Capítulo 17

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Era un nuevo día, aunque las nubes aparentaban intervenir en sus planes por la mañana, ahora comenzaban poco a poco a dispersarse por los cielos, permitiendo que el sol se ubicara al centro del cielo resplandeciendo con fuerza. Precisamente esa mañana habían emprendido su viaje al campamento de sus respectivas carreras. Por ello, se habían levantado y salido temprano de su casa para poder ubicarse en sus lugares junto a sus compañeros. Sakuno como siempre lucía ansiosa y nerviosa por conocer las instalaciones, en cambio él parecía tranquilo, quizás teniendo algo de curiosidad con lo que se encontrarían, pero no lucía tan ansioso como su esposa. Una vez que llegaron a la Universidad, se separaron frente a la facultad de humanidades, Ryoma le depositó un beso en los labios y le deseó un buen día. Se encontrarían apartados por una división entre el campo de medicina y el de Psiquiatría, no obstante podrían encontrarse de vez en cuando durante el almuerzo, ya que en esas instancias estaba permitido que ambos campus se unieran. Aunque no se sintiera conforme con ello, la castaña sabía que no debía sentirse apenada por ello, dado que sería por algunos días. Sus amigas le habían dicho que de ese modo su amor se fortalecería más, pero más que eso, anhelaría compartir la misma cama que su amado, sentir su delicioso aroma por las tardes y presenciar sus bostezos por las mañanas.

Habían transcurrido algunas horas desde su partida, ya en esos momentos todos se encontraban formados como solían hacerlo en Preparatoria en hileras para organizar las cabañas. Aún no traspasaban la cerca, por lo que los estudiantes de Medicina se encontraban formados cerca de ellos, pero lo que le extrañaba a la castaña era distinguir entre ellos no sólo a los de su clase, sino también parecía haber otra especialidad en una tercera hilera. Ante su sorpresa, Miyuki le comentó que se trataban de unos estudiantes del campo de medicina veterinaria correspondientes a la Universidad de Hokkaido. Inevitablemente sus pensamientos giraron en torno a Dan Taichi, su ex novio que deseaba inclinarse por dicha carrera, se preguntaba sí lo habría logrado.

Sus pensamientos fueron interrumpidos al identificar a Ryoma en medio de la multitud, su cabello ya se encontraba despeinado, pero eso no lo hacía lucir mal, de seguro se había dormido de camino al campus. Pero sus ojos permanecían fijos en el profesor que les explicaba que harían en el interior de las instalaciones, sabía que ella también debía prestar atención, pero no podría dejar de admirarlo. Al encontrarse de esa manera, le recordaba tanto al pasado cuando se encontraban en el Instituto y posteriormente en Preparatoria, ya que el permanecía de la misma manera, destacando entre los demás, su cabello negro resplandecía con los primeros rayos de sol de la mañana y aunque se sentía cansada, al mirarlo surgía la necesidad de mantener los ojos abiertos para contemplarlo. Cada mañana era de la misma forma, parecía estar dentro de una rutina aburrida para los demás, pero para ella verlo cada día la hacía sentirse diferente, porque su amor por él incrementaba cada vez más. Entonces cuando nadie podía notarlo, sus ojos se encontraban con los suyos por un momento en medio de la multitud y sonreía, entonces ella sentía sus mejillas teñirse de rojo. Era un ritual que seguían cada día, pero ahora era distinto por supuesto, porque estaban casados. No obstante, aún cuando él se detenía a mirarla su corazón latía del mismo modo que en el pasado.

—Sakuno-Chan...—Habló Nanase

—Lamentamos interrumpir el dialogo de miradas que tienen con Echizen-kun, pero es hora de irnos. —Se burló Miyuki, señalándole que el resto de sus compañeros había avanzado.

— ¡¿Qué?! ¿En qué momento? ¿Por qué no me lo dijeron?

—Lo hicimos, pero no nos oías. —Susurró Naomi.

—Así es, pero estabas en las nubes.

—L-Lo siento, vamos ahora.

—Sí, debemos apresurarnos.

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