Kendall despertó debido a la luz que provenía del sol, la cual filtraba a través de las cortinas de la habitación. Se movió hacia el otro costado de la cama y se dio cuenta que estaba vacío, se acordó de todo lo que había pasado la noche anterior y sintió remordimiento por como había tratado a Sarah.
Pero aunque le costaba reconocerlo al haberla visto con Joe había sentido celos, los mismos que sintió cuando estuvo con Ana, al darse cuenta de eso no supo como reaccionar. Se levantó de la cama y se puso su bata, sabía que a pesar de todo debía disculparse con su esposa, pero tendría que asegurarse de que no volviera a ver a Joe Lombardi.
Se dirigió hacia se habitación, al abrirla se dio cuenta que no había nadie y que algunas prendas de su ropa estaban esparcidas por el suelo. Llamó a una de las mucamas para preguntarle sobre Sarah.La muchacha se removió incómoda bajo la mirada de Kendall.
- La señora no se encuentra en la casa, cuando vine a traerle su desayuno no estaba y su habitación se encontraba totalmente revuelta –le contestó con nerviosismo.
- Llama al chofer y dile que tenga listo el carro –le dijo Kendall sin reflejar ningún sentimiento en su cara.
La muchacha asintió y se fue a realizar la tarea encomendada.
Kendall se recostó en la pared, ella había cumplido su amenaza y se había ido, todo el arrepentimiento que había sentido por ella unos minutos antes se esfumó dejándole paso a su enfado. Pero se juró que la encontraría costara lo que le costara.
******- Say, cariño porque no descansas algunos minutos, yo me encargo de todo, en todo caso no hay muchas personas a quienes atender.
Sarah le sonrió a la mujer morena de mediana edad y se fue a la pequeña oficina que estaba atrás de la tienda. Cuando llegó a esa pequeña cuidad no le había costado encontrar trabajo, ya que justo en ese tiempo se había inaugurado una nueva tienda de ropa y la dueña buscaba a una ayudante, por suerte Raquel, la dueña de la tienda, no le había echo muchas preguntas personales a la hora de contratarla.
Como Kendall era un hombre perteneciente a una influyente y rica familia constantemente aparecía en distintas revistas y diarios, por lo que era bastante conocido en el país, y ella al ser su esposa lo acompañaba a algunos eventos, debido a esto para que nadie la reconociera y para que a Kendall le fuera más difícil encontrarla había decidido cambiar de aspecto.
Se había cortado su cabello el cual le llegaba al final de su espalda, en una melena corta pero moderna hasta los hombros, y había decido usar unos lentes para así darle otro aspecto a su cara, no había querido teñirse el cabello ya siempre le había gustado su color negro, y ni siquiera por Kendall se lo cambiaría. También había cambiado su manera de vestir, toda su vida se había vestido de forma más formal, con vestidos, faldas o pantalones de tela, como toda una dama, le decía su madre desde pequeña. Pero ahora se vestía de manera informal casi siempre con vaqueros o vestidos sencillos, si su madre la viera se moriría, se decía riendo.
También había decidido cambiarse el apellido y ahora utilizaba solamente apellido de soltera de su abuela, todos en la comunidad la conocían como Sarah Matthews. En conclusión nadie confundiría a la elegante mujer de Kendall Salvatore con aquella muchacha, que por primera vez en sus veintitrés años de vida se sentía totalmente libre.
Se sentó en el sillón y suspiró al camodarse mejor, cada vez le costaba más moverse y lo más seguro es que empeorara en los siguientes meses. Hacia cinco meses había visto por última vez a Kendall, y hacía cinco meses también que estaba embarazada.
Se acarició con ternura su vientre ya abultado.
El enterarse que estaba embaraza fue una gran sorpresa para ella, pero desde el momento en que lo supo quiso a su hijo, y haría hasta lo imposible para que nadie se lo quitara.
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Amandote
RomancePor uno de los grandes ventanales que daban a la calle, Kendall observaba como su esposa se subía al coche del que había sido su amigo por varios años... Separando la de el, por su propia culpa. ...