La Agente Kate Manson (Borrador)

Capítulo 19

Kate se reincorporó después de haber descansado un rato sobre la tierra, se acercó a uno de los envases de aluminio que se encontraban en el suelo, dentro del refugio y al lado de las mochilas que se les habían otorgado al iniciar la actividad. Su cuerpo entero dolía y podía sentir como los músculos de sus piernas temblaban a cada paso, pero no era nada que no pudiese soportar con buena cara. Tomó su envase de aluminio y bebió un litro entero de tirón, se acercó a la carne asada de conejo que los demás le habían dejado y la comió lentamente, aún se mantenía alerta, el repentino encuentro que había tenido con aquel animal la había dejado con los pelos de punta. El soldad Royals y el cabo Carter se mantenían dando vueltas alrededor del pequeño trozo de paraíso, en busca de alguna señal que les dijera si había algún tipo de depredador cerca, mientras Kate los seguía fijamente con la mirada, preparada para desenfundar su 92 y asesinar a todo aquello que pudiese poner en riesgo la vida de aquellos militares.

—¿Encontraron algo? —Kate los observó deslizarse a través de los arbustos en su dirección.

—No sargento, nada —Kate asintió en silencio mientras masticaba un pedazo de carne de conejo, a pesar de la seguridad que había en las palabras del cabo Carter, Kate no se permitiría relajarse, no después de ser testigo del tipo de depredadores que se encontraban rondando por aquel bosque.

—Bien —Kate se levantó después de acabar de comer y los miró—. Pero aún tenemos que movernos a un lugar más seguro, quizá es momento de salir de este bosque y acabar con las pruebas.

—¿Está segura sargento? —Kate miró los ojos azules del soldado Royals y asintió.

—Bien, entonces vamos —la sargento siguió con los ojos al cabo Carter, quien se adentró en el refugio y comenzó a guardar sus cosas dentro de su mochila, mientras que el soldado Royals la miraba fijamente, Kate le devolvió la mirada cando lo notó.

—¿Sucede algo soldado? —John carraspeo, se removió ligeramente en su lugar y negó en silencio con la cabeza para después ir e imitar al cabo Carter. Kate esperó un momento para después ir e imitar a ambos.

—Seguiremos la ruta del río que está cerca, de esa forma tendremos una fuente de agua asegurada —Kate terminó de guardar sus cosas con rapidez y se colocó la mochila al hombro, tomó su maleta de mano y esperó a que los otros dos hiciesen lo mismo—. Síganme —la sargento los guio, una vez más, hacia el pequeño río y comenzaron a desplazarse siguiendo la dirección opuesta de su trayectoria; ella ya había estado por aquella zona y no era nada segura.

   Ya habían pasado más de tres horas y media caminando sin detenerse en ningún momento a descansar, el cuerpo de la sargento pedía a gritos un descanso cada vez que las articulaciones de sus piernas crujían y cuando encontraron un pequeño lugar despejado, se dio el gusto de recostarse contra una roca cerca del río.

—Vamos a descansar un momento chicos, encendamos una fogata e hirvamos agua —los tres sacaron el pequeño cazo de sus mochilas, lo llenaron de agua en el río, encendieron rápidamente una fogata y la pusieron a calentar.

—¿Adónde vamos? —Kate miró al soldado Royals con una ceja levantada; no era como si ella fuese todos los domingos a vacacionar a aquel bosque por puro gusto, ella nunca había estado en aquel lugar y le dieron unas ganas tremendas de darle un golpe en la cabeza al chico de ojos azules frente ella por haberle hecho aquella pregunta tan absurda; era claro que no tenía ni la menor idea de adónde iban.

—Esperemos que a un lugar seguro —contestó más para sí misma que para los demás.

    La sargento Manson, el cabo Carter y el soldado Royals habían retomado su caminar después de que el agua estuvo lista y dentro de sus recipientes. Ahora caminaban tranquilamente y en silencio, ninguno de los tres sabía que les depararía el final de aquella caminata pero no se sentían desanimados en lo absoluto; si esa era una posibilidad para salir con vida de aquel bosque tomarían el riesgo. Cuando Kate puso un pie sobre el camino de rocas que había en medio del río —el cual les permitía cruzar al otro lado de este sin problemas— un objeto pasó volando cerca de su brazo derecho, zambulléndose en el agua, instintivamente Kate se agacho y cruzó a paso veloz hasta el otro lado del río, les hizo una señal a los demás para que la siguieran de inmediato y cuando los tres estuvieron ocultos entre los arboles la sargento soltó su maleta, sacó una pequeña mira telescópica y se la ajustó a su Pietro Beretta 92 cuando la desenfundó.

—Quédense aquí y no se muevan —Kate corrió agazapada hacia uno de los árboles que se encontraba más cerca del río y asomó la cabeza por uno de sus laterales, otro objeto pasó rápidamente por un lado de su cabeza y se lanzó hacia atrás, cubriéndose con el tronco del árbol, miró el suelo y notó una bala larga y potente aplastada contra una enorme roca, era justo lo que creía que era y ahora sabía que había un francotirador cerca.