Capítulo 16

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Kate logró construir un refugio medio decente con ayuda del soldado Royals, el atardecer cayó sobre ellos antes de lo esperado y se vieron obligados a acelerar el paso y a buscar rápidamente cerca de la zona algo para comer. El soldado Royals logró encontrar algunas bayas pero Kate rápidamente lo alejó de ellas, pues hallar bayas en medio de aquel bosque en especial significa la muerte, aunque ella sabía que, de alguna manera, alguien llegaría y los rescataría si se encontraban realmente al borde de la muerte. La sargento se inclinó detrás de un arbusto, esperó pacientemente y sintió una punzada muy leve en su pierna después de un tiempo; había mejorado a una velocidad sorprendente y una cicatriz un tanto espeluznante se había instalado donde antes había estado un agujero de bala, a Kate no le importó realmente aquella marca, pues no era la primera ni sería la última cicatriz que tendría, no con el trabajo que poseía; uno donde el peligro estaba presente las veinticuatro horas del día. Con el tiempo se había acostumbrado a las marcas de guerra y cada vez que miraba una de ellas sobre la superficie de su piel o sentía el dolor de una de las heridas internas que haba sufrido hace ya un tiempo —el dolor principalmente aparecía cuando ella sobrepasaba su propio límite tanto físico como mental— se recordaba a sí misma que era una herida que la había hecho más fuerte y más determinada, su piel era una armadura ligera, difícil de perforar pues no era fácil atraparla cuando se movía de aquella forma en la que ella lo hacía. Sus pies eran veloces, más que los de cualquier otro, era pequeña, por lo que era un objetivo más difícil de atrapar o incluso de atinar y era inteligente, lo que la volvía un contrincante voraz. Para Kate aquellas heridas le recordaban que para alcanzar una meta debía haber un sacrificio y para sus metas el sacrificio era su cuerpo y su vida. Cada herida en su piel para ella significaba que estaba a un paso más de lograr sus objetivos y aunque hubo un tiempo en el que deseo ser una persona normal como todas las demás, viviendo en la monotonía del día a día, ella sabía que nunca habría encajado en aquel mundo; no era su estilo, ella odiaba vivir de forma despreocupada como todos los demás lo hacían mientras el mundo colapsaba como un viejo edificio el cual era demolido con pequeñas cargas de dinamita, cayendo forma lenta y torturante. Ese era su oficio y a pesar de que su conciencia pesaba cada día más, muerte tras muerte, era lo suficientemente fuerte para resistir y seguir adelante; no se rendiría, porque había sido creada para luchar y no para ver la lucha, estaba dispuesta a matar cuando fuese necesario y a acabar con su vida si la situación lo ameritaba, pero nunca dejaría de luchar, ni siquiera al final, estaba dispuesta a luchar incluso después de su muerte si eso le fuese posible.

Kate salió de su trance en el momento en que escuchó el ligero crujir de unas hojas, el soldado Royals había permanecido viéndola en silencio, como si apreciara cómo Kate se había hundido en sus propios y secretos pensamientos. La sargento Manson sacó el mismo cuchillo que había utilizado para matar a aquella víbora de cascabel que había amenazado contra la vida del soldado Royals momentos atrás, lo tomó por la punta filosa y echó su brazo hacia atrás, lista para lanzarlo cuando fuese necesario. Un ciervo apareció frente a ella, con la cabeza en alto y alerta, escuchando con atención esperando algún tipo de señal, algún ruido que le hiciera sentirse amenazado y le obligara a salir disparado de ese lugar, pero ambos, el soldado Royals y la sargento Manson se quedaron quietos y en silencio, esperando no ser notados por el ciervo, pero John estaba a simple vista y en el momento en el que el ciervo lo miró le lanzó una mirada furtiva a Kate, dándole a entender que lanzara el cuchillo antes de que el ciervo interpretara a John como la señal de amenaza que necesitaba para huir y fue sólo entonces, cuando el ciervo retrocedió sólo un par de pasos lejos del soldado Royals, que Kate lanzó con fuerza el cuchillo en la dirección del ciervo, dándole entre los ojos, el animal salió corriendo tan rápido como pudo, pero no llegó muy lejos cuando se desplomó sobre la tierra ya muerto. Kate se levantó y miró al soldado Royals.

La Agente Kate Manson (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora