Desde la fiesta de Momo, Sakuno no había vuelto a ser la misma, Ryoma podía notarlo. Asistía a la Universidad como si fuera una autómata, siempre perdida en sus pensamientos, solía observarla durante los descansos, pensando que quizás con sus momentos de relajo iba a poder volver a ser ella, pero no era así, actuaba de la misma manera. Comenzaba a preocuparse, algo no andaba bien, si ella no se lo decía, tenía que hablar con Osakada o Tachibana, tenía derecho a saberlo, aunque sonara muy invasivo, era su esposa y tenía que hacer todo por ella.
Después de algunas semanas, se sentía aturdida como si no hubiera dormido en mil años, porque incluso si dormía bien sentía que no podía descansar lo suficiente, así mismo se sentía con lo que comía, aunque tenía muchos deseos de comer, todo lo que comía se iba de la misma manera en como llegaba, parecía sufrir de colon ya que su estómago no toleraba nada ¿Y si realmente estaba embarazada? Los síntomas iban en aumento, no había querido acudir al internet para buscarlos, ya que las ventajas de tener un esposo estudiante de medicina, era que había cientos de libros de medicina en su propia habitación. Así pasó las páginas sigilosamente, sintiendo como su corazón latía en la medida que la sintomatología coincidía con lo que sentía en esos momentos. Sólo le quedaba algo qué hacer.
Se encontraba en la farmacia, observando a una mujer de unos cincuenta años que estaba en el mesón registrando unos medicamentos en la computadora, Ann le había asegurado que si preguntaba por aquello que necesitaba, no la mirarían extraño, ya que era mayor y no tenía que sentirse intimidada como si fuera una colegiala, tenía que darse de valor y pedir ese test para poder salir de la duda.
-Buenas tarde ¿Qué necesita? -Sonrió la mujer.
-Buenas tardes...-Sonrió mirando a su alrededor, cerciorándose de que no hubiera nadie conocido en ese lugar. -Quería pedir un...
- ¿Un...? -Levantó una ceja.
-Unas vitaminas, por favor. -Mintió, sintiéndose avergonzada por no ser capaz de pedir aquello que realmente quería.
-Bien.
Cuando Sakuno salió de la tienda, Ann la esperaba ansiosa y nerviosa, el siguiente paso a proseguir sería ir a su casa y hacer el test. Pero en lugar de pensar una respuesta afirmativa sobre ello, notó que la castaña reía nerviosa, conocía esa mirada, algo no había salido bien. "Lo tienes ¿Verdad?" La interrogó, pero Sakuno sólo se atrevió a mostrar unas vitaminas en la bolsa. Ann se cubrió la cara con una mano, era obvio que la castaña no se atrevería. "Está bien, yo iré. Aguarda un momento." Susurró su amiga, viendo como Sakuno asentía avergonzada, no podía esperar menos de Tachibana, siempre la ayudaba cuando se encontraba en aprietos.
Cuando Ann entró, en lugar de disimular que veía algo más como lo había hecho su amiga, se acercó directo al mesón y pidió lo que buscaba, la señora le preguntó si deseaba una marca específica, pero ella no dio información adicional, sólo requería dos test que fueran confiables, sabía que con dos bastaría para cerciorarse de si estaban en lo correcto o no.
En el mismo lugar, se encontraba un delgado de cabello rojo que miraba unas revistas mientras escuchaba música en sus auriculares, después de llevar cerca de media hora informándose acerca de las noticias de tenis mundial, era hora de decidirse por llevar algo. Entonces decidió coger unas bebidas isotónicas que se encontraban a la distancia y caminó hacia el mesón para pagar por ellas, sin embargo apenas reconoció la figura de cierta chica de cabello castaño dorado que solía ponerlo nervioso. No veía a Ann Tachibana cerca de un año, si bien seguía en contacto con sus compañeros de Fudomine, aun así no la había visto otra vez, porque aunque no quería aceptarlo frente a sus amigos, estaba enamorado de ella desde el Instituto. Suspiró, había intentado decirle lo que sentía por ella, pero Ann no había entendido su declaración, creyendo que ese "Gustar" era que le agradaba, por lo que ella también había dicho que sentía lo mismo. Meses después se enteró que estaba saliendo con Momoshiro Takeshi, un chico de ojos violeta y cabello negro que solía llevarse bien con ella en los tiempos que Fudomine tenía encuentros con Seigaku. Lo odiaba tanto, había querido enfrentarla, preguntarle qué le veía a ese tipo, pero apenas había visto una fotografía de ella en redes sociales en la cual sonriendo junto a él, decidió alejarse de ella. Y ahora estaba ahí...a tan sólo metros de ella ¿Debía huir como siempre lo hacía? ¿O debía saludarla y fingir que no sentía dolor por su noviazgo? Antes de poder decidir qué haría, Ann giró hacia él para marcharse y entonces sus miradas se encontraron por un fragmento de minutos, provocando que se sonrojara aún más.

ESTÁS LEYENDO
Do You Love Me?
Romance"Me amas? Si es así, demuéstralo" sería la frase que inaugura esta nueva historia. Tras la boda, ambos se han unido más como pareja, aceptando el amor que sienten el uno por el otro y protegiéndolo a toda costa. No obstante, el amor no suele ser sie...