Me entretuve, ha pasado varios días desde que mi sobrina está en cama y creo que no tendrá de alta ahora, le han hecho limpieza en su cabecita y está sanando, pero tiene una anemia y gripe, están tratándola con eso.—Tía, ahí está —susurra y señala detrás de mí, volteo y mi corazón se paraliza en cuanto lo veo entrando a la sala. Jamás lo vi por estos lados desde que estoy aquí.
—Hola —saludó sonriente.
¿Acaso se le olvidó que no me habló durante horas?
Igual no voy a reclamarle eso, no me corresponde. Solo me siento muy mal.
—Hola —susurro a secas y volteo a donde mi sobrina ignorándolo.
—¿Estás bien?
—Muy bien.
—En la madrugada te escribí, pero luego mi amigo tuvo un percance y se puso muy mal, yo tuve que salir de urgencia a ayudarlo y por esas razones no pude escribirte más —respondió apenado, yo suspiro sin saber que responder.
—Entiendo. ¿Trabajas hoy?
—De hecho pasé con rapidez a verte, pero debo irme. Debo hacer un trabajo e irme de inmediato, no he dormido nada —dijo cabizbajo y lo miro, se ve agotado.
—Doctor, ¿te gusta mi tía? —pregunta mi sobrina y él se sonroja riendo. Se acerca con intención de responder y me mira.
—Muchísimo.
Lo miro fijamente y siento como si estuviésemos conectado uno con otro. Sus ojos brillan, y tengo ese deseo de que me bese.
—Nos vemos —dijo, pero no parpadea al mirarme, sus ojos están clavado en mí.
—Cuídate, adios —corto nuestra conexión y el se marcha un tanto confundido.
....
—Ay Jessica, no se que haré. Él me dijo que se la pasó la noche entera cuidando a su amigo que estuvo enfermo, y yo pensando lo peor.
—Te lo dije, debiste esperar a que él te explicara, yo sabía que algo sucedia. A legua se le ve que babea por ti, ¿no te das cuenta?, con mirarte demuestra lo mucho que te desea. Ese doctor es un buen hombre, de buenos sentimientos, ¿qué hará al respecto?
—Lo sé. Sé que él es un buen hombre, solo que la circunstancia nos puso en un mal camino.
Hablo un momento mas con Jessica hasta que mi celular vibra.
Dr Diaz:
No me canso de mirar tus ojos. Me hipnotizan.Siento una punzada en mi interior, mis vellos se erizaron y quise saltar de la emoción.
Yo:
Pensé que no me quería ver.Bromeo, para darle un poco de drama al asunto.
Dr Diaz:
No digas eso. Siempre te querré ver.Yo:
Intentaré creerte.Dr Diaz:
Lo siento, hermosa. Pensé que te había escrito algo más que "mi reina". Perdón.Yo:
No te preocupes.Dr Diaz:
Debo irme a casa, te aviso si regreso más tarde y así te veo.
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Labios Prohibidos
Short StoryHabía una vez, un típico Doctor joven y bonito que se concentraba demasiado en su trabajo. Ella, típica paciente que se enamora de su doctor aprovechándose de su concentración. Pero había un ligero problema... Ese doctor es casado y ella tiene un...