Aristóteles y Dante descubren los secretos del universo (2da parte)

A punto de terminar el Fin.

Ayer Dante y yo no la pasamos jugando por toda la casa, es como si fuéramos unos niños. Me gustó, lo admito.

También salimos a comprar una que otra golosina en alguna tienda cerca de por allí, por suerte la encontramos antes de que nuestros estómagos se desilusionaran, parece que fue ayer cuando era un chico pequeño que vagaba por esta casa junto con mi tía, que días.

Acabo de despertar, ya no puedo dormir. Busqué la hora y son las 3:00 a.m.

Me levanté de la cama y salí de la casa, hay algo que no me deja dormir, no sé que sea, últimamente dentro de mí cabeza han pasado cosas raras que ni yo me puedo explicar, la vida me ha puesto a pensar mucho, así como qué mi hermano vendrá, mis hermanas y si visita inesperada, la reacción de Gina al saber que onda conmigo, saber que Dante salió con una de mis amigas, que está el idiota de Julian rondando por las calles, muchísimas cosas.

Afuera hace frío, corre un poco de viento y el lugar está totalmente silencioso, no sé que ocurre aquí, el ambiente se nota misterioso, amo este lugar, me hace sentir tranquilo.

Sólo que en el momento que estuve a solas, alguien tocó mi hombro, volteé extrañado y un tanto asustado, pero bueno, es Dante.

    —¿Qué haces aquí?-Bostezó.

   —No puedo dormir.-Le dije, y medio despertó.

Luego de eso me abrazó por detrás.

    —Vamos Ari, ¿Qué hay dentro de esa mente tuya?

    —La verdad es qué no lo sé.-Yo sólo sentía sus brazos rodearme.

 — Ari, deberías ir a dormir.-Me dijo.

 —Lo sé, Pero no tengo sueño.-Lo agarré de la muñeca y lo jalé hacia mí.-Quédate un rato aquí conmigo ¿No crees?

  —Tú si sabes como convencerme.-Se rió.

Los dos nos quedamos admirando un poco el paisaje, no lo niego, fue totalmente lindo, no es común que yo me sienta así sólo por ver un lugar tan silencioso y relajado.