Capitulo 1

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Presente

  Ya eran más de las dos de la madrugada y él todavía no llegaba, aunque ya después de dos años de matrimonio debería de estar acostumbrada a que algunas veces ni siquiera llegara a dormir.

Sarah se paseaba nerviosa por su recamara, había tratado de dormir pero el simple hecho de que Kendall todavía no llegaba, no la dejaba descansar. Desde el momento en que le dio el sí, ella sabía como iba hacer su vida. Iba a ser una esposa pero sin derecho a nada más que poder aparecer en público y en sociedad al lado de él como su acompañante, o como anfitriona en las fiestas que él celebrara.

Ella sabía que eso era todo lo que él le podía dar. Era una especie de ave encerrada en una jaula de oro.

Miro nuevamente el reloj que estaba sobre la mesa de noche, las dos y quince de la madrugada, estaría mucho mas tranquila si fuera cualquier otro día, pero hoy se cumplía otro aniversario más de la muerte de Ana, hacía siete años ya de su muerte.

De pronto escuchó como un auto frenaba bruscamente en la entrada de la casa, se aproximó rápidamente hacia la ventana y se percató de que se trataba de su esposo.

Se puso una bata sobre su camisón de dormir y salió de la habitación al encuentro de Kendall.

Bajó rápidamente por las escaleras para encontrarlo en la entrada sacándose el abrigo que llevaba puesto.

- ¿Te encuentras bien? –preguntó, rogando no sonar tan preocupada.

Kendall no contestó, siguió en su tarea de sacarse su abrigo para después colgarlo en el armario.

- ¿Kendall? –preguntó nuevamente pera estaba vez más ansiosa al ver que Kendall no le contestaba, ni siquiera se dignaba a mirarla.

Kendall se agachó a recoger algo del suelo, de lo cual Sarah no se había percatado.

Al pasar el hombre al lado de ella, Sarah pudo ver que se trataba de una botella de vodka.

Sarah lo siguió hasta la habitación de él, en donde lo encontró sentado en un sofá bebiendo.

Recorrió con la mirada la habitación de Kendall, nunca había estado en ese lugar, estaba decorado sobriamente con colores tierra, pero a la vez se veía cómodo.

Caminó lentamente hacia el sofá en donde se encontraba Kendall.

- Kendall –lo llamó.

Kendall levantó la cabeza buscando a la dueña de la voz, pero se encontraba tan mareado debido lo que había bebido que no enfocaba bien la vista, y esto le jugaba malas pasadas.

- ¿Ana? –preguntó esperanzado.

Ella se tensó al escuchar ese nombre de la boca de Kendall, y más todavía al escuchárselo decir con tanto cariño... con tanto amor.

Sarah trató de deshacer el nudo que sentía en la garganta, pero este cada vez se hacía más grande. Le dolía de sobremanera ver a un hombre tan fuerte y tan controlado como Kendall en una situación como esa.

- Kendall, ven será mejor que te acuestes –le dijo quitándole la botella que tenía entre las manos y tratando de hacerlo pararse del sillón.

Nunca lo había visto borracho ni siquiera el aniversario anterior de la muerte de Ana, ya que en esa ocasión él estaba de viaje.

Dejó la botella a un lado y rodeó con un brazo la cintura de Kendall para que éste no cayera en el transcurso a la cama.

- Ana eres tú ¿cierto?, volviste –dijo Kendall abrazando fuertemente a Sarah.- Volviste para perdonarme.- dijo él besando la cabeza de ella y acariciándole la espalda-. No sabes como te he extrañado.

Sarah no se podía mover, nunca había estado tan cerca de Kendall, ni siquiera el día de su matrimonio.

Kendall la alejó un poco de él, y con sus manos rodeó la cara de ella.

- Kendall yo no...

Pero Kendall no la dejó hablar y la calló con un beso.Se tensó al sentir los labios de Kendall sobre los de ella, pero aunque su cabeza le decía que debía separase de él porque después lo lamentaría, su corazón fue más fuerte y se encontró devolviéndole el beso.

- Ana... -murmuró Kendall para después seguir besándola.Al escuchar a Kendall la realidad le llegó de golpe y trató de separarse de él, pero Kendall era mucho más fuerte que ella.

Kendall la siguió besando aunque trataba de oponerse y alejarlo, finalmente cayeron en la cama con el sobre ella.

- Perdóname amor, perdóname para poder ser feliz –murmuraba Kendall mientras besaba el cuello de la mujer.

- Kendall no soy Ana soy Sarah –trataba de hacerlo entrar en razón .

Pero Kendall veía solamente lo que quería ver, y en ese momento lo que quería era a Ana.

- Kendall por favor –suplicaba cada vez más nerviosa y asustada,al ver que Kendall no dejaba de acariciarla y besarla.

Kendall deshizo el nudo de su bata y comenzó a bajarle los tirantes de su camisón.
Sarah ya desesperada comenzó a pegarle en el pecho con todas sus fuerzas para así lograr detenerlo, pero de pronto todo el peso de él cayó sobre ella, dejándola por unos segundos sin respiración.

Empujó fuertemente a Kendall para sacarlo encima de ella, se sentó en la cama con un poco de dificultad, se llevó las manos a la cara para secarse las lágrimas que le habían caído. Miró al otro costado de la cama y se percató de que Kendall se había quedado dormido  

AmandoteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora