epílogo

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Meses después...

En este tiempo con Louis he conocido a su pequeña niña Louisa, es una hermosa niña de cuatro años. Al principio le costó mucho asimilar que su padre tenía una novia, pero habla clarito, así confesó que su mami también sale con otro hombre y que es muy bueno.

Resulta que la ex de Louis tiene una relación con un neurólogo profesional, hasta ahora está siendo feliz y no ha intentando lastimar a Louis con demanda o cosas que le perjudique, incluso le permite quedarse con su hija el tiempo que le corresponde.

—¿Qué tanto tramas?

—Nada nena, solo abre el regalo. Es lo que tanto me pedías.

Realmente Louis está extraño. Celebrabamos mi cumpleaños en casa de mi madre, mi hermana y mis sobrinos están presente, pero Louis ha venido con un gran Ramos de flores y un regalo.

Hace par de meses atrás, luego de que mi madre lo regañara, pues todo cambió.
Ella fue conociendo los verdaderos sentimientos de Louis hacia mí, notó cuanta importancia me brindaba.

Tony evitaba venir como antes, pero venía a ver al bebé, aunque hace un mes se fue de viaje a Roma y dice volver en unos meses, aún así nos dejamos de ser amigos, le costó asimilar que todo acabó, pero al fin y al cabo lo superó, tanto así, que ya tiene novia.

Mi bebe ya tiene 7 meses, está muy encariñado con Louis, y este cada día le demuestra su amor como su segundo padre.

Y ahora, aquí estoy, feliz y emocionada. Hace mucho mencioné que deseaba tener el kit de maquillaje para empezar un curso, pero era solo un deseo, en cambio, Louis solo escuchó y creo que acaba de comprarmelo.

—Ay amor —la emoción me mata.

Abro el empaque y aparece una caja, miro a Louis y sonrío. Abro la caja y quedo confundida, dentro hay otro regalo. Ya entiendo, me hará una broma. Saco el regalo y dejo la caja. Este regalo es mas pequeño. Quito el forro y aparece otra caja.

—¿Es broma? —inquiero y ya me desespero. El toca mi hombro y sonríe.

—Sigue intentando —me guiña un ojo. Abro la caja y no puede ser.

—¿Otra caja? A ver, se que necesito cajas para echar ropa sucia, ¿pero en serio? —frunzo el ceño. El sonríe al igual que mi hermana.

—Anda, ábrela. Esas cajas son útiles —bromeó.

saco el regalo y es más pequeño. Vuelvo a quitar la envoltura, dejando al descubierto una diminuta caja.

—Ya wey, en serio  —ahora estoy enojada. He perdido la paciencia, pero no quiero arruinar su regalo y abro la cajita...

Pero me encuentro con...

—¿Un polvo de cara? —no sé que gesto tomar. Pedí un kit y me regala un polvo.

—¿No te gusta mi regalo? —inquiere haciendo pucheros.

—Es lindo —dije algo triste.

—Tengo que hacerte la prueba con una muestra a ver si es de tu mismo tono, sino lo devuelvo.

Se agacha y toma el polvo, lo abre y me lo muestra, sin ánimo lo miro y su contenido me hace brillar los ojos y abrir mi boca.

—'¿Qué es esto?

Mis ojos se llenan de lágrimas.

—¿Quieres casarte conmigo?

Antes de poder responder, mis lágrimas se adelantaron.

Labios ProhibidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora