Los días han estado divertidos, Dante lo he visto muy poco, con eso de que tiene que ser un buen hermano. Mientras que yo me la he pasado jugando con mis hermanas algún juego que se nos ocurra, algo así como si fuéramos niños otra vez.
Además, esta noche tendremos la dichosa cena de "Navidad" aunque navidad es mañana, y hoy... bueno ya saben.
Encendí la radio, a pesar de que pasan puros villancicos, se les coló esa canción que de vez en cuando resuena en mi cabeza, la famosa Bamba.
Me gusta cantarla, me recuerda el día en que conocí a Dante.
—Ari.-Entró una de mis hermanas a mi cuarto.-¿Qué haces acá arriba? ¿Aburrido?
—Sí, como no tiene idea, allá afuera hace frío.-Me senté en mi cama.
—¿Listo para otra Navidad más?-La miré no muy convencido.-Ánimo hermanito...-Se fue.
—Como quieras.-Dije en voz baja y pensé en Dante ¿Qué hará? hace días que no le llamo.
Apagué el radio, salí de mi cuarto hacia donde está el teléfono, lo tomé y le llamé.
—Mendoza.-Exclamó feliz.-Te he extrañado como no tiene idea.
—Dante, ni te imaginas como estoy yo.-Sonreí.-Quiero verte.
—Has leído mi mente, nos vemos en diez minutos ¿Te parece?
—Me parece muy bien.
—Paso a tu casa, no lo olvides.-Me dijo y colgó.
Mi mamá me vio y sonrió, supo mis intenciones, típico de las madres, como si ya tuvieran una lista de lo qué uno va a hacer.
—Ari, saldré con tu hermanas a comprar las cosas para la noche.-Me dijo.
—No te preocupes, o...¿Qué querías dar a entender?-Ella se rió.-Lamento no entender su idioma.
—Hombres, nos vemos en la tarde.-Me dio un beso.-Te quiero hijo.-De ahí de fue.
Los dichosos diez minutos tardaron toda una eternidad, yo ya tenía unas ganas de verlo.
Cuando ocurrió ello, salí apresurado, entonces... ahí está él, con su sonrisa taaaan difícil de describir, él corrió a abrazarme, fue un abrazo tierno, bonito, de esos que no te esperas, me le quedé viendo y ¡PUM! Le planté un beso, algo que no suelo hacer, algo que sólo pasa en mis sueños, pensamientos, en todos lados menos en la realidad, algo que despertó mis sentidos.
—Te extrañe tanto Ari, ya deseaba verte.-Me siguió abrazando.
—Y yo a ti.
—¿Qué harás en esta noche?
— Domir, o a ver que se me ocurre.-Se rió.
—Yo cenaré con mis papás y nuestro querido intruso.
— Te pasas.
—Te quiero Ari.-Me sonrió.
—Lo sé.-Lo miré.-Y yo a ti te Amo ¿Sabes?
—Siempre lo supe.-Me dijo.
Pasó la tarde, de ahí se me fueron las ganas de hacer algo, mi mamá haciendo la comida con las otras dos locas, mi papá trabajando, mis sobrinos se quedaron con sus padres, y yo, no hago nada, sólo estoy viendo el miserable techo de la sala, ¿No les pasa? Que llega un momento en el que te quedas pensando sobre la vida o qué harás a futuro y no tienes ni un carajo de idea, que de pronto todo es tan confuso, que simplemente no te sientes con la capacidad para lograr algo, pero esto sólo es un rato, sólo uno.
Llegó la noche, tuve que cambiar mi ropa de diario por algo más formal, me desesperé por no encontrar nada, así que llamé a mi mamá.
—Tienes ropa bonita, yo lo sé.-Siguió buscando.-Recuerdo cuando tú no te dejabas cambiar.
—Mamá.-Le dije.-¿Tengo que hacer esto?-Asintió.
—Te verás más lindo de lo que ya eres.-No le creí.
—Gracias, me gusta tú modo de hacerme sentir mejor.
—Ponte esto.-Me enseñó una camiseta azul.
—Sí, está lindo.-ella se fue.
Una vez que me cambié, bajé a la cocina, por fin después de tantos vi a mi papá, al menos descansó a esta hora. Estamos casi todos reunidos, sólo faltaría mi hermano, de ahí en fuera... todo bien.
—Bien.-Dijo mi hermana.-Tomen todo lo que quieran.
—Entonces quiero todo.-Les dije.
—No seas egoísta aritóteles.-Dije en voz alta una de ellas.
—Deja de hablar y come.-Les respondí.
No la pasamos increíble, todo iba súper bien, hasta que... estábamos comiendo tranquilamente, pero sentí algo raro, como si las cosas se movieran de poco en poco, como si tambalearan, no dije nada, pero esto fue aumentando, a tal grado que empezó el movimiento a ser más fuerte de lo que pensé, todos nos quedamos extrañados y salimos de ahí, el piso se movía de un lado a otro, pero no muy fuerte.
—Corran, vamos, salgamos de aquí.
—Bien.-Dije en voz baja.
Salimos de la casa aterrados, ¿Qué ha sido esto? nadie imaginó que un pequeño temblor azotaría el lugar, no ahora.
—No sé preocupen todo estará bien, espero...-Dijo mi papá, aunque lo último fue en voz baja.
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Aristóteles y Dante descubren los secretos del universo (2da parte)
FanficYa se sabía que Ari y Dante sintieron algo más allá que una amistad, ahora veremos lo que podría pasar en la 2da parte. Ambos chicos juntos ante las adversidades que la vida les ponga en su camino. La historia de Aristóteles y Dante ni me pertenece...