Capítulo 5

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  —Agente Manson, hemos identificado a los sujetos.

Kate se encontraba sentada frente al volante de su todoterreno una vez más —el único lugar en todo el establecimiento donde tenía cobertura— y gracias los aparatos que pidió le instalaran a su preciado H3 no la podían interceptar —una decisión muy acertada a su parecer—.

—Dime —Kate actualizó de nuevo su correo; esperando encontrar esta vez la información que le pidió a su colega James. Suspiró al obtener el mismo resultado que las cinco veces anteriores y cerró su ordenador portátil el cual se encontraba sobre sus piernas.

Levantó la vista y miró a través del parabrisas del auto, observó el lugar donde días antes había estado el cadáver del francotirador, el cual fue recogido también por el equipo forense el mismo día que el sujeto de la habitación. Ese día Kate había tenido dos cadáveres frente a ella y había provocado la muerte de uno de ellos, suspiró recordando al soldado Royals detrás de ella los últimos días en busca de explicaciones, cosa irónica, ya que era ella la que necesitaba explicaciones de él y no al revés. Kate cerró los ojos con la vista cansada y escuchó a la mujer con la que hablaba por teléfono.

—El francotirador era Sergey Nóvikov y el de la revolver Vladímir Vólkov —Kate abrió los ojos y frunció el ceño.

—¿Rusos?

—Sí.

—¿Le hicieron prueba de balística al francotirador?

—Fue asesinado con una Tokarev TT-33 —Kate sintió el cosquilleo detrás de sus orejas y frunció un poco más el ceño.

—¿Un arma rusa que no se fábrica desde el 54? —Kate se llevó la mano a la frente y se la frotó, «¿un ruso matando a otro ruso en América? No tiene sentido».

—No sólo eso, ambos sujetos pertenecían a la misma mafia rusa —Kate se tensó, «¿mafia rusa?»

—El de la revolver llevaba una Nagant M1895 si no me equivoco, ¿no?

—Así es.

—Bien, gracias María, si necesito algo te llamo.

—Está bien —Kate colgó, relajó el rostro y suspiró.

—Así que estoy contra los rusos —Kate cerró los ojos y lanzó la cabeza hacia atrás golpeándose intencionalmente con el asiento—. ¿En qué estas metido John Royals?, ¿en qué estoy metida yo?


   Kate abrió su ordenador, actualizó el correo una vez más y al fin apareció el mensaje de parte de James que tanto esperaba, lo abrió y descargó el archivo que contenía. Sujetó su móvil y observó las imágenes que había tomado del cadáver del francotirador, amplió la imagen del agujero en la nuca del sujeto y la observó.

—Una TT-33 —susurró con el ceño fruncido de nuevo, «no necesariamente tiene que ser ruso», pensó intentando armar el rompecabezas, «quizás el que lo asesino le quitó el arma a Nóvikov y le disparo con ella», rápidamente negó con la cabeza y miró la siguiente imagen. «El hombre estaba tendido en el suelo boca abajo en la posición correcta, si se la hubieran quitado, Nóvikov se hubiera dado cuenta y se hubiese movido», Kate se mordió el labio inferior con intriga, «debieron acercarse a él en silencio y dispararle en cuanto estuvo lo suficientemente cerca».


Kate le marcó a María e inmediatamente cuando escuchó que descolgaba habló sin dejarle decir nada.

—¿A qué distancia fue el disparo y el ángulo? —dijo Kate mirando fijamente el lugar donde había hallado el cadáver.

—Fue alrededor de 2 metros y medio, el ángulo es recto.

—Estaba justo detrás de él.

—Sí, así es.

—Entonces fue un tiro limpio.

—Justo en el blanco.

—¿Alguna pista de quién fue?

—Hasta ahora ninguna agente.

—Bien, mandarme las imágenes de ambas escenas al móvil —Kate se fijó en el archivo el cual había terminado de descargarse y cerró su ordenador; luego lo revisaría.

—Está bien.

—¿Sabes quién es el jefe de la mafia rusa?

—Nadie lo sabe agente Manson; todas las agencias llevan años buscándolo y nadie ha dado con él —Kate escuchó como María suspiraba y ella asintió para sí misma, la información no había cambiado en los últimos años sobre los rusos—. Disculpe pero; ¿en qué está metida? —Kate notó la intriga en la voz de su informante y negó con la cabeza, «yo también quisiera saberlo».

—Protección —contestó simplemente sin saber exactamente la respuesta a esa pregunta.

—¿Protección? —repitió incrédula la mujer.

—Protección —afirmo Kate—. Espero las imágenes, adiós.

—Está bien —y colgó.


Kate esperó a recibir las imágenes —las cuales no tardaron en llegar— y bajó de su Hummer, caminó hacia la cerca, la saltó y se dirigió al lugar donde estaba el cadáver hace un par de días. Observó la escena, calculó el lugar donde estaba el francotirador y el lugar donde debió estar el asesino. Se posicionó donde creyó que estuvo parado el sujeto y alzó las manos; una con el dedo índice estirado hacia el frente y el pulgar hacia arriba y la otra debajo de esta como soporte. Kate ladeó la cabeza y frunció el ceño. Bajó ambas manos y miró a su alrededor, fijó su vista en la enorme cantidad de árboles que había a un lado y se sumergió en ellos. Caminaba mirando el suelo en busca de alguna huella y de pronto escuchó el crujir de una rama, alzó la vista tan rápido que sintió un leve mareo y desenfundó su Beretta, caminó como siempre; el cañón de su arma mirando el piso y con la postura un poco agachada. Recorrió con la mirada todo su alrededor y camino en dirección recta. Escuchó de nuevo un crujido y corrió ágilmente sin hacer ruido hacia el origen del sonido, al llegar se quedó helada.

—Mierda —corrió hacia el hombre que colgaba de cabeza, tocó su yugular y no sintió su pulso. Suspiró y miró hacia arriba, se hallaba colgado de una rama que crujía bastante; atado por los pies con una soga y sus brazos hacia abajo. Observó las marcas en su cuello y negó, «estrangulación», sacó su móvil y tomo algunas fotos, «lo estrangularon con la cuerda para luego colgarlo», miró el rostro del hombre el cual se hallaba hinchado por el exceso de sangre y de color morado. Tenía los ojos abiertos; eran de un hermoso color topacio y estaban inyectados en sangre. Su boca también estaba abierta y parecía sufrir aun estando muerto.


Kate dio media vuelta, volvió a su Hummer —en el cual pasaba más tiempo del que debería— y llamó a María.

—Otro cadáver, cerca del de Nóvikov; recto dentro de los árboles, escucharan un crujir, sigan el sonido y lo encontrarán —y colgó.



La Agente Kate Manson (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora