Eran cerca de las once de la noche, Sakuno se había despedido de sus amigas hace una hora en el pasillo, estaba cansada y había llegado el momento de que todos fueran a dormir. Sin embargo, no era capaz de conciliar el sueño. No era por encontrarse en una habitación ajena a la suya, ni mucho menos por el clima que había, la cama era tan cómoda que no necesitaba contar ovejas para dormir plácidamente, más bien el problema era que le faltaba alguien a su lado. Hace mucho tiempo que no dormía sola, era divertido considerar eso posible, teniendo en cuenta que no estuvieron casados toda la vida, hubo instancias en que dormían en camas separadas bajo el mismo techo, cuando su amor no era certero que llegara a consumarse. No obstante, una vez que se acostumbró a la calidez de los brazos del ambarino, el aroma que desprendían sus cabellos, la respiración que emitía por las noches y esa manía suya de atraerla a su cuerpo como si fueran imanes cada vez que dormían, la hacía sentirse vacía en esos momentos.
Sus manos encuentran el celular que hay junto a la mesita y se encuentra con una fotografía que tiene junto a Ryoma de hace unos días antes de irse al campamento, en la cita que habían tenido. Sus dedos se detienen en su rostro y siente deseos de que la imagen del ambarino cobre vida y salga del teléfono, por muy fantasioso que sonara eso, Ryoma solía causaba ese efecto en ella desde que lo había conocido, sobre delirar cosas inexistentes. Desviando ese pensamiento irracional, miró los últimos mensajes que habían tenido, examino fotografías de su luna de miel, miró videos en los que escuchó su voz y se deleitó con su sonrisa, hasta finalmente conciliar el sueño con los recuerdos de él en su cabeza...
Mientras tanto en el campo de Medicina, Ryoma en su lugar no corría la misma suerte de poder conciliar el sueño en un par de horas, porque llevaba precisamente dos horas intentando dormir y simplemente no podía. Aunque intentaba ser optimista con respecto a la situación en la que se encontraba, teniendo en cuenta que tenía toda una cama para él solo, la cual contaba con todas las comodidades que podía exigir. Pero no era suficiente para poder dormir plácidamente como otro en su lugar. Escuchaba los ronquidos a lo lejos de sus compañeros, todos parecían dormir profundamente y los envidiaba por no poder ser como ellos.
Apoyó su cabeza entre sus manos y miró hacia el cielo, las estrellas brillaban en lo alto, flanqueando la hermosa luna menguante que resplandecía a lo lejos como si se tratara de un diamante. Se preguntó qué sería de ellos sin la luna, sin esa esfera preciosa que los vigilaba todo el tiempo y más en la noche que irradiaba luz, guiando a todos al mundo de los sueños. Suspiró, era precisamente cómo se sentiría él sin Sakuno. Era ridículo pensar que se sintiera tan vacío sin ella, no es como si se hubieran separado de verdad y se encontraran a miles de kilómetros a la redonda, simplemente estaban separados a unos metros por así decirlo y podrían verse en el día. No obstante, quería que fuera suya también por las noches como siempre lo era.
No podía simplemente tomar una almohada y unirse al sueño como los demás, porque el simple hecho de tener todo ese espacio para él solo, lo incomodaba. Necesitaba estar con ella para sentirse completo. Deseaba atraerla hacia él, jugar con sus largos cabellos castaños, sintiendo el dulce aroma que se desprendía de él por su shampo. Quería ver su rostro dormido y sentir su respiración sigilosa, como si se tratara de un ángel. Anhelaba aproximarse a sus labios y besarla bajo las sabanas. Anhelaba perderse en sus bellos ojos carmesí y acariciarla. Escuchar esa voz que le causaba ternura. No podía entender porque tenía esa clase de pensamientos, era sólo una noche, bueno, la primera de muchas ¿Y ya sentía como si el mundo se fuera a acabar sólo porque no podía tenerla en sus brazos?
Miró su celular en silencio, iban a ser cerca de las 1 am, no podía seguir así, necesitaba dormir bien para estar atento a las próximas clases. Sus ojos se detuvieron en una fotografía que tenía junto a ella, creía que mirándola podría ser como su amuleto para dormir bien, pero no era así. Porque mirando dicha imagen, sentía más deseos de estar con ella. "¿Y si ella también se encuentra en la misma situación?" pensó, dirigiéndose inconscientemente a los contactos para encontrarse con su número y escuchar su voz otra vez. Pero entonces se detiene, imaginando lo posesivo que sería eso de llamarla la primera noche que permanecían separados. Negó con la cabeza, debía ser racional y respetar su espacio, no podía invadir su vida siempre que deseara, aunque en estricto rigor tenía el derecho de hacerlo desde que se habían casado, sin embargo no era el momento para hacerlo. Apartó el celular de él, dejándolo a una distancia prudente y se acomodó en la cama para no llamarla a esas horas. Debía dormir, cerró los ojos y pensó en ella una última vez para dormir en brazos de Morfeo.
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Do You Love Me?
Romance"Me amas? Si es así, demuéstralo" sería la frase que inaugura esta nueva historia. Tras la boda, ambos se han unido más como pareja, aceptando el amor que sienten el uno por el otro y protegiéndolo a toda costa. No obstante, el amor no suele ser sie...