Simon me besaba con pasión mientras recorría mi espalda con sus manos, haciendo que cada punto que tocaba de mi piel se erizara. Me separé un poco para tomar aire. Con nuestras frentes juntas abrí los ojos llenos de deseo y lo vi analizando cada parte de su rostro. Nos vimos a los ojos por unos segundos con las respiraciones agitadas. ¿Acaso podrá ver en mis ojos el deseo que siento por él? Tomé su mejilla y me di cuenta de que mi manó estaba temblando.
Puso su mano sobre la mía, la tomó y la besó. Volvió a verme a los ojos y en un movimiento me tomó de la cintura y me puso sobre él. Me rodeó con sus brazos y me besó de nuevo. Enterré mis manos en su cabello.
Sentí sus manos en mi cintura y subiendo por mi espalda. Iba quitando mi blusa poco a poco. Dejó de besarme para liberarme de la prenda. Aventó la blusa a un lado y volvió a abrazarme.
Yo empecé a desabrochar los botones de su camisa uno por uno y fui descubriendo su pecho. Se sentó, de modo que quedé sentada en sus piernas. Quitó su camisa por completo y siguió besándome. Perdí la razón cuando sus labios viajaron hasta mi cuello. Solté un gemido y la sensación en mi cuerpo fue tan extraña que me separé un poco de él poniendo mi mano en su pecho. Me quedé viendo fijamente sus labios.
—¿Qué sucede?—dijo agitado.
—No...no lo sé...—dije sonriendo también con la respiración entrecortada.
—¿Quieres que me detenga?
—No... Todo menos eso—volteé a verlo a los ojos sonriendo tímidamente. Él estaba más que feliz.
Tomé su rostro entre mis manos y lo besé.
Me abrazó con fuerza y sin romper el beso se puso de pie mientras me cargaba. Después me recostó en la cama y se puso sobre mi.
En segundos mis mallas y sus pantalones dejaron de estorbarnos.
Sentí sus ágiles manos en mi espalda, abriendo el broche de mi sostén. Cuando lo logró sentí como si me hubieran liberado. Me lo quitó y esté voló por la habitación.
Sin dejar de besarme tomó mis pechos y empezó a acariciarlos haciendo que saliera de mi. El beso en el cuello fue la gota que derramó el vaso. Solté un gemido escandaloso que lo hizo sonreír porque cuando abrí los ojos estaba sonriendo.
—Sim...—empecé pero me faltaba el aire. Además sentí su mano en mi entrepierna. De la nada mis bragas ya estaban en el suelo.
Simon acariciaba mi cuerpo con tanta delicadeza que me volvía loca.
Sentí su masculinidad en mi muslo y sonreí con los ojos cerrados.
Me besó en los labios mientras yo sonreía.
En un hábil movimiento se quitó la ropa interior y ambos estábamos desnudos. Sus besos me tenían en otro planeta. Comenzó a besar mis senos haciéndome enloquecer aún más. Casi ni me percaté de que hacía un espacio entre mis piernas. Entonces me invadió un miedo enorme. Cuando lo sentí sobre mi entrepierna me paralicé. Los recuerdos y las pesadillas invadieron mi mente. Yo luchaba con mi inconsciente para no pensar en el dolor que había sentido aquella vez pero estaba perdiendo la batalla.
Fruncí el ceño con los ojos cerrados. Empecé a temblar y sentí que Simon se detenía.
—Adele Adele Adele...—dijo acariciándome el cabello. Abrí los ojos y me veía con cara de preocupación—. Tranquila, tranquila—dijo en un susurro.
—Lo siento... Yo... Me asuste—dije viéndolo a los ojos.
Me siento como si fuera mi primera vez.
—No haré nada que te dañe, te lo prometo. Confía en mí. Relájate—dijo eso muy cerca de mi oído y después besó mi cuello haciéndome gemir.
