La Agente Kate Manson (Borrador)

Capítulo 1

Kate caminaba una vez más por los pasillos de la agencia de protección que tanto conocía. Había crecido recorriendo aquellos largos y amplios pasillos una y otra vez a lo largo de su vida. Fue educada por agentes, entrenada por asesinos y criada por militares; en su vida siempre hubo acción y peligro, algo a lo que a ella se había acostumbrado con el paso de los años.

Hoy se le asignaría un nuevo protegido y estaba intrigada por saber de quien se trataba, pues era la primera vez que la solicitaban a ella específicamente -normalmente los casos se repartían de forma aleatoria-.

Kate tocó la puerta de la oficina de su superior y una pequeña pantalla a su lado fue encendida.
-Kate Manson -se anunció a sí misma y la puerta emitió un pequeño pitido al desbloquearse para dejarle el paso libre. Kate empujó la puerta suavemente y la cerró una vez dentro, caminó de forma silenciosa hasta quedar frente al oscuro escritorio de metal de su superior -al cual conocía por primera vez- y este deslizó una carpeta hacia ella. Kate la tomó, la abrió y leyó la poca información que contenía:

Nombre: John Royals.
Edad: 22 años.
Género: Masculino.
Misión: Mantenerlo con vida y a salvo.

Kate alzó la mirada y miró a su jefe.
-¿Es todo? -Kate miró como el hombre con lentes de sol y traje oscuro se quedaba callado-. ¿No hay más especificaciones?, como: ¿quién lo busca? ¿Por qué lo buscan? ¿De dónde viene? -Kate guardó silencio de golpe al notar como el hombre alzaba la barbilla y fruncía el ceño. Suspiró mientras asentía y cerraba la carpeta en sus manos-. Bien. ¿En dónde puedo encontrarlo? -el hombre frente a ella asintió y se inclinó en su dirección.
-Está en un establecimiento de entrenamiento militar al sur del país; es un soldado -«¿Entrenamiento militar?», Kate frunció el ceño y apretó los labios para no decir nada, debía ser prudente y seguir las reglas, lo cual implicaba no pedir más información de la que se le daba. Kate asintió levemente, dio media vuelta y salió por donde había entrado.

Una vez que estuvo dentro de su auto, Kate abrió la carpeta nuevamente y miró las pocas palabras que estaban impresas en la hoja de color blanco. «Ni siquiera sé de quién lo tengo que proteger, esto es absurdo», Kate lanzó la carpeta al asiento del copiloto, encendió su Porsche y arrancó con un pequeño cosquilleo detrás de las orejas, el cual siempre aparecía cuando algo no iba bien.

Kate frenó su Hummer todoterreno y saludó al portero del establecimiento militar.
-Kate Manson -se anunció a sí misma. El portero, quien era un hombre de unos 40 a 43 años de edad aproximadamente, entró en la cabina y se dirigió a una computadora que había ahí dentro, este alzó la mirada después de un rato y asintió hacia Kate para después levantar la barra que le impedía seguir avanzando. Kate le dedicó una sonrisa y siguió su camino, estacionó en su lugar el auto y bajó de el, a partir de ahora sería una sargento; la sargento Manson. Le fue fácil acceder a ese rango, ya que creció con militares y tenía conocidos que le ayudaron a colocarse. Se haría pasar por una transferida que entrena a los nuevos reclutas y así mantendría vigilado a su protegido.

La ahora sargento Manson miró su Hummer y suspiró, había tenido que cambiar de auto para esta misión; tuvo que sacar su preciado H3 todoterreno y dejar a su querido Panamera.
Kate abrió la puerta trasera del auto y sacó dos bolsas grandes negras; una con sus armas y otra con su ropa, cerró la puerta, activó la alarma y emprendió el camino hacia las puertas del establecimiento.

«Hora de trabajar».