La Agente Kate Manson (Borrador)

Capítulo 25

*Chic@s, pásense por mi nueva novela "LOST", está muy buena ;)*

*PD: Me doy cuenta de que nadie lee los mensajes que publico en mi perfil, que triste xD*

La sargento Manson caminaba despacio, a la par del soldado Royals, ambos trataban de generar la menor cantidad de ruido posible al andar y para sorpresa de Kate, el soldado Royals era bastante bueno cazando, este rápidamente encontró un par de conejos en la entrada de su pequeña madriguera; un hueco entre las raíces de un árbol. Kate levantó su cuchillo en alto bajo la atenta mirada de los herbívoros, impulsó su brazo hacia atrás y lo lanzó con tanta precisión como pudo, logrando darle justo en la frente a uno de ellos. Con rapidez, Kate sacó otro cuchillo de su arnés especial mientras seguía con la mirada la trayectoria que el herbívoro producía al intentar huir despavorido de una clara muerte inminente, para sorpresa de la sargento Manson, el conejo no había decidido entrar a la madriguera sino que decidió rodear el árbol para salvar su vida, pero no logró llegar —no del todo— al costado del gran árbol cuando el segundo cuchillo de Kate le atravesó la parte trasera del cráneo y lo derribó.

—Buen tiro —el soldado Royals se acuclilló a lado de los cuerpos inertes de los animales, sacó ambos cuchillos de sus cabezas y tomó a los herbívoros por las orejas—. Tome —se acercó a Kate y le tendió los cuchillos, ella los tomó, arrancó una de las hojas de un de árbol y les retiró la sangre frotándola contra ellos—. Son grandes, pero no creo que sean suficiente para cinco personas hambrientas —el soldado Royals le dio vuelta en el aire a los cuerpos sin vida que sus manos sostenían mientras los inspeccionaba.

—Busquemos un par más —la sargento Manson comenzó a adentrarse más en el bosque a paso silencioso, seguida por el soldado Royals.

—Pssst —la sargento Manson giró su cabeza ante el sonido poco habitual que el soldado Royals produjo, él sacudió su cabeza y la mirada de Kate se fue en esa dirección; un ciervo adulto con grandes astas se encontraba a lo lejos alimentándose, la sargento Manson le lanzó una mirada al soldado Royals e hizo un gesto afirmativo con la cabeza, sujetó bien el cuchillo en su mano y ambos comenzaron a caminar hacia el ciervo tratando de ocultarse con los árboles y los arbustos más altos para no ser vistos por su presa. Cuando estuvieron lo suficientemente cerca como para que Kate le diese al ciervo con seguridad, esta levantó el cuchillo en alto una vez más, impulsó su brazo hacia atrás y justo antes de lanzarlo directamente hacia la cabeza del animal, un oso pardo saltó desde atrás de uno de los arbustos más grandes, lo envistió con fuerza y clavó sus dientes en su cuello cuando este cayó a sus pies.

   Ambos —el soldado Royals y la sargento Manson— se quedaron estáticos en sus lugares mientras observaban como el gran depredador devoraba el cuerpo, ya sin vida, de aquel ciervo. Kate medito un momento que tanto se habían adentrado en el bosque como para encontrarse nuevamente con un oso pardo —un poco más pequeño que el anterior— y decidió prohibir en su mente la ruta que habían seguido por seguridad.

—Será mejor que no vayamos antes de que nos vea —susurró Kate mientras se daba media vuelta, lista para volver por donde habían llegado, pero el crujido que hizo una rama al ser aplastada por una de las botas militares negras que el soldado Royals portaba la dejó congelada, de nuevo, en su sitio. La sargento Manson giró su rostro justo en el momento en el que el oso los enfocaba a ambos con la mirada, «mierda, otra vez no»—. ¡¡¡Corre!!! —ambos echaron a correr hacia delante, Kate lanzó una nueva mirada por encima de su hombro y al ver la facilidad con la que el oso los está alcanzando se alejó un poco del soldado Royals—. ¡¡¡Separémonos!!! —el soldado Royals miró a la sargento Manson mientras ampliaba los ojos.

—¡¡¡¿Qué?!!! ¡¡¡No!!! —Kate hizo caso omiso a sus gritos y lanzó una nueva mirada hacia el oso.

—¡¡¡Gira a la izquierda!!!

—¡¡¡No, no, no!!!

—¡¡¡Ahora!!! —el soldado Royals giró a la izquierda mientras la sargento Manson seguía corriendo en línea recta.

—¡¡¡¿Qué hace?!!! —el soldado Royals se detuvo un momento al ver que ella no había girado al mismo tiempo que él en dirección contraria.

—¡¡¡Salvo tu vida!!! ¡¡¡Sigue corriendo!!! —Kate lanzó un nuevo vistazo por encima de su hombro, observó un breve momento como el oso había pasado de largo del soldado Royals y ahora toda su atención estaba sobre ella, «bien, ahora sólo tengo que salvar la mía».

Kate corrió en zigzag intentando poner varios árboles entre ellos y así impedir que el oso llegara tan rápidamente hasta ella, estaba funcionando; al ser más grande el oso que Kate se le dificultaba más el hacer giros tan cerrados debido a su peso, a veces tenía que girar tanto que sus patas se deslizaban por la tierra y tambaleaba. Kate intentó seguir corriendo en zigzag buscando un lugar con aun más árboles, pero para cuando se dio cuenta el oso a ya no estaba, Kate guardó su cuchillo —el cual no había abandonado su mano en ningún momento— en el arnés especial y ascendió por las ramas de un árbol hasta dar con el con la mirada; se había cansado de perseguirla y ahora estaba volviendo por la comida que ya tenía asegurada, el ciervo, «menos mal». Kate bajó del árbol con cuidado y al pisar el suelo se encontró con una nueva madriguera de conejos justo frete a ella; había dos de estos herbívoros y eran un poco más grandes que los anteriores.

—Si hasta suerte tengo —Kate sacó de nuevo su cuchillo y se dispuso a cazarlos.

   La sargento Manson se encontró rápidamente con el soldado Royals; él no había huido muy lejos del lugar donde se separaron y para suerte de ambos, su mano estaba firmemente cerrada alrededor de las orejas de los dos animales que sostenía.

—Los has mantenido contigo —Kate asintió en su dirección en un gesto de aprobación.

—No es como si hubiese podido soltarlos —la sargento Manson frunció el ceño mientras miraba como el soldado Royals inclinaba la parte superior de su cuerpo hacia el frente y se colocaba la mano libre sobre el pecho—. Tengo los dedos agarrotados por el acontecimiento —una sonora carcajada salió de la boca de Kate mientras miraba como el soldado Royals trataba de tranquilizarse a sí mismo, poco tiempo después, rieron juntos.