demasiado perfecto, para ser real

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Después de desayunar, hablé un poco con Jessica mientras mi hermana cuidaba de mi sobrina. Luego mi novio me llamó diciéndome que me extraña muchisimo y que no puede estar sin mí.

Tipico...

En realidad yo no lo extrañaba.

Dr Díaz:
Hola, hermosa. Acabo de ver tu mensaje, es que estoy un poco ocupado con mi proyecto. No pienses que no te escribo por gusto.

Yo:
Entiendo. Te pensé toda la noche.

Dr:
Y yo en ti, te aviso para ver si nos vemos, aunque no es seguro.

Hablamos un rato mas y nos despedimos.

Ya estando de noche empezó a llover y lo sé porque se refleja en la ventana de esta sala.

—Tía, ¿estás enamorada del doctor?

—¿Qué doctor, cariño?

—Con el que hablas, siempre le dices: "hola mi doctor sexy".

—Ay cállate mija, no digas esas cosas —suplico avergonzada.

Después de reírse cierra sus ojitos y me acuesto a un lado, al menos la cama es un poco amplia y cabemos bien. Me duele todo el cuerpo de estar sentada.

Uso mi teléfono y me encuentro extraño de que nunca vino y no me escribió, pero debo entender que tiene un trabajo y encima de eso tiene una familia.

Es muy perfecto para ser real.

Tengo tanto miedo de perder lo que jamás he tenido. Me gusta y debo aceptarlo. Está tan mal esto, es algo prohibido.

Termino rendida en mis pensamientos.

...

Siento mi celular vibrar y lo miro.

Dr Diaz:
Mi reina.
Visto a la 4:50 am.

Lo único que me dijo "¿mi reina?"

Es muy extraño.

Yo:
Me preocupé por ti, ¿por qué no me hablabas? Me pasé la noche entera esperando tu mensaje.

No se volvió a conectar, solo dijo: «mi reina» y nada mas.

No pude cerrar los ojos pensando que le ha ocurrido. Trato de dormir, pero se me hace difícil.

//

Amanecí un poco  agotada. No tenía deseo ni ánimo para nada.

Le conté lo sucedido a Jessica y ella me dijo que no me desesperara y que esperara a que el me hablara, que quizás no pasó nada grave.

La enfermera atendió a mi sobrina Dania con medicamentos para tratar su problema de gripa y esa herida en su cabeza que poco a poco se está curando.

Me paso la tarde acostada y conversando con mi novio.

Tony:
Te extraño mi amor.

Yo:
Y yo a ti.

Okay, estoy mintiendo. No lo extraño ni un poquito.

Mi hermana vino a visitar nuevamente, pero no duró mucho ya que su trabajo no se lo permitía, no entienden que su hija está aquí y que necesita de su madre, por fortuna cuenta con mi apoyo.

La comida del hospital es sumamente horrible. No puedo comer nada grasoso y siento que llevo una dieta en este lugar, y que debo llevarla cuando salgo a comprar algo. Sobre todo tengo que estar medicándome.

No tengo apetito de nada, solo pienso en él porque cada vez me hace sentir más de lo que deseo sentir.

Algo me dice que quizás ya no le gusto y reflexionó un poco sobre su vida.

Labios ProhibidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora