Aristóteles y Dante descubren los secretos del universo (2da parte)

Cap. 28

Hace días que ya no me hablo con Dante, se la pasa fuera de casa todo el tiempo, ahora con sus nuevos "amigos" creo que disfruta pasar el rato con ellos, y creo, que me alegro por él, osea, se nota feliz.

Mientras que yo, no he hecho nada "interesante" más que salir a correr con patas, ir a la escuela, salgo a comer con mis amigas, llego a casa y ayudo a mi madre, sólo cuando quiere, si no, me voy a mi habitación.

Me siento FATAL, así es la palabra que busco.

Extraño a Dante como no tienen idea, verlo cuando sale de casa con sus "amistades" y lo peor es qué ni siquiera nota que estoy ahí, de repente me volví un tanto invisible para él, vaya, tenía que llegar la escuela para que me separa de él.

Llegó la noche, comenzó a hacer frió, mis papás no están en casa, es viernes y creo que saldrían a cenar o algo así, no recuerdo.

Comenzó a sonar el teléfono como por eso de las doce de la noche, o no sé si fue un poco más tarde.

  —¿Bueno?-Se escuchó la voz de soledad.

 —¿Ari?-Hizo una pausa-Necesitamos tú ayuda, ¿Podrás venir a la casa?

  —Sí.-Salí corriendo a casa de los Quintana.

Al llegar lo noté, algo, preocupados.

 —¿Qué ocurre?

  —¿Sabes donde está DANTE?-Preguntó Sam

 —¿Por qué?-Insistí.

  —Desde la mañana no lo vemos, pensé que regresaría en la noche y nada, lo fuimos a buscar, pero no vimos rastro de él.

 —Yo, la verdad, ya no he hablado con él.

  —Ayudanos Ari, confiamos en ti.-Dijeron Ambos.

 —Haré lo que pueda.-Pensé un momento.-Saldré a buscarlo.

Y no dije nada, sólo me salí, corrí a mi camioneta, y me puse a andar, busqué por donde pude, incluso me fui hasta el parque donde lo vi la última vez, pero nada, no sé donde andará este chico, o con quien, vamos Dante, sal de donde quiera que estés...