Ignazio: No te preocupes. A mi tampoco me gustaría crecer, seria un niño por siempre -Dijo mirandote fjamente a los ojos-.
Tu: Te creo Boschetto – Dijiste sonriendo con la mirada baja -.
Ignazio: Te llevaré a tu casa.
Narras tú:
Llegamos a mi casa, me bajé del auto y estaba llamando a mi mamá para que me abriera la puerta, porque no puedo ver dónde está la cerradura de las llaves, y en ese momento alguien me toma por la espalda, me asusté mucho.
Tu: ¿sí?.
Xxx: ¿Nos juntaremos Mañana?
Tu: Ignazio … -Suspiraste aliviada-. No puedo, tengo un show de patinaje en hielo
Ignazio: Te acompañaré.
Tu: De verdad? –Te giraste para ‘intentar’ mirarlo -.
Ignazio: Claro que sí.
Tu: Te veo mañana.
Y Ignazio se fue, volviste a llamar a tu mamá para que te abriera la puerta y te recostaste sobre tú cama, recordando el hermoso día que pasaste hoy, y estabas segura que aunque no lo podías ver, sabías que nunca pudiera haber alguien como él.
Al otro dia*
Narras tú:
Hoy me levanté temprano y sentí el timbre de mi casa, mi mamá me llamo diciendome que un tal ‘Ignazio’ me estaba buscando, automáticamente sonreí y bajé
Ignazio: ¿quieres venir a mi casa? Tengo algo que mostrarte.
Tu: Claro que sí –Dijiste sonriendo-.
Narra Ignazio:
Llegamos a mi casa, _______ estaba confundida su mirada era extraña, de nuevo sentia en ella esa sensación de que estaba desesperada por ver algo, le indique el camino a mi pieza mientras iba a buscar algunas bebidas. Cuando entré a mi pieza, veo que estaba sentada en frente del piano y cuando notó mi presencia tuvo una especie de escalofrío.
Tu: ¿Tocas piano?.
Ignazio: Sí. ¿tú tambien?.
Tu: Antes de que mi papá se fuera, el me enseño –Diste un gran suspiro -.
Ignazio: ¿Me tocarias algunas notas?.
Tu: ¿Qué hora es?
Ignazio: 12.30
Tu: Ok, mi función empieza a las 4.00
Ignazio: y bueno… ¿tocarás?.
Tu: Claro.
Narras tú:
Cerré mis ojos y comencé a deslizar mis manos sobre las teclas, era así: http://www.youtube.com/watch?v=TmMT7H6HeYE&feature=related (Vean solo del segundo 20 hasta el minuto 3.34)
En las ultimas notas se me escapó una lágrima, la cual Ignazio me secó con sus dedos.
Ignazio: Cantas y tocas hermoso. –Dijo mirándote a los ojos -.
