- Kendall... -lo llamó al ver que él no le contestaba.
- No habrá nulidad ni ahora ni nunca, porque un matrimonio que es consumado no puede anularse.
Sarah dio unos pasos hacia atrás.- Pero nosotros no... –balbució nerviosa.
- Ha llegado el momento de actuar como marido y mujer, cara –dijo Kendall acercándose a ella como cuando un depredador va hacia su presa.
Sarah no quiso admitir la excitación que sintió al escuchar esas palabras en boca de Kendall.
- Lo mejor será que hablemos mañana de todo esto, así tu estarás más tranquilo y verás que tengo razón –decía a la vez que retrocedía hacia la puerta, para salir lo más pronto posible de la presencia de su esposo.
- No tan rápido –la detuvo Kendall justo cuando salía por la puerta.-. No hay nada que pensar, no habrá anulación o divorcio –le dijo mientras la tomaba en brazos para dirigirse a su habitación.
- ¡Suéltame! –le grito Sarah, luchando por soltarse de los brazos de Kendall.
Kendall sin hacerle caso, abrió la puerta del dormitorio de él y la cerró con el pie, para después dejar caer a la joven en la cama.
Ella trató de incorporarse pero antes de lograrlo Kendall se colocó encima de ella, manteniéndola sujeta a su cuerpo.
- ¡Sal de encima mío! Me quiero ir de aquí –le espetó mientras se removía debajo de él.
- Quédate quieta y ¿A dónde crees que vas a ir?– le dijo sin moverse de su lugar.
- ¿A donde crees? –le preguntó con un sarcasmo nunca antes visto en ella-. A mi habitación, voy a arreglar mis cosas, mañana mismo me voy de aquí –dijo ella que no había parado de luchar contra él para que se bajara de encima de ella, pero Kendall parecía una roca imposible de mover.
- No te vas a ir a ningún lado ni ahora ni más adelante –le dijo con voz tranquila, pero en sus ojos se podía ver todo lo contrario.
- No me puedes obligar a quedarme o hacer algo que no quiera –le espetó sacando toda la rabia que había acumulado contra él. Kendall sonrió cínicamente.
- No necesito obligarte para que te quedes en mi habitación –dijo con arrogancia.
- Déjame ir –dijo sin hacer caso al último comentario de éste.
- Tú no te quieres ir, Cara –dijo Kendall con voz suave acercando su cara a la de ella-. ¿Acaso crees que no sé que tú también me deseas? Tu cabeza puede decir que no, tu boca puede decir que no, pero tu cuerpo demuestra todo lo contrario –terminó por decir con voz seductora. Sarah cerró sus ojos con fuerza, su cuerpo comenzaba a reaccionar por estar tan cerca de Kendall.
- Te vas arrepentir de lo que estás haciendo.
- No lo creo, y ten por seguro que tu tampoco –le dijo para después apoderarse de sus labios.
Ella trató de luchar para no devolverle el beso, pero le fue imposible, el deseo que sentía por él era demasiado grande. Él la beso hasta dejarla totalmente excitada y sin aliento alguno. Con impaciencia desabrochó la blusa que llevaba puesta dejándola con el sujetador de encaje. Sé alejó un poco de ella para admirarla, por lo cual ella se ruborizo.
- Hermosa, cara, verdaderamente hermosa –le dijo con admiración.
Kendall se acercó a ella nuevamente y comenzó a besarle la boca, para seguir por el cuello, dejando un rastro de sus besos en el camino. Sarah por primera vez tenía conciencia de todo su cuerpo, como si esté tuviera vida propia y reaccionara a cada estímulo que le imponía Kendall. Kendall la terminó de desvestir rápidamente, para después hacerlo con él mismo, cuando ya no había ropa que los interrumpiera la siguió besando y acariciando con toda la experiencia que tenía. Sarah sentía que en cualquier minuto explotaría.
- Kendall... -murmuró ladeando su cabeza mientras Kendall le besaba el cuello.
- Lo sé, cara –le contesto en forma jadeante, posicionándose sobre ella y penetrándola de una vez.
Ella tuvo que morderse el labio para no gritar debido al dolor que sintió por la fuerza con que él invadió su cuerpo. Kendall al sentirla tensarse se detuvo y la observó.
- Te hago daño... –murmuró preocupado.
- No –negó ella, el dolor ya había pasado y solo sentía una pequeña molestia ya que su cuerpo se estaba adaptando.
Kendall comenzó a moverse despacio pero con insistencia, hasta que ella olvidó todo dolor y solamente podía sentir un placer cada vez más intenso dentro de ella. Sarah cerró sus ojos y se dejó llevar por la sensación de tenerlo dentro de ella, a pesar de su inexperiencia comenzó a moverse junto con él, los movimientos se hicieron cada más desenfrenados, hasta que su cuerpo comenzó a estremecerse y juntos llegaron al clímax.
Kendall cayó sobre ella y Sarah lo abrazó, a pesar de que antes se negó a que esto sucediera, estaba feliz por que hubiera pasado, ya que quizás al fin las cosas entre ellos dos cambiarían.No quería soltarlo, quería seguir sintiendo su cuerpo sobre el de ella, por eso cuando Kendall se apartó bruscamente dejándose caer a su lado se sintió insegura.
- Dime ¿con Joe fuiste igual de apasionada? –le preguntó con burla sin rastro alguna de la pasión que habían compartido minutos antes-. ¿Te hiciste de rogar igual como lo has hecho conmigo?
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Amandote
RomancePor uno de los grandes ventanales que daban a la calle, Kendall observaba como su esposa se subía al coche del que había sido su amigo por varios años... Separando la de el, por su propia culpa. ...