Kate se mantenía despierta, sentada en la tierra húmeda del bosque y con la espalda recargada contra un alto y grueso árbol; vigilaba, lo haría durante toda la noche, sus ojos iban del soldado Royals al cabo Carter y después recorrían todo el lugar para volver a posarse en el soldado Royals y comenzar una vez más la secuencia. La sargento Manson suspiró y alzó la vista al cielo, enfocó su mirada en la hermosa luna llena que en esa noche se asomaba entre el espesor de las ramas de los árboles y sin poder evitarlo su mente viajó al pasado, recordó a personas que alguna vez creyó haber olvidado y otras a las que perdió con el paso de los años, recordó los tiempos en los que era joven e inexperta, pero sobre todo, recordó a los que ella —en su momento— llamó familia; recordó al hombre que alguna vez nombró como "papá" y a los que llamó "hermanos", todos ellos habían quedado atrás, en un pasado que no debía ser revelado, ellos eran una historia que no debía ser contada, el simple hecho de que ella los estuviese recordado en ese mismo instante le parecía pecado, algo prohibido, ella ya no era más aquella niña, al igual que aquellas personas ya no eran más su familia. Suspiró de nuevo, sintiéndose repentinamente cansada, bajó la mirada, aquella luna tan hermosa la hacía sentirse melancólica y ella no podía permitirse semejante distracción así que volvió a la vigilancia y retomó la secuencia.
Cuando el amanecer cayó sobre las copas de los arboles Kate se levantó de su lugar, estiró su cuerpo e hizo tronar todas sus articulaciones, se acercó a su mochila, la abrió y revisó su contenido; un pequeño cazo de acero inoxidable, un envase de aluminio de litro y medio, una cuerda gruesa, un cuchillo táctico, alcohol etílico, gasas, vendas, una jeringa y un antídoto para las mordeduras o picaduras de animales venenosos. Kate tomó el cazo, se acercó a los militares que dormían uno al lado del otro en sus sacos correspondientes, se hincó en medio de ambos, les palmeó levemente los hombros con una mano y susurró sus nombres, ambos se removieron en su lugar y la miraron.
—Ya amaneció, tenemos que conseguir agua, tomen los cazos que hay dentro de sus mochilas y síganme —Kate se incorporó y los dejó espabilarse mientras ella le añadía más ramas secas a la fogata, la cual ya empezaba a apagarse. Ambos militares no tardaron mucho en acercase a ella con un cazo cada uno. Kate asintió y dejó que el fuego se avivara—. Vamos.
La sargento Manson los guio hasta un pequeño río que se encontraba cerca de su refugio, loa tres llenaron sus cazos de agua y volvieron al pequeño trozo de paraíso para hervir el agua sobre la fogata. Kate dejó al Soldado Royals y al Cabo Carter cuidando del refugio mientras ella se aventuraba un poco más en el bosque con un cuchillo en la mano en busca de algo para cazar y comer, aún quedaba carne del ciervo que había conseguido matar el día anterior, pero ahora eran tres, dos eran hombres y uno de ellos era más grande —tanto en altura como en masa muscular— que los otros dos. Kate se detuvo al escuchar el sonido de un árbol sacudiéndose levemente, sacó su Beretta del arnés, flexionó el brazo y colocó una muñeca sobre la otra creando un soporte —con la mano que sostenía el cuchillo— para la mano que sostenía la 92. El cuchillo apuntaba con firmeza hacia el frente, de la misma forma que lo hacía su Beretta. La sargento Manson decidió rodear el árbol que se sacudía continuamente —pues los arbustos le tapaban la vista— rogando para que no fuese lo que creía que provocaba el vaivén de aquel árbol y se detuvo al ver que sus ruegos no habían servido de nada. Kate quedó como piedra cuando el gran oso pardo de más de metro y medio la miró; este se había estado rascando la espalda contra el árbol, causando sacudida tras sacudida. El mamífero dejó caer las dos patas que se hallaban suspendidas en el aire con fuerza contra el suelo y la miró fijamente, emitió un sonoro resoplido en su dirección y Kate de inmediato bajó la cabeza al mismo tiempo que sus armas «no lo mires a los ojos, no lo mires a los ojos», comenzó a caminar hacia atrás mientras se agachaba, «no lo mires, no lo mires», Kate se tensó cuando el oso pardo gruñó tan alto que sus oídos dolieron y levantó la mirada; el oso había comenzado a avanzar hacia ella y detrás de el había dos pares de cachorros.
—Me lleva...
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La Agente Kate Manson (Borrador)
AksiSinopsis. Kate Manson, una agente de protección y recuperación de 21 años se ve envuelta en un caso bastante particular, donde un chico que se enlista en el ejército militar se le es asignado para proteger sin ninguna otra información más que: Nomb...