Capitulo 16

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- ¿Cómo estas tan seguro que es tu hijo?, según recuerdo la última vez que nos vimos me sacaste en cara que me acostaba con Joe, ¿No te acuerdas? –lo desafió a que la contradijera.

Kendall dejó de caminar y se volteo para mirarla.

- Estoy seguro de que es mi hijo –le contestó con tranquilidad.

- Yo que tú no lo estaría, puede que hayas tenido razón y me estuviera acostando con Joe en ese entonces, inclusive puede que aún lo esté haciendo –lo provocó.

- ¿Lo haces? –le preguntó muy nuevamente, demasiado, porque ella vio el enfado oculto en sus ojos y se estremeció al darse cuenta que había ido demasiado lejos-. Tienes suerte de que no crea nada de lo que estas diciendo, ya que tengo pruebas de que Joe hasta hace poco no tenía ni idea de tu paradero –se acercó lentamente hacia ella hasta quedar a un costado de la cama en la que la había acostado luego de llegar del hospital-. En cuanto a que este hijo es mío –puso una mano sobre el vientre prominente de Sarah -, lo sé porque vi la prueba irrefutable de que eras virgen hasta la noche que estuvimos juntos.

Palideció y soltó una carcajada sin humor.

- Pues, te tardaste un poco en darte cuenta –dijo irónica-. Eso ya no tiene importancia, lo único que tienes que saber es que voy a seguir con la idea del divorcio.

- ¡NO!, escúchame bien Sarah, no habrá divorcio, no vas a separarme de mi hijo –le advirtió.

- No quiero separarte de tu hijo ahora que sabes de él, pero eso no va a impedir que me separe de ti, y ni se te ocurra amenazarme con quitarme al niño, porque tenlo por seguro que ningún tribunal por más poder y dinero que tengas entregarían a un niño a un hombre como tú – no sabía de donde estaba sacando las fuerzas para enfrentarse a su marido, pero sabía que debía hacerlo por el bien de su hijo.

- Y según tú ¿Cómo es un hombre como yo? –preguntó con tono tranquilo pero con los ojos brillantes de furia. Sarah sabía que era demasiado tarde para retractarse así que decidió hablar con la verdad de una vez por todas.

- Un hombre que lo único que le interesan son sus negocios y las mujeres. Créeme que los jueces no ven con buenos ojos a los hombres que le son infieles a los votos matrimoniales.

Kendall se quedó en silencio durante unos instantes, supuso que estaba tratando de controlar el enfado que estaba sintiendo, por que por primera vez en su vida las cosas no estaban saliendo como el quería.

- Y dime, ¿tienes pruebas para demostrar todo lo que estas diciendo?

Recordó todas las fotos que había recibido constantemente desde el momento en que se casó.

- Pruebas son lo que me sobra –dijo en voz baja, se levantó con cuidado de la cama y se acercó hacia su bolso para sacar una gruesa carpeta-. Míralas –le dijo ofreciéndole la carpeta. Kendall tomo la carpeta y se detuvo un momento antes de abrirla, sabía que no lo esperaba nada bueno.

Dentro de la carpeta estaban todas las fotografías que había recibido Sarah en el transcurso de su matrimonio y también se encontraba el reportaje en donde aparecía él junto a Ana Bella. Ella pudo ver como Kendall palidecía y soltaba una maldición al ver el contenido de la carpeta.

- ¿Cómo .... cómo conseguiste esto? -inquirió con voz ronca. Ella se encogió de hombros queriendo parecer indiferente frente a Kendall, quería que él pensara que ella quería el divorcio porque estaba herida en su orgullo y no porque él le había destrozado su corazón.

- No tuve que hacer nada más que esperar a que me llegaran de forma anónima. Sé de todas tus aventuras casi desde el comienzo de ellas –le temblaron los labios ligeramente.

- Tú sabías antes de casarnos que no era ningún Santo, y te dejé claro en como serían las cosas –le dijo de manera defensiva-. Y aún así te casaste conmigo sin que nadie te obligar.

Necesitó sentarse enel sillón que estaba tras de ella, pensaba que Kendall trataría de excusarse opedirle perdón, en el fondo de su corazón esperaba que su matrimonio noterminara así, pero su última esperanza había desaparecido.

- Sí, tienes razón, sabía desde el principio comosería nuestro matrimonio, creía que lo soportaría, pero ya vez que no pude, nipor todo el dinero del mundo puedo estar al lado de una persona así, mi orgullono me lo permitiría. Y tampoco su corazón, agregó mentalmente, pero eso eraalgo que su esposo nunca se enteraría. Se quedaron en silencio por unos minutosKendall aún con las fotos en las manos se sentó en el sillón que había al ladodel de ella.

- Cuando Ana tuvo el accidente que la mato, quisemorirme con ella, no veía sentido al seguir viviendo.

Recordó lo que Joe le había contado del accidente yse estremeció al imaginarse a Kendall devastado por la muerte de la mujer a laque amaba.

- Desde ese día me prometí que ninguna otra mujerme afectaría de esa manera.

Dejó la carpeta con las fotos sobre una mesa que seencontraba a un constado.

- Todas estas mujeres que ves en las fotos lasusaba para mantenerte alejada de mi, quería que entendieras bien que lo nuestrono sería más que lo que habíamos acordado desde el principio.

- Pues me quedó bastante claro –dijo ella con unasonrisa forzada.

- Pero ahora las cosas han cambiado, vamos a tenerun hijo y eso es lo único que debería de importarnos.

- Pero no...

- Ssshhh –la interrumpió Kendall arrodillándosefrente el sillón donde estaba sentada ella-. Intentemos que nuestro matrimoniofuncione, solamente nosotros dos, ya no habrán terceros.

- No puedo, no me pidas esto Kendall –le dijo Sarahnegando con la cabeza.

- Empecemos desde cero, Say. Podemos hacer que estofuncione, te prometo que no volveré hacerte daño.

    

AmandoteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora