*Sólo queda el epílogo :D*
John Royals, hijo adoptivo de Hillary Evans y el teniente Brian Royals, es el único hijo del primer embajador de los Estados Unidos y el encargado de mantener la alianza entre los países vecinos: John McCuey. En busca de la seguridad de su hijo, el sr. McCuey decidió entregarlo a su mano derecha; Brian Royals y a la agente especial Evans para que lo protegieran y ocultaran. En el 2003, la agente Evans murió al evitar la captura de John Royals por parte de los rusos, su cuerpo se encontró en la sala de su casa, John Royals se encontraba en el jardín y se le retiró del lugar sin que supiera nada. Se dijo que Evans había muerto debido a un accidente cerebrovascular y su historia terminó ahí. Brian Royals fue herido de gravedad tras una emboscada a mitad de la calle en busca de información, sus posibilidades de sobrevivir eran nulas y falleció en el 2011 sin decir una palabra sobre el joven John.
—No puedo creerlo —María observó atónita aquel párrafo lleno de información mientras Kate giraba su rostro y fijaba su mirada sobre James.
—¿Cómo obtuviste esa información? —James le dedicó una sonrisa de inocencia y se encogió de hombros.
—A veces me gusta pasear entre los datos del pentágono —el aire salió de los pulmones de Kate, acción que siguió María.
—¿Desde cuándo? —James posó su mirada sobre la de María y frunció el ceño intentando recordar.
—Poco antes de entrar a trabajar con ustedes, quizá —se rascó la nuca y Kate rió ligeramente impresionada.
—Eso explica porque estas en nuestra organización —Kate negó aún incrédula y luego giró su rostro para ver de nuevo la pantalla frente a ella—. ¿Qué más tienes?
—Ohhh, mucho más, créeme —James se inclinó de nuevo sobre su computadora, tecleo como loco y un nuevo archivo se abrió frente a sus ojos—. Esto lo obtuve mientras María te atendía.Rudolf Jankins, jefe de la mafia rusa.
De descendencia rusa y nacionalidad americana, un hombre que ha trabajado para el ejército militar de los Estados Unidos durante 37 años y casi ha alcanzado el puesto de teniente coronel. Fue capturado tras el secuestro de John Royals acompañado por Joseph Johnson. Jankins ha confesado, tras su captura, la intención de provocar una nueva guerra entre los países aliados a EE.UU para su exterminio y que no es el único en ello.Joseph Johnson, mafia alemana.
Capturado en compañía del jefe de la mafia rusa (Rudolf Jankins) tras el secuestro de John Royals. Es buscado en 7 países diferentes por la gran cantidad de crímenes cometidos y es la mano derecha del jefe de la mafia alemana (se desconoce identidad). Al igual que Rudolf Jankins es mitad americano. Se hizo con el mando de una de las organizaciones de agentes más importantes del mundo tras la retirada del antiguo jefe a través de contactos, trabajó durante años encubierto, actuando como informante para la alianza entre las mafias rusa y alemana.—Esto es más grande de lo que pensaba —susurró Kate para sí misma.
—No importa que tan inteligente seas, no creo que hayas podido deducir todo eso por ti misma —contestó María.
—Estabas metida en algo grande Kate —James la observó y Kate suspiró.
—Más de lo que me hubiese gustado —Kate se giró y miró a ambos con el ceño fruncido—. Pero, ¿por qué hubo un enfrentamiento entre integrantes de la mafia rusa aquella vez? —María hizo un gesto de sorpresa, pues ni ella recordaba eso después de todo lo que había sucedido.
—Dentro de las mafias hay conflictos agente —contestó James—. Las personas del pentágono obtuvieron la información que nos pediste sobre aquel caso y ellos decidieron investigarlo por su cuenta, al parecer fue uno de los integrantes de la mafia alemana quien asesinó a aquellos dos rusos, no hubo motivo alguno, simplemente lo hizo.
—Un capricho de niño con instintos asesinos —comentó María, comprendiendo la situación—. Las personas se vuelven peligrosas con un arma en la mano, les hacen creer que tienen el mando de la situación y cuando no es así, simplemente se salen de control.
—Hubo desacuerdo —susurró Kate, quedándose con aquella explicación mientras echaba la cabeza hacia atrás y cerraba los ojos.
—Yo tengo curiosidad sobre algo —James entrecerró los ojos mientras miraba la barbilla alzada de Kate—. ¿Cómo te encontraron los otros tipos? —Kate sonrió al recordar aquellas personas que la liberaron de su encadenamiento.
—Ustedes no son los únicos con los que trabajo —Kate los miró y los demás fruncieron el ceño—. Hay un micro rastreador implantado en uno de mis tobillos —explicó Kate.
—¿Micro rastreador? ¿De dónde lo sacaste? —Kate miró a James con una sonrisa dibujada en los labios pero no contestó.
