Ese domingo en la mañana, como todos los domingos, lo primero que hizo Johann al levantarse fue asomarse a la ventana. Desde allí miraba a Sebastian muy esforzado trabajando con su padre en el jardín.
—¡Qué raro! ¿Tú espiando a Sebastian? —La voz de Gretchen irrumpió en su habitación.
—¿Qué no sabes que tienes que tocar la puerta antes de entrar?
Johann se apartó muy incómodo de la ventana. Nuevamente su hermana le había descubierto espiando a su amor imposible. Sin dedicarle más atención, el joven entró al baño de su recámara. Gretchen dejó sobre su cama un traje traído de la tintorería. Se acercó a la puerta del baño y la tocó para atraer su atención.
—Johann puse el traje sobre tu cama. Pruébatelo para saber si hay que hacerle algún arreglo de última hora. Has crecido "algo" últimamente, quizás haya que soltarle el ruedo al pantalón.
El joven no le respondió. Johann se daba un baño matutino y suspiraba fastidiado pensando en la fiesta a la que tendría que asistir. Al menos Sebastian iría y eso ya mejoraría un poco la velada. Aunque muy por seguro su amigo judio llevaría a su novia y verlos juntos era algo que le desagradaba enormemente.
Luego de salir de la ducha, se miraba al espejo mientras se cepillaba los dientes. Sus ojos azules lucían algo tristes, se sentía aún contrariado por la boda de su hermana y su inevitable partida.
—¿Y esa cara? Hoy es el baile, trata de tener otra actitud, Johann. ¿Alegre, quizás...?
Gretchen le observaba sentada en una silla. Johann tomó de mala gana el pantalón de vestir y se lo puso sobre su pijama, su hermana entonces se acercó y detalló la altura del mismo.
—Sí, hay que bajarle el ruedo. ¡Felicitaciones! ¡Eres todo un hombre!
—¿"Soy todo un hombre"?... ¡No sé quién demonios soy! ¿Quieres que vaya a esa fiesta con una chica para intentar qué? ¿Qué olvide lo que siento por Sebastian? ¿Qué empiecen a atraerme las mujeres? Sólo me estás enseñando a fingir, a ocultar lo que verdaderamente siento.
Gretchen se acercó a su hermano. Le tomó del hombro y se dirigió con él hasta la ventana. Abrió la cortina y le señaló a Sebastian.
—¿Él siente lo mismo que tú? ¿Él te ama de la misma forma?
—Sebastian es muy diferente a mi, tiene ya casi dieciocho, ha salido con muchas chicas, supongo que se ha acostado con algunas. Él no...siente lo mismo que yo.
—¿Qué sentido tiene entonces lo que sientes si no te corresponde? Si él ya tiene a una chica que ama, ¿qué esperas? Sólo estás siendo obstinado, Johann. Además tienes apenas quince años, te falta mucho por vivir y tienes que encaminarte de la forma correcta...
—¿"Encaminarme"? ¿Tener muchas novias y esas cosas?
Gretchen suspiró, no quería enojarse con su hermano pero le preocupaba, así que fue totalmente sincera con él.
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"Nunca me digas Adiós"
Historical FictionUn amor imposible, Una fuerza imparable. Quien conociera a Johann Alexander Lehmann sabía de ante mano que no era alguien que se rindiera fácilmente ante las circunstancias. "Volar" Fue su sueño desde muy pequeño y aun cuando era un niño debil y enf...