Capítulo 26

1.7K 80 11
                                    

—¿Y tu cumpleaños?—dije triste.
—¿Qué sucede con mi...? Oh espera... Mi cumpleaños es el viernes.
—Si lo es. Creí que la pasaríamos juntos—dije sin revelar mis planes. Aunque creo que están a punto de cancelarse.
—Tienes razón. Ni siquiera recordaba que era mi cumpleaños, he estado muy ocupado.
Me puse triste.
—Haré todo lo posible por evitar que cambien la fecha.
—Si, por favor—dije suplicante—. Además...no quiero estar sin ti desde ahora. No estoy preparada mentalmente.
—Ni yo. No te preocupes, haré algo al respecto.
Ya no dije nada, solo seguí estrechando su mano entre las mías. El sueño empezó a vencerme hasta que ya no supe nada.

•Narra Simon•

Desperté gracias a la alarma. La apagué y me estiré un poco. Me encantaba despertar con Adele a mi lado. Sin despertarla me levanté. Fui al baño, me arreglé y me dirigí a la cocina. Se convirtió en una rutina que yo despierte antes. Siempre me dice que la despierte para que pueda preparar el desayuno y la leche de Angelo pero nunca lo he hecho. ¿Para qué molestarla? Tomé el vaso de Angelo y prepare la leche. Abrí el refrigerador para sacar las cosas y preparar el desayuno. Cuando terminé lo puse en una charola y lo llevé a la habitación de Adele. Lo puse en el buró y le di un beso en la mejilla que de inmediato la despertó.
—Simon...—dijo adormilada recargándose en su codo—. Oh Simon—acomodó su cabello en un moño—. ¿Por qué no me despiertas? En serio, no tienes que hacer todo tú solo.
—Solo por ti mi cielo—le di un beso rápido—. Voy con Angelo.
Salí de la habitación y con la leche de peanut en la mano abrí la puerta con cuidado. Las cortinas están cerradas y la única luz es la de su pequeña lámpara. Caminé con cuidado.
—Simon...—dijo Adele desde él pasillo.
—¿Si?—sin fijarme pisé un auto de juguete. Éste empezó a sonar—. ¡Mierda!—susurré tomando rápidamente el pequeño auto.
—Pffff—escuché a Adele desde el pasillo aguantarse la risa—. Justo te iba a decir que tuvieras cuidado.
Entró y me quitó el coche de juguete, lo apagó y me dio un beso.
—Ve a desayunar—susurró—. Voy en un momento.
Asentí, le di otro beso y salí.
Fui a la habitación y tomé un wafle.
—Ese niño tiene el sueño pesado. Si pasa un tren por su habitación no se despertaría.
—Jajajaja soy un fracaso.
—No no lo eres—dijo acomodando mi corbata como siempre lo hace—. Recuerdo tu foto de generación—dijo viéndome a los ojos con su hermosa sonrisa.

•••
—Corbata inútil—proliferé.
—Solo sígueme Simon—dijo Rick, mi compañero de grupo—. Vuelta así, luego nudo así...
—¡No puedo!—dije exasperado.
—Chicos, salgan, hora de la foto—dijo nuestra maestra.
—¡Corre Simon! Nos dejaran atrás y no saldremos en la foto.
—La verdad no le veo importancia a la foto. Nadie nos recordará. Verán nuestro rostro y dirán: "oh... Él... No recuerdo su nombre". ¿Qué más da si no aparecemos en la foto?
—No digas tonterías. Solo corre—dijo saliendo del salón con los demás dejándome solo.
Salí de mala gana caminando por el pasillo acomodando la corbata.
Por fin pude hacer un nudo decente para mí y levanté la vista para echarme a correr pero choqué con alguien.
—¡Ouch!—dijo Adele sobando su brazo—. ¿Qué rayos te sucede ahora?
—Tengo la foto de generación y voy tarde—dije levantando la libreta que hice que tirara al golpearla—. Ten, lo siento. Nos vemos después.
—Si si... Oye espera—dijo deteniéndome del brazo. Acomodó mi corbata y el cuello de mi camisa—. Listo. Jajajaja me sentí mi madre con mi padre todos los días.
—¿Eso hacen?
—Siempre acomoda su corbata antes de que salga de casa.
—Jajajaja gracias Adele. Adiós—dije y salí corriendo.
•••

—Después de acomodar su corbata—dijo acercándose a mi—. Le daba un beso.
Entonces la besé.
—Te amo—dije sonriendo.
—Y yo a ti—me abrazó.

•Narra Adele•

Me vestí y empecé a maquillarme, entonces escuché los ruiditos de Angelo y cuando estaba delineándome sentí el golpe de Angelo en mi pierna y casi hace que me pique el ojo con el delineador. Mi maquillaje se estropeó.
—¡Angelo!—volteé a verlo y estaba en pijama escondido tras la cama—. Ven aquí...
—Te ves chistosa jajajaja—dijo escondiéndose aún más.
—Lo sé lo sé. Ven aquí. Vamos a cambiarte.
Salió de su escondite, estiró los brazos para que lo cargara, cuando lo cargué me dio un beso en la mejilla y yo a él.
—Buenos días dormilón.
Solo sonrió y se aferró a mi cuello con sus bracitos.
—¿Y papá?
—Esta...
—Aquí—dijo Simon—. Buenos días peanut. ¿Dormiste bien?—Angelo asintió—. ¿Listo para la escuela?—Angelo negó—. Jajajajajaja, pequeño travieso.
—Vamos mi vida—dije yendo a su habitación para cambiarlo.
—Adele, me tengo que ir. Tengo que arreglar el asunto de las fechas.
—Claro, suerte. Me llamas en cuanto sepas la fecha oficial.
—Eso haré—me dio un beso en la mejilla—. Adiós. Te amo.
—Y yo a ti—dije sonriendo.
—Oye...
—¿Si?
—Creo que exageraste un poco en el maquillaje—dijo señalando su párpado refiriéndose a mi pequeño incidente.
—Jajajaja ya vete—dije lanzándole una patada que esquivó riéndose. Angelo también se rió—. A ¿con qué tú también riéndote de mi?
Angelo se cubrió la boca con sus pequeñas manos intentando contener la risa.
—Muy bien, ¿quieres reír?—lo puse en su cama y empecé a hacerle cosquillas.
—No Jajajajajaja ya mami jajajaja—dijo moviendo sus pies y sus manos intentando quitar mis manos de su estómago—. Jajajaja ¡ya!
—Esto te pasa por burlarte de mí—dije y le di un beso.
Todas las mañanas de los últimos dos años habían sido así y me fascinaba. Me sentía en mi paraíso.

Save me Donde viven las historias. Descúbrelo ahora