Ese gemido fue seguido inmediatamente por otro al sentirlo entrar en mi con delicadeza extrema, lentamente iba sintiéndolo en mí y eso me hizo volver a la vida. Solté un ruidoso "¡Ah!" Al sentirlo completamente dentro de mi. Rodeé su cadera con mis piernas y lo tomé de los hombros.
Empezó a salir y entrar con lentitud haciéndome gemir cada vez más.
Me besó para callar mis gemidos.
—Shhh...despertaras a peanut...—dijo sonriendo.
—Tienes razón... Lo siento yo... ¡Ah!—grité al sentirlo de nuevo dentro de mi—. ¡Simon!
—Te amo—dijo en un susurro con excitación y empezó a aumentar su ritmo.
Cada vez era más apasionante, clavé mis uñas en su espalda, mis labios eran controlados por los suyos. Mi feminidad imploraba por él cuando salía de mi.
Me siento en la luna.. En el paraíso, no lo sé pero no siento como si estuviéramos en la habitación. Esto es demasiado bello para ser cierto.
Sin salir de mi se recostó a mi lado y así volvió a entrar y salir de mi. Nuestros pechos se movían a su ritmo. Yo no puedo dejar de gemir, y él tampoco.
Después de un rato así, Simon aumentando su ritmo cada vez más empecé a sentir un temblor en mi cuerpo.
—Simon...—dije abrazándolo con fuerza—. Simon.
No dijo nada solo siguio y siguió. Cuando empezó a detenerse me volví loca.
—No...no pares. No pares, estoy a punto de...llegar. Por favor—le imploré.
Me puso sobre él, entró en mí y con un ritmo rápido volvió a empezar.
Sus gemidos y los míos mezclados hicieron que ese temblor en mi cuerpo aumentará en demasía. Había llegado y lo hice con un grito escandaloso.
Me desplomé en su pecho aún temblando. Él siguió hasta que salió de mi rápidamente. Llegó con un grito ahogado y me besó.
Estamos completamente empapados de sudor. Yo literalmente tirada en su pecho.
Me cubrió con sus brazos, me bajó de él, me puso a su lado y empezó a besarme el cuello y los hombros. Me cubrió con la cobija al igual que él y siguió acariciando mis pechos y besándome. Después me rodeó con sus brazos y me acercó a él.
—Simon—dije extremadamente feliz—. Te amo... Te amo.
—Esto es el verdadero amor Adele... Te amo—me dijo y besó mi frente—. Eres estupenda, eres hermosa, te amo como nunca he amado.
—Gracias Simon, gracias por demostrarme que es el amor.
No dijo nada. Con su gran fuerza y agilidad me puso a su altura y me besó de nuevo. Me acurruqué a su lado y cerré mis ojos.
—¿Por qué no me lo habías dicho?—dijo en voz baja acariciando mi cabello.
—¿Qué?—abrí los ojos y lo vi viéndome con ojos cansados.
—Lo que había sucedido.
Cerré los ojos.
—No es algo agradable para sacar como tema de conversación, ¿no crees?
—Tienes razón. Pero estoy tan feliz de que ahora estés bien. Ese hombre no te merecía, yo no te merezco, eres una mujer maravillosa. Soy muy afortunado.
Volví a abrir los ojos, sonreí y lo vi a los ojos.
—Te amo—le di otro beso rápido—. ¿Quién iba a imaginar que nosotros, los dos mejores amigos, los más locos de la escuela, íbamos a terminar siendo pareja?
—Lo sé, es una locura. Es la mejor locura del mundo—besó mi cabello.
Exhausta, excitada, enamorada, llena de vida, me quedé dormida.

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Save me
FanfictionAdele estaba perdidamente enamorada de su amado esposo. Para ella era el hombre perfecto, no había nadie en el mundo mejor que él, sin embargo se dio cuenta de que no lo conocía del todo, él tenía un secreto que al salir a la luz la dañaría más de l...