*NARRAJUSTIN*.
No pude asistir con Selena, más bien no tenia ganas. Pero ella vino hasta acá.
-¿Que es eso tan importante que me tienes que decir Selena.?.- Realmente no creo que sea tan importante, Selena es tan hueca que nunca tiene algo importante en su vida.
-Estoy embarazada.- Bien, algún día tenía que pasarle, se mete con muchos tipos, y siempre esta drogada o borracha, ni modo que en algún momento no se haya cuidado.
-¿Que puedo hacer por ti?.- Digo.
-Estúpido, de ti.- Miles de cosas pasaron por mi cabeza, de verdad no podía creerlo, ella no podía esperar un bebé mio.
-No, estás loca, ese bebé no es mio Selena, tu eres una...- Pude ver lo destrozada que ya estaba, así que no le dije nada más.
-Si, pero la ultima persona con la que estuve fue contigo, así que si, es tu bebé, no me importa, si no vas hacerte cargo de este bebé, lo voy abortar.- Dice a gritos. No la creo capaz de hacer una estupidez como esa. No me dio tiempo para decirle nada más.
*NARRA___*
Entramos a la habitación, estaba todo apagado, así que Eduardo saco su celular, y solo alumbró su rostro, podía ver lo nervioso que estaba.
-___, tengo una pregunta que hacerte, solo quiero decirte que eres el amor de mi vida, y te amo.- Dice aún más nervioso.
-Mi amor, dime que pasa.- Digo tierna tomándolo de las mano. Apago su celular y quedamos completamente sin ninguna luz. Apreté fuerte su mano. Encendió las luces, había un camino de pétalos de rosas blancas y rojas. Cuando llegamos al lugar esperado, había una cama con sabanas blancas, en ella había una caja. Abrí nerviosa la caja. En la caja había un papel, en donde decía. ¨TE QUIERES CASAR CONMIGO? Mire de inmediato a Eduardo, estaba incado ahora frente a mi con un anillo. No sabía que hacer, que decir. Lo quiero, pero Justin... bueno el esta con Selena ahora. ¡DEJA DE PREOCUPARTE POR ESE IMBÉCIL! me dije a mi misma.
-Por supuesto que si.- Dije de inmediato. Mi vida cambiaría, me iba a casar, amando a Eduardo. Tendría hijos, y seré feliz. Justin solo fue unos de los pocos chicos con los que anduve.
Eduardo y yo vimos películas, y en unas horas me llevo a casa.
-Mi amor, descansa, gracias por todo.- Dice Eduardo dándome un beso en la frente.
-Si esta bien.- Dije. Me despedí de el, entre a mi casa, pero solo fue para hacerle creer a Eduardo que no iría a ningún otro lugar, pero iría a casa de Justin, necesito hablar con el.
Antes de tocar el timbre, lo pensé dos veces. Pero definitivamente esto era lo correcto, para cuando decidí tocar el timbre, Justin abrió la puerta como si el supiera que yo me encontraba ahí.
-Hola, que sorpresa.- Dice interesado en mi vestido.
-Hola Justin debemos hablar.- Explico.
-Bien, pasa, no hay nadie, tenemos privacidad aquí.- Entramos, tomamos asiento en el sofá. Hubo unos segundos de silencio, nuestras miradas coincidían de una manera tan perfecta. ¡NO LO HAGAS ___! me dije a mi misma, al ver que estaba completamente perdida en esos labios tan perfectos que tiene, no me resistí y lo besé. Sentí una lágrima caer por mi mejilla, Justin volvió a besarme, pero esta vez con más intensidad, me tomó de la cintura y me llevo a su habitación, yo sabia que debía hacer algo para que no pasará esto, pero deseaba estar a su lado, tan solo una vez más. Me besó el cuello delicadamente, caminamos hacia la cama sin dejar de besarnos, se subió arriba de mi, sobre sus codos, para no aplastarme. Me quito el vestido y me dejo en ropa interior. Sentí como si fuera la primera vez que el me veía de esta forma. -Sonrojada te ves aún más bonita.- Dice Justin al ver el rojo en mis mejillas, no pude evitar sonrojarme aún más. El era la persona que amaba, la única persona que yo deseaba. Justin me quito la ropa interior, y me llevo a la jodida gloria. -Justin, nos pueden escuchar.- Dije gimiendo. -Querida, bendito sea el que te escuche gemir.- Dice Justin lamiendo cada uno de mis pechos. Esta no era la primera vez que hacia esto con Justin, pero definitivamente considero que ha sido la mejor de todas. Justin se puso de pie, y me encargue de quitarle la camisa mientras el se quitaba el pantalón. Pude ver su gran miembro. -Es mi turno.- Dije poniéndome de rodillas. Su sonrisa era la más bonita entre un millón. En su sonrisa podrías encontrarte a ti misma si lo deseabas, es como un tipo buscador de sentimientos. Sus ojos color miel, podrían reflejar la dulzura, y la pasión que el puede llegar a tener. Su cabello, rubio, puedes sentir la gloria cuando pasas las manos entre el. Sus manos, puedes sentir la pura perfección en ellas, sus manos son lo suficientemente fuertes, para sostenerte si tu intentas caer. El era amor puro. Puse su miembro en mi boca, logré ver su frente llena de sudor y eso me excitaba demasiado. Sus caderas se retorcían, parecía estar disfrutándolo, se vino, y dios mio, lo he tragado. No pude evitar sonrojarme. Se puso sobre mi de nuevo y me susurró en el odio ¨Te amo..¨. Comenzó a entrar y salir, primero despacio, después subió la intensidad.
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Una vida juntos.❤
Storie d'amoreLa vida de cualquier adolescente que este enamorada del famoso Justin Bieber.