Capítulo 19

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Si bien los dos sabían que sería un día agitado por los exámenes que tenían en el campus, no creían que no tendrían siquiera un minuto para encontrarse ni mucho menos para comer. Gracias a Miyuki, la castaña había comido algunos bocadillos antes de seguir trabajando en el caso de un paciente con psicosis que le habían asignado, siguiendo los manuales que habían estudiado toda la noche.

El curso de medicina por su lado, no sólo habían tenido exámenes escritos y orales, también tenían que hacerse cargo de un trabajo practico. Ryoma no dudaba de sus capacidades, sin embargo no era el tipo de persona que podía socializar con otros para hacerse cargo de un proyecto. Como no quedaba otra alternativa, tuvo que aceptar hacerlo. Smith siempre permanecía a su lado, por lo que no fue necesario preguntarle si lo haría con él, parecía simplemente haber asumido que participaría con él. Mientras que los otros dos integrantes, no sabía mucho de ellos a diferencia del resto de la clase. Esperaba que no fueran del tipo de estudiantes mediocres que se hacían llamar genios, dado que sabía que eso sería un verdadero problema.

Fue un día tan infinito y abrumador que tanto para el ambarino como para la castaña fue un alivio que llegara a su fin. No obstante, no habían tenido contacto durante todo el día y eso les provocaba una sensación extraña, como si se sintiesen incompletos por el sólo hecho de no escuchar la voz de su ser amado. Y no podrían verse hasta el día siguiente por las órdenes estrictas del campus de que no podían salir después de cierta hora.

Ryoma y Kevin caminaron por los pasillos del edificio agotados, el rubio avanzaba con las manos oculta en sus bolsillos concluyendo lo largo que había sido ese día y no se cansaba de hablar mal de los chicos con los que trabajaron. Si bien no habían sido un gran aporte para el proyecto, al menos no se habían quedado ahí alardeando sobre sus habilidades sin ayudar en nada. Ryoma se detuvo al final del pasillo, dirigiendo su mirada hacia las majestuosas puertas que lo separaban del otro campus, aun que no se lograba distinguir mucho desde esa distancia, no podía quitarle los ojos de encima a la enorme infraestructura que había frente a ellos, la torre donde se encontraba la castaña. Aunque había estado ocupado durante todo el día, debía admitir que ella había permanecido en su mente en todo momento ¿Le habría ido bien en el examen? ¿Había tenido tiempo de comer?

- ¿Me estás escuchando? -Alzó la voz el rubio.

-No, lo siento ¿Qué decías?

-Olvídalo. -Suspiró. -Piensas en ella ¿Verdad?

-Sí, no he hablado con ella.

-Debe estar ocupada. -Se encogió de hombros, no podía entender porqué enloqueció por no verla en un par de horas.

-Es posible. -Desvió su mirada para caminar por el pasillo, notando como unas chicas lo miraban con una sonrisa como siempre, pero no le importaba.

- ¿Vas a llamarla?

-Sí.

Tras un largo día como aquel, cualquiera que estuviera en su lugar se iría directo a la cama, pero Sakuno necesitaba darse un baño antes de eso. Por lo mismo, decidió llenar la bañera y desnudarse una vez que se encontrara a la medida. Tenía frío y todo lo que deseaba era cerrar los ojos para dormir profundamente. Pero también, necesitaba distraerse o en su caso quitar el estrés de su cuerpo. Miró su celular una última vez, no tenía ningún mensaje, quizás él estaba cansado después de tener tanto trabajo como ella. Tocó el agua con su dedo índice para comprobar su temperatura y se dejó seducir por el agua caliente que la envolvía para soltar suspiros de satisfacción. Se jabonó los brazos, mientras pensaba en él ¿Cómo habría estado su día? No hablar con él era extraño...tan sólo era un día y ya anhelaba verlo. Quizás por el hecho que muchas de sus amigas le recalcan de que nunca antes se habían separado. Frotó su cabello castaño en espuma, esparciendo su shampoo pensando en lo positivo que tenía todo eso. Miyuki le había mencionado que si no se veían tan seguido, él aprendería a extrañarla y también su relación sería más intensa frente a la necesidad de estar juntos. Se sonrojó ante la ocurrencia de que la deseará más a la distancia. Negó con la cabeza rechazando esa idea ¿En qué pensaba? No extrañaba verlo desnudo, más bien se había acostumbrado tanto a verlo seguido que ahora no tenerlo era como si una parte esencial de ella misma no estaba. Cerró los ojos, preguntándose si él se sentía de la misma manera, cuando lo habían hablado el otro día, se había sorprendido de su respuesta, pero ahora quizás ella era la única que pensaba en eso.

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