Lo qué nunca...

8.5K 426 461
                                    

Luego de haberle ayudado a Dante a escombrar su pocilga, los dos decimos salir a caminar, el sol se había metido y se nubló el cielo, una vez que salimos de su casa, nos fuimos a dar un paseo por ahí.

    — ¿Crees que algún día seremos gente normal?-Dijo él mientras miraba hacía el cielo.

    —No lo sé, lo que si sé es que traes puestos tus zapatos ¿Estás bien?-Él se rió.

   —Ya sabes, ando muy loco hoy.-Me dijo.

Estuvimos la mayor parte de la mañana juntos, él decía cosas con y sin sentido, algunas me hacían reír, otras fingía que, Dante es un buen chico, ahora me siento como esas chicas que se cuestionan así mismas el porqué el chico está con ellas, que será lo que les vio. ¿Qué será lo que Dante haya visto en mí? No soy el tipo de persona que promete muchas cosas al conocerla, es más, si Gina y Susie me han aguantado es por... quien sabe, pero fue incómodo cuando sus padres fueron tan claros en eso: Él está enamorado de ti. Que rayos con ese tipo ¿Acaso estará ciego? más vale que sí, porque si no, la verdad no se me ocurre algo, estoy delirando demasiado.

Pero ni siquiera sé porque me gusta Dante, porqué estoy enamorado de él, en fin, eso es algo que se descubrirá conforme esté con él.

No sé que hora es, pero sé que es más del medio día, Dante y yo pasamos junto a la farmacia donde él trabajaba, con sólo ver aquel lugar me acuerdo cuando tomé al tipo ese Daniel y le di una pequeña lección de vida.

  —Antes aquí trabajaba.-Dijo él, señalando el mostrador.

   —Lo sé.-Le dije.

  — ¿Estás enojado?

   —No, sólo qué me acuerdo del tipo ese Daniel, ese bastardo que te dejó solo.-Le dije.

  —Es lo que imaginé Ari, pero deja ir ese recuerdo, porque ahora estoy contigo y no con aquel.-Dijo.

   —Sí Dante, y me alegro por ello.

Seguimos caminando, no hay mucho de que contar, sólo estamos él y yo, no decimos nada, simplemente estamos aquí. En ese momento Llegaron Susie y Gina, fue lo peor del mundo, con ellas ni siquiera quería encontrarme, no ahora, que suerte la mía.

  —¡Ari!-Gritó Gina.

   —Gina, ¿Qué están haciendo aquí?

  —Veníamos a preguntarte.-Susie hizo una pausa.-Si en la noche salíamos los cuatro.

Los cuatro, dijo los cuarto, estás que se creen, yo sinceramente no quería salir con ellas, no mientras Dante está aquí, no imagino lo que podrían intentar, son chicas, harían cualquier cosa por conseguir lo que quieren, que miedo.

   —No lo creo yo...-Dante mi interrumpió.

  —Sí, estaría genial conocer a tus amigas Ari.-Dijo él.

Lo que nunca, lo que menos pensé que pasaría, bien hecho.

   —Pues si quieren, yo.-Me cuesta terminar la oración, no quiero salir, pero sé que pasará si me niego.-pongo mi camioneta y nos vamos.

  —Genial, Ari, pensé que te negarías a esto.-Dijo Gina.

Tiene razón.

   —Nos vemos más tarde chicos.-Dijo Susie, y las dos se fueron.

Yo miré a Dante intrigado por esto, pero bueno, las cosas no pueden ponerse peor.

  —¿Porqué dijiste que sí?-Le dije, es como si él ya estuviera esperando la respuesta.

Aristóteles y Dante descubren los secretos del universo (2da parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora