Amandote

Capitulo 31"FINAL"

Sarah se quedó callada apretando sus manos convertidas en puños sobre su regazo.

- Todas ellas no fueron más que una pantalla, no ocurrió absolutamente nada, con la única mujer que he estado durante nuestro matrimonio ha sido contigo.

Ella lo miró incrédula.

- Pero... pero Brittany, ella me aseguro que ustedes estuvieron juntos, inclusive se burlo de mí contándome lo bien que lo pasaban juntos.

- ¿Cuando la viste? –preguntó con tono tranquilo pero pudo ver sus ojos brillantes de furia.

- En la fiesta... cuando apareció Ana.

Kendall maldijo en italiano.

- No creas nada de lo que dijo, yo solamente la ayude en su carrera de actriz presentándole algunos productores. Pero nunca pasó nada con ella ni con ninguna mujer. Tienes que creerme lo único que quería era mantenerte alejada de mi. Tenía miedo de enamorarme de ti y volver a sufrir si te perdía. Cuando sufriste esa hemorragia y estuviste a punto de... –Kendall se estremeció al recordarlo y no fue capaz de decir la palabra-. En ese momento me di cuenta que había perdido, que a pesar de todo lo que había luchado, termine enamorado de ti... Frente al temor de perderte para siempre me di cuenta de cuanto de amaba, y rogué para que no fuera demasiado tarde, y que aunque no lo mereciera tu también me amaras.

Sarah se puso de pie enfurecida, nunca en su vida había estado tan furiosa, sus ojos estaban llenos de lágrimas. Kendall al verla se puso de pie para acercarse a ella.

Pero ella no pudo pensar en nada. Simplemente se acercó a él y le pego en el pecho con toda la rabia y el dolor que había sentido por culpa de él. Le pego con los puños varias veces, compulsivamente, hasta que perdió toda fuerza. Él no hizo intento alguno de defenderse y dejó que ella se desahogara. Antes de que cayera al suelo, Kendall la estrechó entre sus brazos abrasándola con fuerza mientras ella lloraba.

- Perdóname cara... perdóname –le repetía una y otra vez sin soltarla. - Por favor vuelve conmigo, empecemos desde cero... Te prometo que no te preguntaré nada de lo que hiciste con Lombardi estos meses que viviste con él. Dejaré de ser celoso, puedo hacerlo, créeme.

Se alejó un poco de él aún con los ojos llenos de lágrimas.

- ¿Estabas celoso? –le preguntó.

- Claro que estaba celoso, nunca antes lo había estado, ni siquiera con Ana –dijo con seguridad-. Cuando te fuiste a vivir con él, no pude soportarlo... el solo pensar que estuvieras con él... –Kendall negó con la cabeza-. Fue un milagro que no me volviera completamente loco.

- Kendall... – sentía su garganta cerrada.

- Sí estas enamorada de él, te juro que haré todo lo posible para que lo olvides, haré todo lo que quieras, pero no vuelvas a dejarme.

El Kendall que ella creía conocer jamás hubiera suplicado por nada,  en ese momento supo que por primera vez en su vida Kendall tenía miedo. Decidió ser también sincera con él.

- No estoy enamorada de Joe. Todo el tiempo que estuve con él no paso nada, estuvo conmigo solamente como amigo.

- ¿Es verdad eso cara? –preguntó esperanzado. Sarahasintió.

- Entonces intentemos que nuestro matrimonio funcione... da igual que no me ames –entrelazó sus manos con las de ellas con desesperación- yo te amo tanto que con eso basta...

Ella supo en ese momento, al ver su desesperación, que él estaba siendo sincero. Su corazón comenzó a latir cada vez más rápido, ¡Kendall la amaba!

- Yo también te amo, nunca he dejado de hacerlo y si te pedí el divorcio fue porque creí aún estabas enamorado de Ana –le dijo suavemente-. Prefería estar sin ti, pero que tú fueras feliz.

Kendall tiro de ella y la abrazó con fuerza.

- ¡Dios! he sido un tonto -rió de felicidad-. Pero te juro que no te arrepentirás jamás de amarme... te haré feliz, muy feliz –le prometió para después besarla, como lo había soñado durante todos los meses que estuvieron separados.



Algunos meses después Kendall y Sarah volvieron a renovar sus votos rodeados de sus familiares y amigos más queridos. Ash y Lucas estaban comprometidos y esperaban casarse en algunos meses más, en cuando a Ana y a Joe seguían siendo amigos, pero todos estaban seguros que tarde o temprano terminarían juntos. Por último a Anabella su familia decidió internarla en una clínica especializada para problemas mentales, para que no hiciera más daño del ya había hecho.

Ya hacía un par de horas que la fiesta había terminado, todos los invitados dormían en sus respectivos dormitorios, ella se acercó a la habitación de su hijo para arroparlo.

- ¿Está dormido? –preguntó Kendall al entrar a la habitación de su hijo. Asintió saliendo de la habitación junto a su esposo después de darle un beso a su hijo.

- ¿Sabes?, te tengo una sorpresa –le comentó con una sonrisa misteriosa mientras se dirigían hacia su cuarto. Kendall la acercó hacia él.

- ¿Otra más? –le preguntó mientras le besaba el cuello a su mujer, haciendo que esta se derritiera por dentro.

- Sí –contestó casi sin aliento. Con mucho esfuerzo se alejó de él y caminó hacia su tocador para tomar un pequeño paquete.

- Toma –le dijo con nerviosismo. Kendall con el ceño fruncido tomo el paquete, sacándole el envoltorio.

- Es... esto significa que... –balbuceo levantando la vista hacia su mujer, después de haber visto el contenido. Ella asintió.

- Estoy embarazada.

Kendall levantó a su mujer y comenzó a dar vueltas con ella en brazos mientras ambos reían.

- No sabes lo feliz que me haces, te adoro cara mía –la dejó nuevamente en el suelo pero sin dejar de abrazarla-. Te amo, y siempre lo haré.

- Yo también te amo –le acarició la mejilla con infinita ternura-. ¿Te gustó la noticia del nuevo bambino?

- Claro que me gusto –en la sonrisa que le dirigió se pudo reflejar toda la felicidad que sentía-. Pero te equivocas en que será un niño, te aseguro que esta vez será una niña... una bambina igual de bella como su madre. –dijo para después besarla como lo venían haciendo desde que decidieron luchar por ser felices.

Ocho meses después nació Julieta Salvatore. Y Sarah pudo estar segura que Kendall siempre obtenia lo que queria.

:3 FIN :3