—Adele...—dijo Simon bajando la mirada.
—¿Por qué...—respiré hondo porque sigo cansada y porque quiero retener las lagrimas aunque ya estén saliendo. Es estupido pero mi gran orgullo me obliga a hacerlo—...no estuviste conmigo?
—Esque... Tuve que irme a arreglar unos asuntos.
—¿Qué asuntos son más importantes que tus bebés?
—No sabía que iban a nacer justo hoy. Adele no fue mi intención. Hice todo lo posible para llegar rápido. Estaba histérico.
—¿Y cómo crees que estaba yo?—dije ya empezando a llorar. Cerré los ojos y solté un sollozo exagerado. Esas estupidas hormonas.
—En serio lo lamento. Pero no te enojes, acaban de nacer los bebés, debes de estar feliz.
—Mi novio, padre de mis bebés no estuvo en el parto.
—En serio lo intenté pero había muchísimo tráfico y vine corriendo...
—No quiero que se repita la historia—dije llorando desconsoladamente.
—¿Qué historia?
—Cuando nació Angelo...
—Espera espera espera. ¿Crees que seré igual que Alex?—dijo ofendido.
—No digo... Que igual que él pero...
—Si lo estás diciendo Adele. Yo nunca...
—Cuando Angelo nació él no estuvo conmigo. Me sentía tan destrozada. Y ahora tú tampoco estuviste.
—Adele escúchame—tomó mi mano—. Lo más importante para mí en este mundo es tu bienestar, el de Angelo y ahora el de los bebés. Yo nunca te haría daño.
Me quedé en silencio esperando a que mis sollozos se calmaran.
—Lo único que tengo es miedo—dije cerrando los ojos y apretando su mano—. Miedo de perderte.
—Eso jamás va a pasar. Sería un estupido si te dejara porque no sé qué haría sin ti—dicho eso besó mi mano.
Me enderecé un poco y lo abracé. Me respondió el abrazo haciéndome sentir segura y amada.
En ese momento se abrió la puerta y un montón de globos aparecieron seguidos por Laura y con peanut de la mano.
—¡Mami!—dijo Angelo feliz. Soltó la mano de Laura y corrió hasta la cama para intentar subirse. Simon lo cargó y lo sentó a mi lado. Angelo se lanzó hacia mí y me abrazó por el cuello.
—¡Angelo! Se supone que gritaríamos sorpresa—dijo Laura intentado controlar los globos rosas y azules que volaban por toda la habitación.
—¡Sorpresa!—dijo Angelo y volvió a abrazarme.
—Jajajajajajaja gracias a los dos—dije abrazando a peanut—. Los amo.
—¿Ya no te duele?—dijo Angelo tocando mi vientre.
—No pequeño, ya no. Tus hermanos ya nacieron—dije levantando su pequeña barbilla partida igual que la mía.
—Si. Están en cajas raras—dijo Angelo viéndome a los ojos.
—¿Cajas?—dije confundida.
—Los bebés presentaron problemas para respirar y los llevaron a la incubadora.
—¡¿What?!—dijo Laura. Volteamos a verla y estaba abrazando un enorme globo con forma de bebé—. ¿Y cuándo podremos verlos?—su cara era mortificación pura.
—Puedes verlos por el ventanal—dijo Simon.
Laura soltó el globo y salió corriendo de la habitación.
—¿Incubadoras?—dije viendo a Simon—. No... No me dijeron nada.
—Pero estarán bien muy pronto—Simon me dio un beso.
Estaba a punto de ponerme triste pero Angelo empezó a moverse. Volteé a verlo y estaba buscando algo.
—¡Dulces!—dijo Angelo sacando una pequeña bolsa de su pantalón.
—¿Me compraste dulces?—dije sonriendo tomando la bolsita.
Él solo asintió eufóricamente con una sonrisa pintada en el rostro. Sus pequeños dientes separados me dan mucha ternura. Lo acerqué a mi, lo abracé y le di un beso en la frente.
—Te amo mi vida—como respuesta me abrazó más fuerte.•Narrador normal•
Laura corrió por los pasillos siguiendo los letreros hasta llegar a las incubadoras. Daniel la vio mientras corría así que la siguió. La encontró de frente al ventanal y se puso a su lado.
—¿Están aquí?—dijo Daniel viendo las incubadoras.
Al no recibir respuesta de Laura volteó a verla y vio las lagrimas recorriendo sus mejillas.
—Amor...—dijo Daniel tomándola de los hombros.
—Son tan pequeños...—dijo Laura bajando la mirada y limpiándose las lágrimas—. Y tan lindos.
—Cariño...
—Estoy bien—Laura lo vio a los ojos—. Estoy bien no te preocupes—fingió una sonrisa y cerró los ojos dejando escapar las lágrimas—. Es llanto de felicidad.
—En serio Laura no tienes que mentirme.
Laura se quedó en silencio un rato viéndolo a los ojos hasta que no resistió más y empezó a llorar desconsoladamente.
—Ven aquí—Daniel la abrazó y Laura continuo llorando entre sus brazos.
—Lo lamento tanto...
—Ya habíamos hablado de esto Laura. No es tu culpa.
—En serio... Como... Como me gustaría poder—Laura se levantó intentando retener sus sollozos—. Poder...
—Ya, tranquila.
—Ya no podía Daniel. Claro que estoy feliz por Adele, estoy más que eso. Pero estar aquí y ver a tantos bebés y... Y a las nuevas madres y...
Daniel no dijo nada, solo volvió a abrazarla para que se desahogara.
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Save me
Fiksi PenggemarAdele estaba perdidamente enamorada de su amado esposo. Para ella era el hombre perfecto, no había nadie en el mundo mejor que él, sin embargo se dio cuenta de que no lo conocía del todo, él tenía un secreto que al salir a la luz la dañaría más de l...