Kendall sin decir nada se dirigió rápidamente hacia la entrada, Bella al ver que la iba a dejar plantada salió tras él.
- Kendall espérame yo te acompaño –le dijo caminando tras él.- No –le contestó Kendall sin dejar de caminar.
- Como se te ocurre decirle adonde podría estar Sarah, y además que era Joe quien la acompaña –le reclamó Ash a Lucas cuando Kendall se había ido.
Lucas se encogió de hombros.
- Puede que le haga bien a Kendall saber que tiene competencia, de esa manera va dejar de tratar a su esposa de manera tan indiferente.
Ash lo fulminó con la mirada, rápidamente busca en su bolso en el celular para avisarle a su amiga que Kendall iba a buscarla, pero tenía el celular apagado.
- No contesta el teléfono –murmuró para nadie en particular.
- Así que la santa de Sarah se está mostrando tal cual es –dijo Bella destilando odio en cada palabra.
- No te vayas a morder Ana Bella que puedes morirte con todo el veneno que destilas –le dijo Lucas con desprecio.
- Di lo que quieras, pero ya verás como pronto Kendall deja a su insignificante esposa para estar conmigo –dijo Bella con altivez.
- Si no conseguiste que mi hermano te hiciera caso cuando murió Ana, ahora que esta casado ten por seguro que eso es imposible.
Bella le sonrió, una sonrisa que no llegó a sus ojos.
- Eso lo veremos.
**
- ¿Kendall todavía está de viaje?
Ella tomó un poco de vino, aunque no estaba acostumbrada a tomar, esa noche estaba nerviosa y ya iba en la segunda copa.
- Sí, se supone que mañana debe llegar –contestó Sarah.
- ¿Y que vas hacer? –pegunto Joe dejando los cubiertos sobre el plato, para poner todo su atención en la conversación.
Frunció el ceño.
- ¿Qué voy hacer con que?
- ¿Vas a seguir con él?, ¿vas a dejar que te siga tratando como lo ha hecho hasta ahora?
Ella se removió incómoda.
- No quiero hablar de eso –contestó con expresión seria.
- Pero... -Joe no alcanzo a terminar la frase ya que noto lo pálida que se ponía de pronto-. ¿Te encuentras mal? –le preguntó preocupado, mientras alargaba la mano sobre la mesa para tomar la de ella.
Ella negó con la cabeza.
- Suelta a mi mujer, Lombardi –dijo una voz tras Joe.
En ese momento Joe entendió el por que de la palidez repentina de ella.
- Sarah toma tus cosas para irnos de aquí –dijo Kendall tratando de controlar la furia que había sentido al ver como Joe tenía agarrada la mano de su mujer.
- Sarah no se va a ningún lado –dijo Joe levantándose para encarase a Kendall.
No podía creer que eso estaba pasando, ¿Cómo Kendall se había enterado que estaba en ese lugar?
Kendall sonrió fríamente.
- ¿Acaso tu me vas a impedir que me lleve a "mi mujer" –peguntó arrogantemente recalcando las últimas palabras. Joe iba a responderle pero ella decidió intervenir.
- ¿Cómo supiste que estaba aquí? –tartamudeo.
Kendall dejo de mirar a Joe para observarla a ella.
- Siempre sé todo de ti, cara –contesto Kendall con frialdad.
- Say no tienes porque irte con él si no quieres –le dijo Joe al ver que ella seguía sin recuperar color en el rostro.
- Ohh vamos, estoy perdiendo la poca paciencia que me queda –dijo secamente Kendall.
Sarah se levantó de la silla con cuidado y se acercó lentamente hacía Kendall. El tomo suavemente pero a la vez con firmeza el brazo de ella.
- Escucha bien Lombardi porque será la última vez que te lo repita, te quiero lo más lejos posible de mi familia pero sobre todo de mi esposa, o sino atente a las consecuencias.
Joe apretó con fuerza sus manos convertidas en puños a cada uno de los costados de su cuerpo.
- ¿Me estás amenazando? –preguntó con irritación.
- No, no te estoy amenazando, simplemente te estoy advirtiendo lo va a pasar.
Y sin decir nada más Kendall salió del local junto a ella.
Cuando llegaron a la casa trato inútilmente de subir rápidamente a su habitación, ya que Kendall la tomo del brazo y la llevó hacia su estudio.
- ¿Quieres explicarme que hacías con Lombardi, cuando te dije que no te acercaras a él? –preguntó tratando de controlarse.Al escuchar su tono de voz dio unos pasos hacía atrás inconscientemente, nunca lo había visto tan enojado.
- Salí a comer con él, además tú no tienes ningún derecho de elegir mis amistades –dijo en un momento de valentía.
- Tengo todo el derecho por ser tu esposo –le espetó con arrogancia.
- Eso va a cambiar –murmuro con la cabeza baja.
- ¿Qué estas queriendo decir? –preguntó él secamente.
- Quiero el divorcio o mejor dicho la nulidad –dijo ella subiendo la cabeza para mirarlo a la cara.
Kendall soltó una carcajada sin humor alguno.
- Eso nunca. Cuando nos casamos estuviste de acuerdo que este matrimonio sería para siempre.
Sarah soltó un suspiro lleno de tristeza.
- Para que vamos a seguir casados, si todo esto no es más que una farsa. Además mi papá ya te pago todo el dinero que le prestaste. Por favor Kendall terminemos todo esto de una vez por todas.
- ¿Es por él cierto? Antes nunca te había importado la farsa de este matrimonio, pero conoces a Joe y llegas a la conclusión que esto no es suficiente para ti.
Negó con la cabeza.
- No entiendes, no es por él, es por mí –dijo señalándose ella misma-. Ambos nos merecemos algo mejor.
Sarah quitó la mirada de Kendall, aunque todavía lo seguía amando y estaba segura que lo amaría para siempre, al fin había entendido que nunca lograría ser feliz al lado de él. Kendall no cambiaría nunca, y ella tenía que alejarse de él antes de salir más destruida.
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Amandote
RomancePor uno de los grandes ventanales que daban a la calle, Kendall observaba como su esposa se subía al coche del que había sido su amigo por varios años... Separando la de el, por su propia culpa. ...