CAPITULO 40

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Capítulo 40

Tu: Ignazio… -Dijiste casi en un susurro -.

Narras tú:

Cuando entendí que Ignazio se había ido. Comencé a llorar y llegó mi mamá con Caitlin

Tumamá: ¡HIJA QUE HA PASADO!
Tu: ¡¿Dónde estaban?!
Caitlin: Fuimos por un café y luego pregunté qué pasó
Tumamá: Hija….. –Tú la interrumpiste -.
Tu: Podemos irnos? –Dijiste cortante -.
Tumamá: Claro, ven –Te ayudo a levantarte -.

Narras tú:

Pasamos a dejar a Caitlin a su casa, se despidió de mi pero ni siquiera lo noté hasta que mi mamá me llamó la atención. Luego llegué a mi casa, intenté llamar a Ignazio un par de veces, pero no hubo resultado. Comencé a llorar, me sentí muy mal, nunca le dije a Ignazio, pero ya no había vuelta atrás, no sé cómo pedir perdón, y no se hacer como me perdone. Estoy frustrada.

Tumamá: hija… hija… ____________, _______________, _____________!!!!!!!! ESTAAS AHÍ????
Tu: -dijiste saliendo de tus pensamientos -. ¿Qué?
Tumamá: tengo un sándwich para ti en la cocina…
Tu: No gracias, no tengo hambre.
Tumamá: cariño, no es para tanto –Dijo mientras corría mechones de cabello de tu rostro -.
Tu: ¿No? Mamá, más de 1.000 personas se dieron cuenta de que soy ciega, pero ¿Sabes que es lo peor de todo? –Dijiste mientras nuevas lágrimas caían -. Perdí a Ignazio mamá, le mentí, me dijo que me odiaba y no me contesta el teléfono mamá –Dijiste mientras ella te abrazaba fuertemente -.
Tumamá: Todo va a pasar cariño, siempre ten presente esta frase ‘ Todo tiene un final feliz, si la tristeza aún abunda es porque el final no ha llegado’ –Dijo mientras besaba tu frente y luego sentiste como se cerraba la puerta de tu habitación lentamente -.

Narra Ignazio:

Me tenía muy afectado que __________ me haya mentido de esta forma, de un momento a otro veo un mensaje de voz de ella, la curiosidad me comió, era ella recitando unas palabras con una voz quebrada, 
Esto decía: 

‘’Espero que estés bien, y si alguna vez te preguntas, estoy sola aquí esta noche. Y créeme que si pudiera tener tan solo un deseo, te tendría aquí a mi lado. Te extraño, te necesito. Te amo más de lo que te amaba antes. Nada ha cambiado, nadie puede ocupar tu lugar, se está volviendo difícil. Siento que sea de esta manera, pero si me pides que me quede, me quedaré. Pienso como vivir sin ti, las lágrimas caen de mis ojos. Estoy sola y me siento vacía, dios estoy destrozada por dentro. No quiero perderte nunca, y si tuviera que elegir te elegiría a ti. Así que quédate, por favor siempre quédate porque eres el único al que me aferro y mi corazón se detendría sin ti… Te amo’.

Narra Ignazio:

Arrojé mi celular lejos, y comencé a llorar silenciosamente, no recuerdo cuando fue la última vez que llore, sinceramente.

El Ciego AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora