla. Perfecto, volví al inicio.
Pero ya no voy a llorar, no voy a dejarme doblegar por ese imbécil, respiré hondo y abrí el refrigerador para sacar todo y hacer el estupido desayuno. No he comido nada desde el desayuno de ayer y la verdad no tengo hambre.
Rompí el cascarón del vuelo y lo puse en la sartén, el olor inundó la cocina y se mezcló con la peste del lugar así que me dieron unas nauseas horribles que hasta tuve que alejarme. Hice lo más rápido que pude el desayuno, lo puse en el plato y corrí al baño a vomitar, pero solo vomité saliva. Dios mio olía asqueroso.

ESTÁS LEYENDO
Save me
Fiksi PenggemarAdele estaba perdidamente enamorada de su amado esposo. Para ella era el hombre perfecto, no había nadie en el mundo mejor que él, sin embargo se dio cuenta de que no lo conocía del todo, él tenía un secreto que al salir a la luz la dañaría más de l...