—¿Cómo supieron cuando intervenir? —la agente Manson desvió la mirada hacia María y se acomodó mejor en el sofá.
—Tiene sensores de signos vitales —respondió—. Cuando se alteran mandan una señal inmediata al receptor —explicó.
—Fuiste derribada por una bala eléctrica —razonó James.
—Tus signos vitales sobrepasaron lo normal y fue el momento de ponerse en acción —habló María más para sí misma que para los demás y Kate asintió.
—Necesito conocer a tus amigos —James se frotó el labio inferior con el pulgar mientras miraba la esquina de la habitación, Kate rió ante la frustración de su compañero de trabajo al tener aquella tecnología en sus manos.
—Quizá algún día, pero por ahora, creo que he tenido suficiente —Kate se levantó del sofá y le tendió la mano a James—. ¿Me dejas tu coche?
—¿Suficiente de qué? —María observó como James depositaba las llaves en su mano, caminaba hacia la puerta del departamento, la abrió, les dedicó una sonrisa de cansancio y una mirada cargada de sentimiento.
—Creo que es hora de cambiar de trabajo —Kate salió por la puerta, dejando atónitos a sus compañeros y no era para menos, aquella frase había salido de la nada para ellos, pero en cambio, para Kate, había estado rondando su cabeza durante aquella misión.Kate se abrió paso, una vez más por aquellos largos y amplios pasillos, todo estaba más ajetreado de lo normal por la captura de Jankins y Johnson, el cual ahora había dejado el puesto de jefe de la organización bacante. Había pasado tan sólo un día desde que Kate salió del apartamento de James decidida a acabar con su carrera de agente y ahora se encontraba ahí, de nuevo por aquellos pasillos, sin saber exactamente a quien dirigirse para deshacerse de aquel cargo. Anduvo un poco más, observando a todos ir y venir con montones de papeles entre las manos hasta que chocó sin querer con un cuerpo grande y duro.
—Que gusto volver a verla sargento —Kate se congeló en su lugar al ver el rostro sonriente del cabo Erik Carter frente a sus ojos—. Me alegra que se encuentre bien —la agente Manson notó como la mirada de aquel hombre se fijaba en su hombro herido y entrecerró los ojos.
—¿Por qué estás aquí? —indagó.
—Una vez acabada con mi misión he venido a hacer el informe —contestó Erik. «¿Misión? ¿Qué misión?», Kate abrió la boca para cuestionarle pero Carter se adelantó y respondió aquella duda dentro de su mente—. Hay alguien que la quiere a salvo agente.
—¿Quién?
—Quizá la misma persona que usted busca ver —Erik miró hacia atrás y observó el pasillo que llevaba a la oficina perteneciente a su jefe inexistente.
—Es imposible que hayan conseguido a alguien tan pronto —Kate frunció el ceño viendo aún aquel pasillo, Carter se giró a verla, le dedicó una sonrisa y siguió su camino.
La agente Manson avanzó por aquel pasillo, analizando aún la información recién obtenida; Erik Carter era un agente que la estaba protegiendo durante su misión; ahora sabía que aquellos riesgos por los que había corrido y que ella conocía, no habían sido los únicos, había riesgos de los cuales fue salvada sin siquiera haber sabido de sus existencias.
Kate tocó la puerta de aquella oficina y una pequeña pantalla a su lado se encendió.
—Kate Manson —se anunció a sí misma y la puerta emitió un ligero pitido al desbloquearse, permitiéndole el paso. Entró, sintiéndose extraña, un cosquilleo diferente de lo usual se instaló detrás de su oreja y carraspeo al ver que la gran silla de cuero negro le daba la espalda, no hubo movimiento o sonido alguno, Kate se llevó la mano al bolsillo trasero de su pantalón y de ahí sacó una hoja doblada, se acercó al escritorio frente a ella y depositó con cuidado la hoja sobre el—. Esta es mi carta de renuncia —Kate esperó un momento por alguna respuesta y al no obtenerla dio media vuelta, pues la regla de no hacer preguntas más allá de las necesarias le impedía indagar sobre aquel sujeto que, al parecer, la había estado protegiendo sin que ella lo supiese. Caminó hacia la puerta, tomó el pomo, tiró de el y cuando estaba a punto de salir de aquella habitación su cuerpo se congeló, todas las imágenes de su pasado volaron con frenesí hasta su mente con tan solo una frase dicha al aire:
—Nos vemos pronto, hermana.
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La Agente Kate Manson (Borrador)
AcciónSinopsis. Kate Manson, una agente de protección y recuperación de 21 años se ve envuelta en un caso bastante particular, donde un chico que se enlista en el ejército militar se le es asignado para proteger sin ninguna otra información más que: Nomb...