te deseo

10K 712 33
                                    





Estoy emocionada porque lo veré de nuevo. Tomo el primer bus de la mañana y decido ir a su consultorio sin él esperarlo.

No importaba, lo deseo, lo extraño.

Al llegar noto la rapidez con la que alcanzo un taxi. El señor amablemente me llevó al hospital, le pagué y salí directo hacia la entrada, no tuve que poner excusa porque la entrada estaba despejada.

Llego a su consultorio y veo a su secretaria sentada y cómodamente limando sus uñas.

Le dije que necesitaba una consulta con el doctor, ella no me prestó importancia y dijo que pasara.

Abro la puerta y lo veo de espalda sentado en su sillón mientras habla por teléfono.

Quiero hacer algo loco. Algo descabellado. Pongo el seguro de la puerta y me quito el vestido quedando en ropa interior.

—Si, te llamo luego —dijo colgando y girándose hacia mí. Queda boquiabierto, sin más que decir me acercó y me siento sobre su escritorio.

—Hola, he venido a sorprenderte. Te extraño.

Él  parece asimilar que estoy aquí, se levanta y no deja de observarme.

—Ana —susurra acariciando mis mejillas.

El deseo es más fuerte y los trago por el cuello de su bata, lo beso y finalmente me roba la respiración con sus labios suaves. Me encanta su sabor.

—Te deseo. Te necesito —suplico quitando su correa. Él no queda atrás retira mi sostén.

—Te extrañaba tanto  —susurró y muerde mi labio inferior.

Despejo la mesa sin tumbar nada y separo mis piernas atrayéndolo en medio de ellas, besa mi cuello y luego mis senos, la sensación cada vez es más satisfactoria. Sus dedos tocan mi braga y la hace a un lado, se baja un poco el pantalón y finalmente saca su miembro, me toma del cuello y me obliga a mirarlo.

—Me encantas —susurra.

—Hazme tuya, doctor.

Mi fantasía finalmente se ha hecho realidad. Louis se introduce dentro de mí y muerdo mi labio sin despegar mis ojos de los suyos. Él hace lo mismo, se ve perdido de placer cuando su cuerpo encaja completamente en mi cavidad.

Empieza a moverse mas fuerte. El choque de su embestida me hace delirar y desde esta pose puedo ver cómo entra y sale mojado, como su cuerpo encaja al mío y la conexión es más fuerte.

Juntamos nuestros labios y lo muerdo lentamente. Cada movimiento me enloquece.

Estoy a punto de llegar a un orgasmo, hasta que algo suena en mis oídos.

Se escucha la alarma.

Despierto maldiciendo. No puedo creer que fuera un sueño. No, no, no, no joder. Ya es el quinto sueño con él, pero este fue más real.

Labios ProhibidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora