Ana se alejó de él y se secó las lágrimas.
- Si la amas lucha por ella –le dolía decir esas palabras, pero amaba a Kendall y más que nada quería que él fuera feliz.
- No puedo, ya te dije le he hecho mucho daño, además a esta hora debe de estar firmando los papeles del divorcio. Después que yo los firme ya no habrá vuelta atrás.
- ¿Lo harás? ¿los firmarás?
- Debo hacerlo.- Ana negó con la cabeza, Kendall era demasiado terco para su gusto.
- Sarah está viviendo con Joe ¿lo sabías? –Ana vio que Kendall la miraba con fiereza al escuchar el nombre de su antiguo amigo, pero no se acobardó y siguió hablando-. ¿Vas a dejar que se quede con tú familia?, a él le gusta ella y ambos sabemos que cuando se propone algo lo consigue.- Kendall no dijo nada y Ana resopló rendida.
- ¿Sabes? –Ana lo miró con tristeza-. Nunca creí que fueras un cobarde.
Kendall se volteó y se apoyó en el escritorio con aspecto derrotado y de no tener fuerzas para luchar más.
- Si crees que es por cobardía, allá tú, piensa lo que quieras, pero si ella es feliz con Joe no pienso intervenir –Kendall pensó en su hijo y en su mujer y en como deseaba que ellos estuvieran junto a él en esos momentos.
Ana vio como Kendall apretaba con fuerza sus puños hasta dejar los nudillos blancos.
- Lucha por tu familia, Kendall, antes que sea demasiado tarde.
Sarah distraída contemplaba como su hijo se reía ante las muecas que le hacía Joe, desde que había dejado a Kendall vivía en la casa él, mientras buscaba una casa apropiada para su hijo y para ella, pero a partir de la próxima semana serían solamente Leo y ella, ya que se irían de la casa de Joe.
Después de tanto buscar había logrado encontrar una casa perfecta, que estaba a una hora de la cuidad, era una casa hermosa, en el campo rodeada de árboles y con gran espacio para poder tener animales, así para cuando creciera Leo le compraría un caballo, ya que estaba segura de que le gustarían al igual que ha su padre, al pensar en Kendall, suspiró.
Joe dejó de jugar y se quedó observándola de pronto sonrió como si se le hubiera ocurrido algo, tomó a Leo en brazos y camino hacia ella.
- ¿Qué te parece si nos vamos de viaje?, de esa manera podrás distraerte y a Leo le hará bien respirar aire puro.
Se quedó pensando unos minutos hasta que asintió, le haría bien alejarse por algún tiempo de esa cuidad, sobre todo ahora que nada la unía a ella.
- ¿Así que te irás de viaje con Joe?
Ella asintió mientras acomodaba a Leo en su regazo.
- ¿Estas segura de lo que vas hacer?.- Sarah resopló cansada por la insistencia de su amiga.
- Ya te he dicho que sí mil veces. Mejor dime que es lo que me tenías que contar.- sonrió al ver como Ash se sonrojaba, nunca la había visto así antes.
- Estoy saliendo con Lucas.
- ¡¿Qué?! –pregunto sorprendida.
- Que estoy saliendo...
- Ya te escuché...-la interrumpió Sarah con una sonrisa-. Me sorprende, ya que antes apenas se veían comenzaban a pelear, ya dice ese dicho del odio al amor un solo paso –dijo riendo al ver que Ash se sonrojaba aún más.
- Ya no te burles. ¿Sabes?, al estar junto a Lucas me he enterado de cómo esta Kendall.
La sonrisa de ella se le borró de la cara al escuchar el nombre del que fue su marido.
- No quiero hablar de él.
- ¿Ni siquiera saber si es que está con Ana? –preguntó Ash para ver la reacción de su amiga, necesitaba saber si amaba aún a Kendall.
- Eso ya corresponde al pasado, un pasado que estoy olvidando.
Ash sonrió sin que la viera, conocía bien a su amiga y sabía que Sarah no sabía mentir. Ahora sabía que es lo que debía hacer.
- Si tu lo dices –dijo aparentando indiferencia mientras se llevaba la tasa de té a los labios.
- No quiero que le cuentes a Lucas del viaje.
- ¿Pero por qué?
- Mientras menos gente se entere mejor, necesito estar lejos para poder estar tranquila.
- Esta bien, te lo prometo no se lo diré a Lucas –le dijo Ash, pero se lo diría a alguien más, ya que mientras no fuera Lucas no rompía su promesa.
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Amandote
RomancePor uno de los grandes ventanales que daban a la calle, Kendall observaba como su esposa se subía al coche del que había sido su amigo por varios años... Separando la de el, por su propia culpa. ...