Labios Prohibidos

Nacimiento

"Mi pequeño ángel"

Tres meses después.

Desde ese día no supe de él. Obvio no he encendido mi celular. No podía incluirlo en mi vida cuando él no hizo lo mismo conmigo.

—Veo que tienes todo listo —murmura mi hermana, quién se ha quedado conmigo durante estos últimos día ya que había hecho un baby showers y preparo mi bulto. Ya pronto nace mi hijo, quizá en unas semanas.

—Así —respondo.

—Oye, he evitado preguntar, pero se que algo tienes. Algo me dice que no eres feliz con Tony. Quizás si lo quieras, pero no lo amas; sé que tu corazón pertenece a ese doctor.

Ella tiene razón. Me conoce mas que mi propia madre.

—No, bueno, no podría mentirte. No niego que aún lo extraño, pero es prohibido hermana. Está casado y no pensará dejar su mujer por mí. Y por más que me cueste, ya estoy casada y tengo mi familia. No todo es felicidad —bajo la mirada.

—Entiendo, solo espero que con el tiempo puedas amar a Tony, es difícil estar al lado de alguien a quien no le has dado tu corazón —asiento sintiéndome vulnerable.

.......

Los días corrieron, Tony al menos se ha portado muy bien. Me ayudó organizar la cunita del bebé, debo aceptar que él es parte de mi vida y siempre lo será.

—Amor, me daré una ducha —me dijo mientras se coloca la toalla.

—Está bien.

Me levanto ya que me siento incómoda. No puedo dormir tranquila, me siento muy extraña. Pronto siento un dolor en mi espalda y baja hasta mi vientre.

—Auch.

Me siento en la cama, el dolor es parecido a cólico, me está tomando la espalda y pelvis. Tony sale y me quedo pensando, busco el calendario de mi bebé, allí tengo todo anotado, evidentemente ya estoy en mis últimos días, tengo 39 semanas de embarazo.

Hago el ejercicio de respiración pero cada vez aumenta las contracciones, así que voy presionando un botón que me avisa de cada vez que aumente las contracciones.

Y así fue, pasó una hora y el dolor se hizo insoportable, me levanto de la cama y siento que algo se rompe, miro al suelo y he roto fuente.

—¡Tony! —grito removiendo su brazo y se despierta.

—¿Qué pasa, amor? Oh Dios. Vas a tener nuestro bebé.

Sale de la cama y lo primero que hago es tratar de calmarme.

—Busca el bulto, cámbiate y vámonos. Aun las contracciones son menores —dije lo más calmada.

He leído miles de libro sobre parto, hay partos que tardan más de cinco horas y espero que no sea mi caso.

—Está bien. Por favor quédate quieta —está muy alterado. Corre y se viste en menos de un minuto.

......

—¡Puja, anda puja más fuerte.

Pujo lo mas que puedo. Tenía más de dos horas esperando que avanzaran los centímetros.

—Otra vez. Ya casi.

Pujo mas fuerte y al cabo de segundo escucho su grito. Mi bebe ha nacido.

—Mira a tu bebé.

Me lo colocan sobre el pecho, lloro al mirarlo. Es tan hermoso. Él llora y yo también, pero de felicidad.

—Hola mi amor. Eres mi pequeño ángel —susurro enamorada de mi primero cita.