Relatado por Gina.

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Me alejé de él. No lo puedo creer, no Ari ¿Por qué tiene que pasarme esto a mí? Dios! yo adoro a ese chico, pero, osea que rabia saber que su "mejor amigo" se convirtió en su amor, ahs, que asco. 

Yo no quiero tener ese concepto de él, pero es difícil. Siempre pensé que era un idiota que terminaría solo, de alguna manera nunca me imaginé que él pudiera sentir algo hacía alguien, bueno Ileana fue una excepción, ¿Qué le gustará? Supongo que él tiene algún aspecto físico favorito de la gente.

Pero algo tendré que hacer, lo sé, es mi amigo, debería "aceptarlo" pero simplemente no puedo, no imagino a él besándose con el tal Dante, no, no ya no quiero pensar en aquello.

Mientras pienso en algo que podría hacer, ah, ya sé.

Iré a ver a Julian, él tal vez me dirá que hacer o qué onda, además... es un tipo que le gusta dar lecciones de vida ¿A él? jajá no, sólo le gusta pelear.

Y bueno, fui a verlo, fui a su casa. Toqué el timbre, me abrió una de sus hermanas.

  —Hola, oye ¿Está Julian?-Le dije.

    —Sí. ¡Juliaaaan!-Gritó.

Él no tardo en bajar.

    —Hola.-Le sonreí.

    —Wow, Gina ¿Qué haces aquí?-Dijo.

A él tiene años que lo conozco, su hermana es amiga de una de mis hermanas. Pero no me gusta hablar mucho con él, desde el día en que me dijo que le gusto, ya no lo veo como el mismo torpe.

    —Necesito hablar contigo.

No sé, pero necesito hacerlo, quiero a Ari y mucho, pero tengo que hacerle ver que está mal, ni quiera Susie fue capaz de ponerse de mi lado.

   —¿Qué pasó?

  —¿Qué has sabido de Ari?-Le dije.

   —¿Ari? ¿Qué hay con él? Sólo se que está de amigo con un marica, jajá.-Dijo él.

  —No nada.-Le dije.

   —No me dirás que él también es igual, ¿O sí?

  —No sé, Ari es raro.-Me quedé pensando, ya no debería hacer esto, me estoy arrepintiendo, me siento como la mala del cuento, dejaré que Ari sea feliz, ya no me queda de otra.-Sabes, creo que ya me tengo que ir.

  —¿No me vas a decir nada?

   —No, ya recordé que encontré una solución para lo que te iba a pedir.-Mentí.-Gracias de todos modos.

Salí corriendo, fue todo tan extraño, la verdad sentí un poco feo dejarlo ahí, pero si no tendría que dar algún otro tipo de excusa, y bueno, quiero a Ari, así que me abstendré de quererles hacer algo. Maldito corazón de pollo. Pero todo esto es por él. Sólo por él.

 

Aristóteles y Dante descubren los secretos del universo (2da parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora