Capitulo 28

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- Todavía no me has dicho por que estamos aquí, habría jurado que lo último que harías en esta vida era visitar a mi hermano, siempre te has llevado mal con él.-Ash tomó la mano de su novio para que se apresurara.


- Lo sé, pero míranos a nosotros, antes no nos podíamos ni ver sin pelear y ahora somos novios.

Lucas miro a su novia como si se hubiera vuelto loca. Ash volvió a tirar de su novio.

- Vamos, ya te enteraras cuando encontremos a tu hermano.

Entraron a la casa la cual para sorpresa de ambos, todos los muebles se encontraban cubiertos con sabanas blancas.

- ¿Qué pasó aquí? –preguntó Lucas mirando incrédulo a todos lados.

- He decidido vender la casa –le contestó Kendall apareciendo de una de las habitaciones junto a Ana. Ash se tensó al ver a la mujer, esperaba no haberse equivocado al ir hablar con Kendall.

- Así que te mudas, dime ¿decidieron irse a vivir a un lugar lejos de recuerdos desagradables? –preguntó Ash con frialdad sin quitar la vista de Kendall. Kendall enarcó una de sus cejas, no le pasó inadvertido que Ash se estaba dirigiendo a Ana y al él, como si fueran una pareja.

Desde la última visita que había tenido de Ana, hacía ya dos semanas, había decidido dejar de auto compadecerse y luchar por su familia, por eso lo primero hizo fue poner en venta esa casa, y Ana lo estaba ayudando hacerlo.

- No, nosotros no... -comenzó a decir nerviosa Ana.

- ¿Por qué quieres saberlo? –le preguntó Kendall interrumpiendo a Ana.

- Para nadie es un secreto que nos llevemos pésimo, siempre desprecie la forma en que tratabas a Sarah, humillándola, haciendo de ella una persona insegura –dijo sin sentir piedad alguna por el rostro de Kendall desfigurado por el dolor-. Si por mí fuera haría que ella te olvidara de una vez por todas y fuera feliz con un hombre que sí la mereciera... no como tú.

- Ash... -Lucas trataba de interrumpir a su novia, él había presenciado todos esos meses como su hermano había sufrido debido a la culpa y a su distanciamiento de su mujer y su hijo.

- No, deja que hable, sé que me merezco esto y más –dijo Kendall levantando un brazo para que su hermano se callara.

- Bien, por lo menos reconoces que le hiciste daño –dijo Ash al ver que él no negaba nada. Kendall bajó la cabeza.

- Lo sé, y también sé que lo mejor que podría hacer por ella es desaparecer de una vez por todas de su vida, pero...

- Pero la amas –terminó Ash con un suspiro. Kendall levantó la cabeza y asintió.

- La amo.

- Entonces no me equivoque al venir.

- ¿Qué quieres decir? –pregunto Kendall confuso.

- Primero que todo quiero que me prometas que no volverás hacerle daño a mi amiga, por que o sino ten por seguro que te la veras conmigo.- Kendall sonrió, a pesar de que Ash era una mujer menuda y que sabía que no tenía ninguna posibilidad de ganar contra él, ella no se acobardaba a la hora de defender a su amiga contra cualquiera que le pudiera hacer daño.

- Te lo prometo, lo último que haría sería hacerle daño.

Ash respiró.

- Ella me hizo prometer que no le diría esto a Lucas, pero no me dijo nada de no decírtelo a tí.

- Sería porque lo último que se le pasó por la cabeza era que vinieras corriendo a decírselo a tú peor enemigo –dijo Kendall irónico.

- Puede ser –Ash sonrió, para después ponerse seria nuevamente-. En una par de horas más saldrá de viaje junto a Joe y a Leo, por lo que supuse se va por un largo periodo de tiempo... Salvatore si no quieres perder a tu mujer y a tu hijo, tendrás que lograr que no se suban a ese avión.

AmandoteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora