No me lo esperaba.

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Dejo caer el papel así mismo como caen mis lágrimas.  Caigo al suelo rendida. No me lo esperaba, no me esperaba que esto fuera positivo. Si, estoy embarazada.

Un dolor enorme se apodera de mi corazón. Nada seria igual, nada.
Tardo  al menos cinco horas encerrada, llorando y suplicando que esto sea mentira.

Me siento miserable. No quiero esto.
Pero aún no estoy tan segura. Debo ir a un ginecólogo y comprobar si es verdad o si es alguna otra cosa.

Saco cita para mañana temprano. Por el momento no quiero decir nada. No me siento segura y no puedo ilusionar a Tony.

Mamá me llama para cenar, no tengo apetito pero tengo que actuar normal. Bajo y al ver que ha hecho sopa, se me remueve el estómago.

—Hija, mira, te hice la sopa de vegetales —mencionó feliz.

—No, que asco. No quiero. ¿Por qué hiciste sopa? No me gusta la sopa, además huele mal —me tapo la nariz.

—¿Cómo que huele mal? No te mando el cucharón por paciencia. Ven a comer.

Su voz ya es alterada y no quiero que me mande el cucharón en la cabeza. Así que me siento.

Me doy el primer bocado y bueno, no sabe mal, aunque huele horrible. Pero me la como toda.

Subo a mi cuarto, pero siento el estomago frágil. Corro al inodoro y descargo todo lo que he comido. No puede ser. Esto tiene que ser los nervios.

.
.

Ya estoy lista para ir a la consulta. Escojo la cita con una doctora, me sentiré más a confianza.

Al llegar espero mi turno, soy la numero cinco.
Cada consulta tarda una eternidad.
Estoy temblando, tengo la prueba en la mano.

La secretaria me llamó para que pasara con la doctora Ruiz. Entré lentamente.

—Buen día —dije, noto que es una mujer mayor de edad,  como de algunos 48 años.

—Buen día, siéntate. Supongo que eres nueva.

Me siento y le sonrío.

—Te haré unas preguntar para llenar los datos —solo asentí.

Me preguntó: nombre, edad, ultimo periodo. Luego me preguntó las razones de consultarla.

—He venido porque se supone que el periodo tenía que haberme llegado hace dos semanas, pero tuve relaciones hace un mes y no sé  si una semana, realmente no recuerdo, pero estuve con mi novio, no nos protegimos, juro que me tomé una pastilla, pero mi periodo no baja. Ayer me hice esta prueba y está positiva. Pero vengo a confirma que sea cierto —dije apenada.

—En este caso tienes muchísimas probabilidades de estar embarazada. Pero vamos a revisarte.

Se levanta y hago lo mismo.

—Acuéstate aquí.

Subo en la camilla y me acuesto. Ella se sienta al lado y me sube la blusa dejando mi vientre a la vista. Me unta un tipo de gel y luego coloca un extraño aparato.

Frunce el ceño y mueve el aparato de un lado a otro y se detiene en un lugar.

—Aquí se ve algo, si, estás embarazada, parece un feto de siete semana.

No, no puedo creerlo. Miro la pantalla y veo ese gusano.

Ay Dios.

—Te recomendaré una ecografía para que te la hagas en la semana siguiente.

Se levanta y me pasa un papel para que me limpie la barriga . No puedo creerlo. Dentro de mi crece un bebe.
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Tomo un taxi hacia la casa de Tony, debo decírselo. No sé que hacer, me siento perdida. Esto no me lo esperaba.

Toco su puerta y abre, parece que estaba durmiendo. .

—Nena, ¿qué haces por aquí?

Entro con la prueba y la foto que me dio la doctora del gusano. Así le llamo desde hoy. Como un apodo.

—Tengo algo que decirte —menciono sentándome en el sofá. Él bosteza y se sienta a un lado.

—¿Qué pasa? Habla que me asusta —inquiere nervioso. Le el sobre y el lo miró fruciendo el ceño.

—Debes verlo. No sé que haremos.

Abre el sobre y mira el contenido.

—¿Estás embarazada?

Asiento llorando.

—Wao amor, seré papa. ¡Que sorpresa! —se arrodilla y me abraza. Le correspondo entre lágrimas mientras besa mi vientre—. Amor, quiero que estemos juntos. Por favor, ven a vivir conmigo.

Y mi boca se abre ligeramente con su propuesta. No puede ser. ¿Ahora que haré?

...

Uff esto se pone intenso.

Labios ProhibidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora