Capítulo 22

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*Por cierto... ¡Ya hemos alcanzado el puesto número 25 en acción!  (*0*)*

*Muchisimas gracias por el apoyo :3*

*Espero y les siga gustando mi historia :D*


El tiempo avanzó de prisa mientras la sargento Manson, el cabo Carter y el soldado Royals se abrían paso a través del bosque, en busca del final de este o de un lugar realmente seguro. Se habían topado con diversas pruebas de inteligencia y resistencia física, las cuales habían sido bastante sencillas para la sargento Manson y el cabo Carter, pero no se podía decir lo mismo del soldado Royals.

—¿Podemos descansar un momento? —susurró entre jadeos y la sargento Manson lo observó un breve instante para después recorrer el lugar con una rápida mirada.

—Bien, dormiremos aquí hoy —la sargento Manson miró fijamente el cielo, el cual comenzaba a teñirse de colores—. Mañana retomaremos nuestro camino —los tres dejaron caer sus cosas al suelo, el soldado Royals se desplomó de espalda sobre la tierra fresca con cansancio, provocando un sonido sordo y suspirando de placer.

—¡Qué bien se siente! —rápidamente el cabo Carter lo acompañó recostándose sobre la tierra, a un lado de él.

—Sargento, venga, disfrute de la vista con nosotros —Kate retiró la mirada del cielo y los observó; ambos miraban fijamente los colores del cielo al atardecer con un par de sonrisas casi imperceptibles en el rostro y por un momento Kate se estremeció; se había sentido como si perteneciera a algo, a una familia, se había sentido parte de ellos y eso no era bueno. Ambos se giraron hacia ella casi al mismo tiempo cuando no hubo ningún tipo de respuesta de su parte, la poca luz que llegaba a ellos se reflejaba ligeramente en sus ojos dándoles un brillo poco habitual, Kate se estremeció una vez más en su lugar y apartó la mirada, fijándola de nuevo en el cielo.

—Estoy bien aquí cabo —ellos no eran su familia, ella no tenía familia y no podía pertenecer a ellos ni sentirse de aquella forma—. Iré a ver los alrededores un momento —Kate comenzó a caminar, intentando poner distancia entre sus sentimientos y su deber.

—¿No quiere que la acompañemos? —el soldado Royals se alzó sobre sus codos y la miró.

—Estaré bien sola —contestó sin mirarlos, mientras desaparecía de la vista de ambos.


   Kate volvió al lado del cabo Carter y el soldado Royals, ambos estaban dormidos sobre la tierra sin sus sacos de dormir, Kate se acercó a la mochila de cada uno, sacó los sacos y con cuidado los tapó, a cada uno, con ellos, se sentó al lado del río, recargándose sobre una gran roca y cerró los ojos, dedicándose solamente a escuchar el sonido del agua en movimiento. A pesar de todos sus intentos por mantener la mente despejada, los pensamientos la asaltaron tan ferozmente que casi la dejaron sin aire y entonces recordó la frase que tantas veces le había dicho su maestro en la infancia; "tu mente, querida, es tu peor y más fuerte enemiga; ella conoce todas tus debilidades y tus más oscuros y profundos temores, una vez que ella ataca te resquebraja poco a poco. Es la peor de las torturas".

—"Nosotros no podemos tener aberturas, no debemos tener aberturas" —Kate comenzó a citar en voz alta al hombre que le había enseñado todo lo que sabía—. "Lo único que puedes hacer es luchar querida, luchar contra ti misma y una vez que logres vencer a tu mente, no habrá nada que te pueda agrietar, serás dura y lisa, serás impenetrable" —de un momento a otro, la imagen de su maestro apareció en su mente, corriendo hacia ella a una velocidad vertiginosa con el objetivo de derribarla y justo cuando escuchó el estridente golpeteo de las olas contra las rocas y su propio pie tocó el borde del acantilado, sus ojos se abrieron de forma involuntaria; su mente estaba comenzando a atacarla una vez más como hace mucho tiempo no lo hacía y ella no debía agrietarse ni dejarse vencer.



La Agente Kate Manson (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora